PRIMER LIBRO DE SAMUEL CAPITULO 25 VERSOS 1 AL 44

PRIMER LIBRO DE SAMUEL CAPITULO 25 VERSOS 1 AL 44

25 Murió Samuel, y se juntó todo Israel, y lo lloraron, y lo
sepultaron en su casa en Ramá. Y se levantó David y se fue al
2 desierto de Parán. Y en Maón había un hombre que tenía su
hacienda en Carmel, el cual era muy rico, y tenía tres mil ovejas
y mil cabras. Y aconteció que estaba esquilando sus ovejas
3 en Carmel. Y aquel varón se llamaba Nabal, y su mujer, Abigail.
Era aquella mujer de buen entendimiento y de hermosa
apariencia, pero el hombre era duro y de malas obras; y era del
4 linaje de Caleb. Y oyó David en el desierto que Nabal esqui-
5 laba sus ovejas. Entonces envió David diez jóvenes y les dijo:
6 Subid a Carmel e id a Nabal, y saludadle en mi nombre, y
decidle así: Sea paz a ti, y paz a tu familia, y paz a todo cuanto
7 tienes. He sabido que tienes esquiladores. Ahora, tus pastores
han estado con nosotros; no les tratamos mal, ni les faltó na-
8 da en todo el tiempo que han estado en Carmel. Pregunta a
tus criados, y ellos te lo dirán. Hallen, por tanto, estos jóvenes
gracia en tus ojos, porque hemos venido en buen día; te ruego

449 I Samuel 25. 9–23
que des lo que tuvieres a mano a tus siervos, y a tu hijo David.
Cuando llegaron los jóvenes enviados por David, dijeron 9
a Nabal todas estas palabras en nombre de David, y callaron.
Y Nabal respondió a los jóvenes enviados por David, y dijo: 10
¿Quién es David, y quién es el hijo de Isaí? Muchos siervos hay
hoy que huyen de sus señores. ¿He de tomar yo ahora mi pan, 11
mi agua, y la carne que he preparado para mis esquiladores, y
darla a hombres que no sé de dónde son? Y los jóvenes que 12
había enviado David se volvieron por su camino, y vinieron y
dijeron a David todas estas palabras. Entonces David dijo a 13
sus hombres: Cíñase cada uno su espada. Y se ciñó cada uno
su espada y también David se ciñó su espada; y subieron tras
David como cuatrocientos hombres, y dejaron doscientos con
el bagaje. Pero uno de los criados dio aviso a Abigail mujer de 14
Nabal, diciendo: He aquí David envió mensajeros del desierto
que saludasen a nuestro amo, y él los ha zaherido. Y aquellos 15
hombres han sido muy buenos con nosotros, y nunca nos trataron
mal, ni nos faltó nada en todo el tiempo que anduvimos
con ellos, cuando estábamos en el campo. Muro fueron para 16
nosotros de día y de noche, todos los días que hemos estado
con ellos apacentando las ovejas. Ahora, pues, reflexiona y 17
ve lo que has de hacer, porque el mal está ya resuelto contra
nuestro amo y contra toda su casa; pues él es un hombre tan
perverso, que no hay quien pueda hablarle. Entonces Abigail 18
tomó luego doscientos panes, dos cueros de vino, cinco ovejas
guisadas, cinco medidas de grano tostado, cien racimos de
uvas pasas, y doscientos panes de higos secos, y lo cargó todo
en asnos. Y dijo a sus criados: Id delante de mí, y yo os 19
seguiré luego; y nada declaró a su marido Nabal. Y montan- 20
do un asno, descendió por una parte secreta del monte; y he
aquí David y sus hombres venían frente a ella, y ella les salió
al encuentro. Y David había dicho: Ciertamente en vano he 21
guardado todo lo que éste tiene en el desierto, sin que nada le
haya faltado de todo cuanto es suyo; y él me ha vuelto mal por
bien. Así haga Dios a los enemigos de David y aun les añada, 22
que de aquí a mañana, de todo lo que fuere suyo no he de dejar
con vida ni un varón. Y cuando Abigail vio a David, se bajó 23
prontamente del asno, y postrándose sobre su rostro delante

25. 24–36 I Samuel 450
24 de David, se inclinó a tierra; y se echó a sus pies, y dijo: Señor
mío, sobre mí sea el pecado; mas te ruego que permitas
que tu sierva hable a tus oídos, y escucha las palabras de tu
25 sierva. No haga caso ahora mi señor de ese hombre perverso,
de Nabal; porque conforme a su nombre, así es. Él se llama
Nabal, y la insensatez está con él; mas yo tu sierva no vi a los
26 jóvenes que tú enviaste. Ahora pues, señor mío, vive Jehová,
y vive tu alma, que Jehová te ha impedido el venir a derramar
sangre y vengarte por tu propia mano. Sean, pues, como Nabal
tus enemigos, y todos los que procuran mal contra mi señor.
27 Y ahora este presente que tu sierva ha traído a mi señor, sea
28 dado a los hombres que siguen a mi señor. Y yo te ruego que
perdones a tu sierva esta ofensa; pues Jehová de cierto hará
casa estable a mi señor, por cuanto mi señor pelea las batallas
29 de Jehová, y mal no se ha hallado en ti en tus días. Aunque
alguien se haya levantado para perseguirte y atentar contra tu
vida, con todo, la vida de mi señor será ligada en el haz de los
que viven delante de Jehová tu Dios, y él arrojará la vida de
30 tus enemigos como de en medio de la palma de una honda. Y
acontecerá que cuando Jehová haga con mi señor conforme a
todo el bien que ha hablado de ti, y te establezca por príncipe
31 sobre Israel, entonces, señor mío, no tendrás motivo de pena
ni remordimientos por haber derramado sangre sin causa, o
por haberte vengado por ti mismo. Guárdese, pues, mi señor,
y cuando Jehová haga bien a mi señor, acuérdate de tu sierva.
32 Y dijo David a Abigail: Bendito sea Jehová Dios de Israel, que
33 te envió para que hoy me encontrases. Y bendito sea tu razonamiento,
y bendita tú, que me has estorbado hoy de ir a
34 derramar sangre, y a vengarme por mi propia mano. Porque
vive Jehová Dios de Israel que me ha defendido de hacerte mal,
que si no te hubieras dado prisa en venir a mi encuentro, de
aquí a mañana no le hubiera quedado con vida a Nabal ni un
35 varón. Y recibió David de su mano lo que le había traído, y le
d¼o: Sube en paz a tu casa, y mira que he oído tu voz, y te he
36 tenido respeto. Y Abigail volvió a Nabal, y he aquí que él tenía
banquete en su casa como banquete de rey; y el corazón de
Nabal estaba alegre, y estaba completamente ebrio, por lo cual

451 I Samuel 25. 37–26. 8
ella no le declaró cosa alguna hasta el día siguiente. Pero por 37
la mañana, cuando ya a Nabal se le habían pasado los efectos
del vino, le refirió su mujer estas cosas; y desmayó su corazón
en él, y se quedó como una piedra. Y diez días después, Je- 38
hová hirió a Nabal, y murió. Luego que David oyó que Nabal 39
había muerto, dijo: Bendito sea Jehová, que juzgó la causa de
mi afrenta recibida de mano de Nabal, y ha preservado del
mal a su siervo; y Jehová ha vuelto la maldad de Nabal sobre
su propia cabeza. Después envió David a hablar con Abigail,
para tomarla por su mujer. Y los siervos de David vinieron a 40
Abigail en Carmel, y hablaron con ella, diciendo: David nos ha
enviado a ti, para tomarte por su mujer. Y ella se levantó e 41
inclinó su rostro a tierra, diciendo: He aquí tu sierva, que será
una sierva para lavar los pies de los siervos de mi señor. Y 42
levantándose luego Abigail con cinco doncellas que le servían,
montó en un asno y siguió a los mensajeros de David, y fue su
mujer. También tomó David a Ahinoam de Jezreel, y ambas 43
fueron sus mujeres. Porque Saúl había dado a su hija Mical 44
mujer de David a Palti hijo de Lais, que era de Galim.

Fuente: Bibles.org.uk, London.

PRIMER LIBRO DE SAMUEL CAPITULO 24 VERSOS 1 AL 22

PRIMER LIBRO DE SAMUEL CAPITULO 24 VERSOS 1 AL 22
Cuando Saúl volvió de perseguir a los filisteos, le dieron 24
aviso, diciendo: He aquí David está en el desierto de En-gadi.
Y tomando Saúl tres mil hombres escogidos de todo Israel, fue 2
en busca de David y de sus hombres, por las cumbres de los
peñascos de las cabras monteses. Y cuando llegó a un redil 3
de ovejas en el camino, donde había una cueva, entró Saúl
en ella para cubrir sus pies; y David y sus hombres estaban
sentados en los rincones de la cueva. Entonces los hombres de 4
David le dijeron: He aquí el día de que te dijo Jehová: He aquí
que entrego a tu enemigo en tu mano, y harás con él como te
pareciere. Y se levantó David, y calladamente cortó la orilla del
manto de Saúl. Después de esto se turbó el corazón de David, 5
porque había cortado la orilla del manto de Saúl. Y dijo a sus 6
hombres: Jehová me guarde de hacer tal cosa contra mi señor,
el ungido de Jehová, que yo extienda mi mano contra él; porque
es el ungido de Jehová. Así reprimió David a sus hombres con 7
palabras, y no les permitió que se levantasen contra Saúl. Y
Saúl, saliendo de la cueva, siguió su camino. También David 8
se levantó después, y saliendo de la cueva dio voces detrás de
Saúl, diciendo: ¡Mi señor el rey! Y cuando Saúl miró hacia
atrás, David inclinó su rostro a tierra, e hizo reverencia. Y 9
d¼o David a Saúl: ¿Por qué oyes las palabras de los que dicen:
Mira que David procura tu mal? He aquí han visto hoy tus 10
ojos cómo Jehová te ha puesto hoy en mis manos en la cueva;
y me dijeron que te matase, pero te perdoné, porque dije: No
extenderé mi mano contra mi señor, porque es el ungido de
Jehová. Y mira, padre mío, mira la orilla de tu manto en mi 11
mano; porque yo corté la orilla de tu manto, y no te maté.
Conoce, pues, y ve que no hay mal ni traición en mi mano, ni
he pecado contra ti; sin embargo, tú andas a caza de mi vida

24. 12–25. 8 I Samuel 448
12 para quitármela. Juzgue Jehová entre tú y yo, y véngueme
13 de ti Jehová; pero mi mano no será contra ti. Como dice el
proverbio de los antiguos: De los impíos saldrá la impiedad;
14 así que mi mano no será contra ti. ¿Tras quién ha salido el
rey de Israel? ¿A quién persigues? ¿A un perro muerto? ¿A
15 una pulga? Jehová, pues, será juez, y él juzgará entre tú y
16 yo. El vea y sustente mi causa, y me defienda de tu mano. Y
aconteció que cuando David acabó de decir estas palabras a
Saúl, Saúl dijo: ¿No es ésta la voz tuya, hijo mío David? Y
17 alzó Saúl su voz y lloró, y dijo a David: Más justo eres tú
que yo, que me has pagado con bien, habiéndote yo pagado
18 con mal. Tú has mostrado hoy que has hecho conmigo bien;
pues no me has dado muerte, habiéndome entregado Jehová
19 en tu mano. Porque ¿quién hallará a su enemigo, y lo dejará
ir sano y salvo? Jehová te pague con bien por lo que en este
20 día has hecho conmigo. Y ahora, como yo entiendo que tú has
de reinar, y que el reino de Israel ha de ser en tu mano firme
21 y estable, júrame, pues, ahora por Jehová, que no destruirás
mi descendencia después de mí, ni borrarás mi nombre de la
22 casa de mi padre. Entonces David juró a Saúl. Y se fue Saúl
a su casa, y David y sus hombres subieron al lugar fuerte.

Fuente: Bibles.org.uk, London.

PRIMER LIBRO DE SAMUEL CAPITULO 23 VERSOS 1 AL 29

PRIMER LIBRO  DE SAMUEL CAPITULO 23 VERSOS 1 AL 29

Dieron aviso a David, diciendo: He aquí que los filisteos 23
combaten a Keila, y roban las eras. Y David consultó a Jeho- 2
vá, diciendo: ¿Iré a atacar a estos filisteos? Y Jehová respondió
a David: Ve, ataca a los filisteos, y libra a Keila. Pero los que 3
estaban con David le dijeron: He aquí que nosotros aquí en Judá
estamos con miedo; ¿cuánto más si fuéremos a Keila contra
el ejército de los filisteos? Entonces David volvió a consultar 4
a Jehová. Y Jehová le respondió y dijo: Levántate, desciende
a Keila, pues yo entregaré en tus manos a los filisteos. Fue, 5
pues, David con sus hombres a Keila, y peleó contra los filisteos,
se llevó sus ganados, y les causó una gran derrota; y libró
David a los de Keila. Y aconteció que cuando Abiatar hijo 6
de Ahimelec huyó siguiendo a David a Keila, descendió con el
efod en su mano. Y fue dado aviso a Saúl que David había 7
venido a Keila. Entonces dijo Saúl: Dios lo ha entregado en mi
mano, pues se ha encerrado entrando en ciudad con puertas
y cerraduras. Y convocó Saúl a todo el pueblo a la batalla 8
para descender a Keila, y poner sitio a David y a sus hombres.
Mas entendiendo David que Saúl ideaba el mal contra él, dijo a 9
Abiatar sacerdote: Trae el efod. Y dijo David: Jehová Dios de 10
Israel, tu siervo tiene entendido que Saúl trata de venir contra

23. 11–26 I Samuel 446
11 Keila, a destruir la ciudad por causa mía. ¿Me entregarán los
vecinos de Keila en sus manos? ¿Descenderá Saúl, como ha
oído tu siervo? Jehová Dios de Israel, te ruego que lo declares
12 a tu siervo. Y Jehová dijo: Sí, descenderá. Dijo luego David:
¿Me entregarán los vecinos de Keila a mí y a mis hombres en
13 manos de Saúl? Y Jehová respondió: Os entregarán. David
entonces se levantó con sus hombres, que eran como seiscientos,
y salieron de Keila, y anduvieron de un lugar a otro. Y
vino a Saúl la nueva de que David se había escapado de Keila,
14 y desistió de salir. Y David se quedó en el desierto en lugares
fuertes, y habitaba en un monte en el desierto de Zif; y lo buscaba
Saúl todos los días, pero Dios no lo entregó en sus manos.
15 Viendo, pues, David que Saúl había salido en busca de su vida,
16 se estuvo en Hores, en el desierto de Zif. Entonces se levantó
Jonatán hijo de Saúl y vino a David a Hores, y fortaleció
17 su mano en Dios. Y le dijo: No temas, pues no te hallará la
mano de Saúl mi padre, y tú reinarás sobre Israel, y yo seré
18 segundo después de ti; y aun Saúl mi padre así lo sabe. Y
ambos hicieron pacto delante de Jehová; y David se quedó en
19 Hores, y Jonatán se volvió a su casa. Después subieron los de
Zif para decirle a Saúl en Gabaa: ¿No está David escondido en
nuestra tierra en las peñas de Hores, en el collado de Haquila,
20 que está al sur del desierto? Por tanto, rey, desciende pronto
ahora, conforme a tu deseo, y nosotros lo entregaremos en la
21 mano del rey. Y Saúl dijo: Benditos seáis vosotros de Jehová,
22 que habéis tenido compasión de mí. Id, pues, ahora, aseguraos
más, conoced y ved el lugar de su escondite, y quién lo
haya visto allí; porque se me ha dicho que él es astuto en gran
23 manera. Observad, pues, e informaos de todos los escondrijos
donde se oculta, y volved a mí con información segura, y yo
iré con vosotros; y si él estuviere en la tierra, yo le buscaré
24 entre todos los millares de Judá. Y ellos se levantaron, y se
fueron a Zif delante de Saúl. Pero David y su gente estaban
25 en el desierto de Maón, en el Arabá al sur del desierto. Y se
fue Saúl con su gente a buscarlo; pero fue dado aviso a David,
y descendió a la peña, y se quedó en el desierto de Maón.
26 Cuando Saúl oyó esto, siguió a David al desierto de Maón. Y
Saúl iba por un lado del monte, y David con sus hombres por

447 I Samuel 23. 27–24. 11
el otro lado del monte, y se daba prisa David para escapar de
Saúl; mas Saúl y sus hombres habían encerrado a David y a su
gente para capturarlos. Entonces vino un mensajero a Saúl, 27
diciendo: Ven luego, porque los filisteos han hecho una irrupción
en el país. Volvió, por tanto, Saúl de perseguir a David, 28
y partió contra los filisteos. Por esta causa pusieron a aquel
lugar por nombre Sela-hama-lecot. Entonces David subió de 29
allí y habitó en los lugares fuertes de En-gadi.

Fuente: Bibles.org.uk, London.

PRIMER LIBRO DE SAMUEL CAPITULO 22 VERSOS 1 AL 23

PRIMER LIBRO DE SAMUEL CAPITULO 22 VERSOS 1 AL 23

Yéndose luego David de allí, huyó a la cueva de Adulam; y 22
cuando sus hermanos y toda la casa de su padre lo supieron,
vinieron allí a él. Y se juntaron con él todos los afligidos, y 2
todo el que estaba endeudado, y todos los que se hallaban en
amargura de espíritu, y fue hecho jefe de ellos; y tuvo consigo
como cuatrocientos hombres. Y se fue David de allí a Mizpa 3
de Moab, y dijo al rey de Moab: Yo te ruego que mi padre

22. 4–17 I Samuel 444
y mi madre estén con vosotros, hasta que sepa lo que Dios
4 hará de mí. Los trajo, pues, a la presencia del rey de Moab, y
habitaron con él todo el tiempo que David estuvo en el lugar
5 fuerte. Pero el profeta Gad dijo a David: No te estés en este
lugar fuerte; anda y vete a tierra de Judá. Y David se fue, y
6 vino al bosque de Haret. Oyó Saúl que se sabía de David y
de los que estaban con él. Y Saúl estaba sentado en Gabaa,
debajo de un tamarisco sobre un alto; y tenía su lanza en su
7 mano, y todos sus siervos estaban alrededor de él. Y dijo Saúl
a sus siervos que estaban alrededor de él: Oíd ahora, hijos de
Benjamín: ¿Os dará también a todos vosotros el hijo de Isaí
tierras y viñas, y os hará a todos vosotros jefes de millares y
8 jefes de centenas, para que todos vosotros hayáis conspirado
contra mí, y no haya quien me descubra al oído cómo mi hijo
ha hecho alianza con el hijo de Isaí, ni alguno de vosotros que
se duela de mí y me descubra cómo mi hijo ha levantado a mi
siervo contra mí para que me aceche, tal como lo hace hoy?
9 Entonces Doeg edomita, que era el principal de los siervos de
Saúl, respondió y dijo: Yo vi al hijo de Isaí que vino a Nob, a
10 Ahimelec hijo de Ahitob, el cual consultó por él a Jehová y le
dio provisiones, y también le dio la espada de Goliat el filisteo.
11 Y el rey envió por el sacerdote Ahimelec hijo de Ahitob, y
por toda la casa de su padre, los sacerdotes que estaban en
12 Nob; y todos vinieron al rey. Y Saúl le dijo: Oye ahora, hijo
13 de Ahitob. Y él dijo: Heme aquí, señor mío. Y le dijo Saúl:
¿Por qué habéis conspirado contra mí, tú y el hijo de Isaí,
cuando le diste pan y espada, y consultaste por él a Dios, para
que se levantase contra mí y me acechase, como lo hace hoy
14 día? Entonces Ahimelec respondió al rey, y dijo: ¿Y quién
entre todos tus siervos es tan fiel como David, yerno también
15 del rey, que sirve a tus órdenes y es ilustre en tu casa? ¿He
comenzado yo desde hoy a consultar por él a Dios? Lejos sea
de mí; no culpe el rey de cosa alguna a su siervo, ni a toda la
casa de mi padre; porque tu siervo ninguna cosa sabe de este
16 asunto, grande ni pequeña. Y el rey dijo: Sin duda morirás,
17 Ahimelec, tú y toda la casa de tu padre. Entonces dijo el rey
a la gente de su guardia que estaba alrededor de él: Volveos y
matad a los sacerdotes de Jehová; porque también la mano de

445 I Samuel 22. 18–23. 10
ellos está con David, pues sabiendo ellos que huía, no me lo
descubrieron. Pero los siervos del rey no quisieron extender sus
manos para matar a los sacerdotes de Jehová. Entonces dijo 18
el rey a Doeg: Vuelve tú, y arremete contra los sacerdotes. Y
se volvió Doeg el edomita y acometió a los sacerdotes, y mató
en aquel día a ochenta y cinco varones que vestían efod de lino.
Y a Nob, ciudad de los sacerdotes, hirió a filo de espada; así 19
a hombres como a mujeres, niños hasta los de pecho, bueyes,
asnos y ovejas, todo lo hirió a filo de espada. Pero uno de 20
los hijos de Ahimelec hijo de Ahitob, que se llamaba Abiatar,
escapó, y huyó tras David. Y Abiatar dio aviso a David de 21
cómo Saúl había dado muerte a los sacerdotes de Jehová. Y 22
dijo David a Abiatar: Yo sabía que estando allí aquel día Doeg
el edomita, él lo había de hacer saber a Saúl. Yo he ocasionado
la muerte a todas las personas de la casa de tu padre. Quédate 23
conmigo, no temas; quien buscare mi vida, buscará también la
tuya; pues conmigo estarás a salvo.

Fuente: Bibles.org.uk, London. 

PRIMER LIBRO DE SAMUEL CAPITULO 21 VERSOS 1 AL 15

PRIMER LIBRO DE SAMUEL CAPITULO 21 VERSOS 1 AL 15
21 Vino David a Nob, al sacerdote Ahimelec; y se sorprendió
Ahimelec de su encuentro, y le dijo: ¿Cómo vienes tú solo,
2 y nadie contigo? Y respondió David al sacerdote Ahimelec:
El rey me encomendó un asunto, y me dijo: Nadie sepa cosa
alguna del asunto a que te envío, y lo que te he encomendado;
3 y yo les señalé a los criados un cierto lugar. Ahora, pues,
4 ¿qué tienes a mano? Dame cinco panes, o lo que tengas. El
sacerdote respondió a David y dijo: No tengo pan común a la

443 I Samuel 21. 5–22. 3
mano, solamente tengo pan sagrado; pero lo daré si los criados
se han guardado a lo menos de mujeres. Y David respondió 5
al sacerdote, y le dijo: En verdad las mujeres han estado lejos
de nosotros ayer y anteayer; cuando yo salí, ya los vasos de los
jóvenes eran santos, aunque el viaje es profano; ¿cuánto más
no serán santos hoy sus vasos? Así el sacerdote le dio el pan 6
sagrado, porque allí no había otro pan sino los panes de la
proposición, los cuales habían sido quitados de la presencia de
Jehová, para poner panes calientes el día que aquéllos fueron
quitados. Y estaba allí aquel día detenido delante de Jehová 7
uno de los siervos de Saúl, cuyo nombre era Doeg, edomita, el
principal de los pastores de Saúl. Y David dijo a Ahimelec: 8
¿No tienes aquí a mano lanza o espada? Porque no tomé en mi
mano mi espada ni mis armas, por cuanto la orden del rey era
apremiante. Y el sacerdote respondió: La espada de Goliat el 9
filisteo, al que tú venciste en el valle de Ela, está aquí envuelta
en un velo detrás del efod; si quieres tomarla, tómala; porque
aquí no hay otra sino ésa. Y dijo David: Ninguna como ella;
dámela. Y levantándose David aquel día, huyó de la presencia 10
de Saúl, y se fue a Aquis rey de Gat. Y los siervos de Aquis 11
le d¼eron: ¿No es éste David, el rey de la tierra? ¿no es éste de
quien cantaban en las danzas, diciendo: Hirió Saúl a sus miles,
Y David a sus diez miles? Y David puso en su corazón estas 12
palabras, y tuvo gran temor de Aquis rey de Gat. Y cambió su 13
manera de comportarse delante de ellos, y se fingió loco entre
ellos, y escribía en las portadas de las puertas, y dejaba correr
la saliva por su barba. Y dijo Aquis a sus siervos: He aquí, 14
veis que este hombre es demente; ¿por qué lo habéis traído
a mí? ¿Acaso me faltan locos, para que hayáis traído a éste 15
que hiciese de loco delante de mí? ¿Había de entrar éste en mi
casa?

Fuente: LA SANTA BIBLIA
ANTIGUO Y NUEVO TESTAMENTO
ANTIGUA VERSIÓN DE CASIODORO DE REINA (1569)
REVISADA POR CIPRIANO DE VALERA (1602)
OTRAS REVISIONES: 1862, 1909 Y 1960
Reina-Valera 1960
Bibles.org.uk, London.

PRIMER LIBRO DE SAMUEL CAPITULO 20 VERSOS 1 AL 42

PRIMER LIBRO DE SAMUEL CAPITULO 20 VERSOS 1 AL 42

20 Después David huyó de Naiot en Ramá, y vino delante de
Jonatán, y dijo: ¿Qué he hecho yo? ¿Cuál es mi maldad, o cuál
2 mi pecado contra tu padre, para que busque mi vida? Él le
dijo: En ninguna manera; no morirás. He aquí que mi padre
ninguna cosa hará, grande ni pequeña, que no me la descubra;
¿por qué, pues, me ha de encubrir mi padre este asunto? No
3 será así. Y David volvió a jurar diciendo: Tu padre sabe claramente
que yo he hallado gracia delante de tus ojos, y dirá:
No sepa esto Jonatán, para que no se entristezca; y ciertamente,
vive Jehová y vive tu alma, que apenas hay un paso entre
4 mí y la muerte. Y Jonatán dijo a David: Lo que deseare tu
5 alma, haré por ti. Y David respondió a Jonatán: He aquí que
mañana será nueva luna, y yo acostumbro sentarme con el rey
a comer; mas tú dejarás que me esconda en el campo hasta la
6 tarde del tercer día. Si tu padre hiciere mención de mí, dirás:
Me rogó mucho que lo dejase ir corriendo a Belén su ciudad,
porque todos los de su familia celebran allá el sacrificio anual.
7 Si él dijere: Bien está, entonces tendrá paz tu siervo; mas si
se enojare, sabe que la maldad está determinada de parte de
8 él. Harás, pues, misericordia con tu siervo, ya que has hecho
entrar a tu siervo en pacto de Jehová contigo; y si hay maldad
en mí, mátame tú, pues no hay necesidad de llevarme hasta tu
9 padre. Y Jonatán le dijo: Nunca tal te suceda; antes bien, si
yo supiere que mi padre ha determinado maldad contra ti, ¿no
10 te lo avisaría yo? Dijo entonces David a Jonatán: ¿Quién me
11 dará aviso si tu padre te respondiere ásperamente? Y Jonatán
dijo a David: Ven, salgamos al campo. Y salieron ambos
12 al campo. Entonces dijo Jonatán a David: ¡Jehová Dios de
Israel, sea testigo! Cuando le haya preguntado a mi padre mañana
a esta hora, o el día tercero, si resultare bien para con
13 David, entonces enviaré a ti para hacértelo saber. Pero si mi
padre intentare hacerte mal, Jehová haga así a Jonatán, y aun
le añada, si no te lo hiciere saber y te enviare para que te vayas

441 I Samuel 20. 14–30
en paz. Y esté Jehová contigo, como estuvo con mi padre. Y si 14
yo viviere, harás conmigo misericordia de Jehová, para que no
muera, y no apartarás tu misericordia de mi casa para siem- 15
pre. Cuando Jehová haya cortado uno por uno los enemigos
de David de la tierra, no dejes que el nombre de Jonatán sea
quitado de la casa de David. Así hizo Jonatán pacto con la 16
casa de David, diciendo: Requiéralo Jehová de la mano de los
enemigos de David. Y Jonatán hizo jurar a David otra vez, 17
porque le amaba, pues le amaba como a sí mismo. Luego le 18
dijo Jonatán: Mañana es nueva luna, y tú serás echado de menos,
porque tu asiento estará vacío. Estarás, pues, tres días, y 19
luego descenderás y vendrás al lugar donde estabas escondido
el día que ocurrió esto mismo, y esperarás junto a la piedra
de Ezel. Y yo tiraré tres saetas hacia aquel lado, como ejer- 20
citándome al blanco. Luego enviaré al criado, diciéndole: Ve, 21
busca las saetas. Y si dijere al criado: He allí las saetas más
acá de ti, tómalas; tú vendrás, porque paz tienes, y nada malo
hay, vive Jehová. Mas si yo dijere al muchacho así: He allí las 22
saetas más allá de ti; vete, porque Jehová te ha enviado. En 23
cuanto al asunto de que tú y yo hemos hablado, esté Jehová
entre nosotros dos para siempre. David, pues, se escondió en 24
el campo, y cuando llegó la nueva luna, se sentó el rey a comer
pan. Y el rey se sentó en su silla, como solía, en el asiento 25
junto a la pared, y Jonatán se levantó, y se sentó Abner al
lado de Saúl, y el lugar de David quedó vacío. Mas aquel día 26
Saúl no dijo nada, porque se decía: Le habrá acontecido algo,
y no está limpio; de seguro no está purificado. Al siguiente 27
día, el segundo día de la nueva luna, aconteció también que el
asiento de David quedó vacío. Y Saúl dijo a Jonatán su hijo:
¿Por qué no ha venido a comer el hijo de Isaí hoy ni ayer?
Y Jonatán respondió a Saúl: David me pidió encarecidamen- 28
te que le dejase ir a Belén, diciendo: Te ruego que me dejes 29
ir, porque nuestra familia celebra sacrificio en la ciudad, y mi
hermano me lo ha mandado; por lo tanto, si he hallado gracia
en tus ojos, permíteme ir ahora para visitar a mis hermanos.
Por esto, pues, no ha venido a la mesa del rey. Entonces se 30
encendió la ira de Saúl contra Jonatán, y le dijo: Hijo de la
perversa y rebelde, ¿acaso no sé yo que tú has elegido al hijo

20. 31–21. 4 I Samuel 442
de Isaí para confusión tuya, y para confusión de la vergüenza
31 de tu madre? Porque todo el tiempo que el hijo de Isaí viviere
sobre la tierra, ni tú estarás firme, ni tu reino. Envía pues,
32 ahora, y tráemelo, porque ha de morir. Y Jonatán respondió
a su padre Saúl y le dijo: ¿Por qué morirá? ¿Qué ha hecho?
33 Entonces Saúl le arrojó una lanza para herirlo; de donde entendió
Jonatán que su padre estaba resuelto a matar a David.
34 Y se levantó Jonatán de la mesa con exaltada ira, y no comió
pan el segundo día de la nueva luna; porque tenía dolor a cau-
35 sa de David, porque su padre le había afrentado. Al otro día,
de mañana, salió Jonatán al campo, al tiempo señalado con
36 David, y un muchacho pequeño con él. Y dijo al muchacho:
Corre y busca las saetas que yo tirare. Y cuando el muchacho
iba corriendo, él tiraba la saeta de modo que pasara más allá
37 de él. Y llegando el muchacho adonde estaba la saeta que
Jonatán había tirado, Jonatán dio voces tras el muchacho, di-
38 ciendo: ¿No está la saeta más allá de ti? Y volvió a gritar
Jonatán tras el muchacho: Corre, date prisa, no te pares. Y
el muchacho de Jonatán recogió las saetas, y vino a su señor.
39 Pero ninguna cosa entendió el muchacho; solamente Jonatán y
40 David entendían de lo que se trataba. Luego dio Jonatán sus
41 armas a su muchacho, y le dijo: Vete y llévalas a la ciudad. Y
luego que el muchacho se hubo ido, se levantó David del lado
del sur, y se inclinó tres veces postrándose hasta la tierra; y
besándose el uno al otro, lloraron el uno con el otro; y David
42 lloró más. Y Jonatán dijo a David: Vete en paz, porque ambos
hemos jurado por el nombre de Jehová, diciendo: Jehová
esté entre tú y yo, entre tu descendencia y mi descendencia,
para siempre. Y él se levantó y se fue; y Jonatán entró en la
ciudad.

Fuente: LA SANTA BIBLIA
ANTIGUO Y NUEVO TESTAMENTO
ANTIGUA VERSIÓN DE CASIODORO DE REINA (1569)
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PRIMER LIBRO DE SAMUEL CAPITULO 19 VERSOS 1 AL 24

PRIMER LIBRO DE SAMUEL CAPITULO 19 VERSOS 1 AL 24

19 Habló Saúl a Jonatán su hijo, y a todos sus siervos, para
que matasen a David; pero Jonatán hijo de Saúl amaba a Da-
2 vid en gran manera, y dio aviso a David, diciendo: Saúl mi
padre procura matarte; por tanto cuídate hasta la mañana, y
3 estate en lugar oculto y escóndete. Y yo saldré y estaré junto
a mi padre en el campo donde estés; y hablaré de ti a mi padre,
4 y te haré saber lo que haya. Y Jonatán habló bien de David
a Saúl su padre, y le dijo: No peque el rey contra su siervo
David, porque ninguna cosa ha cometido contra ti, y porque
5 sus obras han sido muy buenas para contigo; pues él tomó su
vida en su mano, y mató al filisteo, y Jehová dio gran salvación
a todo Israel. Tú lo viste, y te alegraste; ¿por qué, pues, peca-
6 rás contra la sangre inocente, matando a David sin causa? Y
escuchó Saúl la voz de Jonatán, y juró Saúl: Vive Jehová, que

439 I Samuel 19. 7–23
no morirá. Y llamó Jonatán a David, y le declaró todas estas 7
palabras; y él mismo trajo a David a Saúl, y estuvo delante
de él como antes. Después hubo de nuevo guerra; y salió Da- 8
vid y peleó contra los filisteos, y los hirió con gran estrago, y
huyeron delante de él. Y el espíritu malo de parte de Jehová 9
vino sobre Saúl; y estando sentado en su casa tenía una lanza
a mano, mientras David estaba tocando. Y Saúl procuró 10
enclavar a David con la lanza a la pared, pero él se apartó de
delante de Saúl, el cual hirió con la lanza en la pared; y David
huyó, y escapó aquella noche. Saúl envió luego mensajeros a 11
casa de David para que lo vigilasen, y lo matasen a la mañana.
Mas Mical su mujer avisó a David, diciendo: Si no salvas tu
vida esta noche, mañana serás muerto. Y descolgó Mical a 12
David por una ventana; y él se fue y huyó, y escapó. Tomó 13
luego Mical una estatua, y la puso sobre la cama, y le acomodó
por cabecera una almohada de pelo de cabra y la cubrió
con la ropa. Y cuando Saúl envió mensajeros para prender 14
a David, ella respondió: Está enfermo. Volvió Saúl a enviar 15
mensajeros para que viesen a David, diciendo: Traédmelo en
la cama para que lo mate. Y cuando los mensajeros entraron, 16
he aquí la estatua estaba en la cama, y una almohada de pelo
de cabra a su cabecera. Entonces Saúl dijo a Mical: ¿Por qué 17
me has engañado así, y has dejado escapar a mi enemigo? Y
Mical respondió a Saúl: Porque él me dijo: Déjame ir; si no,
yo te mataré. Huyó, pues, David, y escapó, y vino a Samuel 18
en Ramá, y le d¼o todo lo que Saúl había hecho con él. Y él
y Samuel se fueron y moraron en Naiot. Y fue dado aviso 19
a Saúl, diciendo: He aquí que David está en Naiot en Ramá.
Entonces Saúl envió mensajeros para que trajeran a David, 20
los cuales vieron una compañía de profetas que profetizaban,
y a Samuel que estaba allí y los presidía. Y vino el Espíritu de
Dios sobre los mensajeros de Saúl, y ellos también profetizaron.
Cuando lo supo Saúl, envió otros mensajeros, los cuales 21
también profetizaron. Y Saúl volvió a enviar mensajeros por
tercera vez, y ellos también profetizaron. Entonces él mismo 22
fue a Ramá; y llegando al gran pozo que está en Secú, preguntó
diciendo: ¿Dónde están Samuel y David? Y uno respondió:
He aquí están en Naiot en Ramá. Y fue a Naiot en Ramá; y 23

19. 24–20. 13 I Samuel 440
también vino sobre él el Espíritu de Dios, y siguió andando y
24 profetizando hasta que llegó a Naiot en Ramá. Y él también
se despojó de sus vestidos, y profetizó igualmente delante de
Samuel, y estuvo desnudo todo aquel día y toda aquella noche.
De aquí se dijo: ¿También Saúl entre los profetas?

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PRIMER LIBRO DE SAMUEL CAPITULO 18 VERSOS 1 AL30

PRIMER LIBRO DE SAMUEL CAPITULO 18 VERSOS 1 AL30
18 Aconteció que cuando él hubo acabado de hablar con Saúl,
el alma de Jonatán quedó ligada con la de David, y lo amó
2 Jonatán como a sí mismo. Y Saúl le tomó aquel día, y no le

437 I Samuel 18. 3–21
dejó volver a casa de su padre. E hicieron pacto Jonatán y 3
David, porque él le amaba como a sí mismo. Y Jonatán se 4
quitó el manto que llevaba, y se lo dio a David, y otras ropas
suyas, hasta su espada, su arco y su talabarte. Y salía David 5
a dondequiera que Saúl le enviaba, y se portaba prudentemente.
Y lo puso Saúl sobre gente de guerra, y era acepto a los
ojos de todo el pueblo, y a los ojos de los siervos de Saúl.
Aconteció que cuando volvían ellos, cuando David volvió de 6
matar al filisteo, salieron las mujeres de todas las ciudades de
Israel cantando y danzando, para recibir al rey Saúl, con panderos,
con cánticos de alegría y con instrumentos de música.
Y cantaban las mujeres que danzaban, y decían: Saúl hirió a 7
sus miles, Y David a sus diez miles. Y se enojó Saúl en gran 8
manera, y le desagradó este dicho, y dijo: A David dieron diez
miles, y a mí miles; no le falta más que el reino. Y desde 9
aquel día Saúl no miró con buenos ojos a David. Aconteció al 10
otro día, que un espíritu malo de parte de Dios tomó a Saúl,
y él desvariaba en medio de la casa. David tocaba con su mano
como los otros días; y tenía Saúl la lanza en la mano. Y 11
arrojó Saúl la lanza, diciendo: Enclavaré a David a la pared.
Pero David lo evadió dos veces. Mas Saúl estaba temeroso de 12
David, por cuanto Jehová estaba con él, y se había apartado
de Saúl; por lo cual Saúl lo alejó de sí, y le hizo jefe de mil; 13
y salía y entraba delante del pueblo. Y David se conducía 14
prudentemente en todos sus asuntos, y Jehová estaba con él.
Y viendo Saúl que se portaba tan prudentemente, tenía temor 15
de él. Mas todo Israel y Judá amaba a David, porque él salía 16
y entraba delante de ellos. Entonces dijo Saúl a David: He 17
aquí, yo te daré Merab mi hija mayor por mujer, con tal que
me seas hombre valiente, y pelees las batallas de Jehová. Mas
Saúl decía: No será mi mano contra él, sino que será contra él
la mano de los filisteos. Pero David respondió a Saúl: ¿Quién 18
soy yo, o qué es mi vida, o la familia de mi padre en Israel,
para que yo sea yerno del rey? Y llegado el tiempo en que Me- 19
rab hija de Saúl se había de dar a David, fue dada por mujer
a Adriel meholatita. Pero Mical la otra hija de Saúl amaba 20
a David; y fue dicho a Saúl, y le pareció bien a sus ojos. Y 21
Saúl dijo: Yo se la daré, para que le sea por lazo, y para que

18. 22–19. 6 I Samuel 438
la mano de los filisteos sea contra él. Dijo, pues, Saúl a David
22 por segunda vez: Tú serás mi yerno hoy. Y mandó Saúl a sus
siervos: Hablad en secreto a David, diciéndole: He aquí el rey
te ama, y todos sus siervos te quieren bien; sé, pues, yerno del
23 rey. Los criados de Saúl hablaron estas palabras a los oídos
de David. Y David dijo: ¿Os parece a vosotros que es poco
ser yerno del rey, siendo yo un hombre pobre y de ninguna
24 estima? Y los criados de Saúl le dieron la respuesta, diciendo:
25 Tales palabras ha dicho David. Y Saúl dijo: Decid así a David:
El rey no desea la dote, sino cien prepucios de filisteos, para
que sea tomada venganza de los enemigos del rey. Pero Saúl
26 pensaba hacer caer a David en manos de los filisteos. Cuando
sus siervos declararon a David estas palabras, pareció bien la
cosa a los ojos de David, para ser yerno del rey. Y antes que
27 el plazo se cumpliese, se levantó David y se fue con su gente,
y mató a doscientos hombres de los filisteos; y trajo David los
prepucios de ellos y los entregó todos al rey, a fin de hacerse
28 yerno del rey. Y Saúl le dio su hija Mical por mujer. Pero
Saúl, viendo y considerando que Jehová estaba con David, y
29 que su h¼a Mical lo amaba, tuvo más temor de David; y fue
30 Saúl enemigo de David todos los días. Y salieron a campaña
los príncipes de los filisteos; y cada vez que salían, David tenía
más éxito que todos los siervos de Saúl, por lo cual se hizo de
mucha estima su nombre.

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PRIMER LIBRO DE SAMUEL CAPITULO 17 VERSOS 1 AL 58

PRIMER LIBRO DE SAMUEL CAPITULO 17 VERSOS 1 AL 58

Los filisteos juntaron sus ejércitos para la guerra, y se con- 17
gregaron en Soco, que es de Judá, y acamparon entre Soco y
Azeca, en Efes-damim. También Saúl y los hombres de Israel 2
se juntaron, y acamparon en el valle de Ela, y se pusieron en
orden de batalla contra los filisteos. Y los filisteos estaban 3
sobre un monte a un lado, e Israel estaba sobre otro monte al
otro lado, y el valle entre ellos. Salió entonces del campamen- 4
to de los filisteos un paladín, el cual se llamaba Goliat, de Gat,
y tenía de altura seis codos y un palmo. Y traía un casco de 5
bronce en su cabeza, y llevaba una cota de malla; y era el peso
de la cota cinco mil siclos de bronce. Sobre sus piernas traía 6
grebas de bronce, y jabalina de bronce entre sus hombros. El 7
asta de su lanza era como un rodillo de telar, y tenía el hierro
de su lanza seiscientos siclos de hierro; e iba su escudero delante
de él. Y se paró y dio voces a los escuadrones de Israel, 8
diciéndoles: ¿Para qué os habéis puesto en orden de batalla?
¿No soy yo el filisteo, y vosotros los siervos de Saúl? Escoged
de entre vosotros un hombre que venga contra mí. Si él pudie- 9
re pelear conmigo, y me venciere, nosotros seremos vuestros
siervos; y si yo pudiere más que él, y lo venciere, vosotros seréis
nuestros siervos y nos serviréis. Y añadió el filisteo: Hoy 10
yo he desafiado al campamento de Israel; dadme un hombre
que pelee conmigo. Oyendo Saúl y todo Israel estas palabras 11
del filisteo, se turbaron y tuvieron gran miedo. Y David era 12

17. 13–27 I Samuel 434
hijo de aquel hombre efrateo de Belén de Judá, cuyo nombre
era Isaí, el cual tenía ocho hijos; y en el tiempo de Saúl este
13 hombre era viejo y de gran edad entre los hombres. Y los tres
hijos mayores de Isaí habían ido para seguir a Saúl a la guerra.
Y los nombres de sus tres hijos que habían ido a la guerra eran:
Eliab el primogénito, el segundo Abinadab, y el tercero Sama;
14 y David era el menor. Siguieron, pues, los tres mayores a Saúl.
15 Pero David había ido y vuelto, dejando a Saúl, para apacentar
16 las ovejas de su padre en Belén. Venía, pues, aquel filisteo por
la mañana y por la tarde, y así lo hizo durante cuarenta días.
17 Y dijo Isaí a David su hijo: Toma ahora para tus hermanos un
efa de este grano tostado, y estos diez panes, y llévalo pronto
18 al campamento a tus hermanos. Y estos diez quesos de leche
los llevarás al jefe de los mil; y mira si tus hermanos están
19 buenos, y toma prendas de ellos. Y Saúl y ellos y todos los de
Israel estaban en el valle de Ela, peleando contra los filisteos.
20 Se levantó, pues, David de mañana, y dejando las ovejas al
cuidado de un guarda, se fue con su carga como Isaí le había
mandado; y llegó al campamento cuando el ejército salía en
21 orden de batalla, y daba el grito de combate. Y se pusieron
en orden de batalla Israel y los filisteos, ejército frente a ejérci-
22 to. Entonces David dejó su carga en mano del que guardaba
el bagaje, y corrió al ejército; y cuando llegó, preguntó por
23 sus hermanos, si estaban bien. Mientras él hablaba con ellos,
he aquí que aquel paladín que se ponía en medio de los dos
campamentos, que se llamaba Goliat, el filisteo de Gat, salió
de entre las filas de los filisteos y habló las mismas palabras, y
24 las oyó David. Y todos los varones de Israel que veían aquel
25 hombre huían de su presencia, y tenían gran temor. Y cada
uno de los de Israel decía: ¿No habéis visto aquel hombre
que ha salido? Él se adelanta para provocar a Israel. Al que le
venciere, el rey le enriquecerá con grandes riquezas, y le dará
su h¼a, y eximirá de tributos a la casa de su padre en Israel.
26 Entonces habló David a los que estaban junto a él, diciendo:
¿Qué harán al hombre que venciere a este filisteo, y quitare
el oprobio de Israel? Porque ¿quién es este filisteo incircunciso,
para que provoque a los escuadrones del Dios viviente?
27 Y el pueblo le respondió las mismas palabras, diciendo: Así

435 I Samuel 17. 28–44
se hará al hombre que le venciere. Y oyéndole hablar Eliab 28
su hermano mayor con aquellos hombres, se encendió en ira
contra David y dijo: ¿Para qué has descendido acá? ¿y a quién
has dejado aquellas pocas ovejas en el desierto? Yo conozco tu
soberbia y la malicia de tu corazón, que para ver la batalla
has venido. David respondió: ¿Qué he hecho yo ahora? ¿No 29
es esto mero hablar? Y apartándose de él hacia otros, pre- 30
guntó de igual manera; y le dio el pueblo la misma respuesta
de antes. Fueron oídas las palabras que David había dicho, y 31
las refirieron delante de Saúl; y él lo hizo venir. Y dijo David 32
a Saúl: No desmaye el corazón de ninguno a causa de él; tu
siervo irá y peleará contra este filisteo. Dijo Saúl a David: No 33
podrás tú ir contra aquel filisteo, para pelear con él; porque tú
eres muchacho, y él un hombre de guerra desde su juventud.
David respondió a Saúl: Tu siervo era pastor de las ovejas de 34
su padre; y cuando venía un león, o un oso, y tomaba algún
cordero de la manada, salía yo tras él, y lo hería, y lo libraba 35
de su boca; y si se levantaba contra mí, yo le echaba mano de
la quijada, y lo hería y lo mataba. Fuese león, fuese oso, tu 36
siervo lo mataba; y este filisteo incircunciso será como uno de
ellos, porque ha provocado al ejército del Dios viviente. Aña- 37
dió David: Jehová, que me ha librado de las garras del león
y de las garras del oso, él también me librará de la mano de
este filisteo. Y dijo Saúl a David: Ve, y Jehová esté contigo. Y 38
Saúl vistió a David con sus ropas, y puso sobre su cabeza un
casco de bronce, y le armó de coraza. Y ciñó David su espada 39
sobre sus vestidos, y probó a andar, porque nunca había hecho
la prueba. Y dijo David a Saúl: Yo no puedo andar con esto,
porque nunca lo practiqué. Y David echó de sí aquellas cosas.
Y tomó su cayado en su mano, y escogió cinco piedras lisas del 40
arroyo, y las puso en el saco pastoril, en el zurrón que traía,
y tomó su honda en su mano, y se fue hacia el filisteo. Y el 41
filisteo venía andando y acercándose a David, y su escudero
delante de él. Y cuando el filisteo miró y vio a David, le tuvo 42
en poco; porque era muchacho, y rubio, y de hermoso parecer.
Y dijo el filisteo a David: ¿Soy yo perro, para que vengas a mí 43
con palos? Y maldijo a David por sus dioses. Dijo luego el 44
filisteo a David: Ven a mí, y daré tu carne a las aves del cielo

17. 45–18. 2 I Samuel 436
45 y a las bestias del campo. Entonces dijo David al filisteo: Tú
vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en
el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones
46 de Israel, a quien tú has provocado. Jehová te entregará hoy
en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza, y daré hoy
los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias
47 de la tierra; y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel. Y
sabrá toda esta congregación que Jehová no salva con espada
y con lanza; porque de Jehová es la batalla, y él os entrega-
48 rá en nuestras manos. Y aconteció que cuando el filisteo se
levantó y echó a andar para ir al encuentro de David, David
49 se dio prisa, y corrió a la línea de batalla contra el filisteo. Y
metiendo David su mano en la bolsa, tomó de allí una piedra,
y la tiró con la honda, e hirió al filisteo en la frente; y
la piedra quedó clavada en la frente, y cayó sobre su rostro
50 en tierra. Así venció David al filisteo con honda y piedra; e
hirió al filisteo y lo mató, sin tener David espada en su mano.
51 Entonces corrió David y se puso sobre el filisteo; y tomando
la espada de él y sacándola de su vaina, lo acabó de matar, y
le cortó con ella la cabeza. Y cuando los filisteos vieron a su
52 paladín muerto, huyeron. Levantándose luego los de Israel y
los de Judá, gritaron, y siguieron a los filisteos hasta llegar al
valle, y hasta las puertas de Ecrón. Y cayeron los heridos de
53 los filisteos por el camino de Saaraim hasta Gat y Ecrón. Y
volvieron los hijos de Israel de seguir tras los filisteos, y sa-
54 quearon su campamento. Y David tomó la cabeza del filisteo
y la trajo a Jerusalén, pero las armas de él las puso en su tien-
55 da. Y cuando Saúl vio a David que salía a encontrarse con el
filisteo, dijo a Abner general del ejército: Abner, ¿de quién es
56 hijo ese joven? Y Abner respondió: Vive tu alma, oh rey, que
57 no lo sé. Y el rey dijo: Pregunta de quién es hijo ese joven. Y
cuando David volvía de matar al filisteo, Abner lo tomó y lo
llevó delante de Saúl, teniendo David la cabeza del filisteo en
58 su mano. Y le dijo Saúl: Muchacho, ¿de quién eres hijo? Y
David respondió: Yo soy hijo de tu siervo Isaí de Belén.

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PRIMER LIBRO DE SAMUEL CAPITULO 16 VERSOS 1 AL 23

PRIMER LIBRO DE SAMUEL CAPITULO 16 VERSOS 1 AL 23

Dijo Jehová a Samuel: ¿Hasta cuándo llorarás a Saúl, ha- 16
biéndolo yo desechado para que no reine sobre Israel? Llena tu

16. 2–17 I Samuel 432
cuerno de aceite, y ven, te enviaré a Isaí de Belén, porque de
2 sus hijos me he provisto de rey. Y dijo Samuel: ¿Cómo iré? Si
Saúl lo supiera, me mataría. Jehová respondió: Toma contigo
una becerra de la vacada, y di: A ofrecer sacrificio a Jehová
3 he venido. Y llama a Isaí al sacrificio, y yo te enseñaré lo que
4 has de hacer; y me ungirás al que yo te dijere. Hizo, pues,
Samuel como le dijo Jehová; y luego que él llegó a Belén, los
ancianos de la ciudad salieron a recibirle con miedo, y dijeron:
5 ¿Es pacífica tu venida? Él respondió: Sí, vengo a ofrecer sacrificio
a Jehová; santificaos, y venid conmigo al sacrificio. Y
6 santificando él a Isaí y a sus hijos, los llamó al sacrificio. Y
aconteció que cuando ellos vinieron, él vio a Eliab, y dijo: De
7 cierto delante de Jehová está su ungido. Y Jehová respondió
a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura,
porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el
hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos,
8 pero Jehová mira el corazón. Entonces llamó Isaí a Abinadab,
y lo hizo pasar delante de Samuel, el cual dijo: Tampoco a éste
9 ha escogido Jehová. Hizo luego pasar Isaí a Sama. Y él dijo:
10 Tampoco a éste ha elegido Jehová. E hizo pasar Isaí siete hijos
suyos delante de Samuel; pero Samuel d¼o a Isaí: Jehová
11 no ha elegido a éstos. Entonces dijo Samuel a Isaí: ¿Son éstos
todos tus hijos? Y él respondió: Queda aún el menor, que apacienta
las ovejas. Y dijo Samuel a Isaí: Envía por él, porque
12 no nos sentaremos a la mesa hasta que él venga aquí. Envió,
pues, por él, y le hizo entrar; y era rubio, hermoso de ojos,
y de buen parecer. Entonces Jehová dijo: Levántate y úngelo,
13 porque éste es. Y Samuel tomó el cuerno del aceite, y lo ungió
en medio de sus hermanos; y desde aquel día en adelante el
Espíritu de Jehová vino sobre David. Se levantó luego Samuel,
14 y se volvió a Ramá. El Espíritu de Jehová se apartó de Saúl,
15 y le atormentaba un espíritu malo de parte de Jehová. Y los
criados de Saúl le dijeron: He aquí ahora, un espíritu malo de
16 parte de Dios te atormenta. Diga, pues, nuestro señor a tus
siervos que están delante de ti, que busquen a alguno que sepa
tocar el arpa, para que cuando esté sobre ti el espíritu malo
17 de parte de Dios, él toque con su mano, y tengas alivio. Y
Saúl respondió a sus criados: Buscadme, pues, ahora alguno

433 I Samuel 16. 18–17. 12
que toque bien, y traédmelo. Entonces uno de los criados res- 18
pondió diciendo: He aquí yo he visto a un hijo de Isaí de Belén,
que sabe tocar, y es valiente y vigoroso y hombre de guerra,
prudente en sus palabras, y hermoso, y Jehová está con él. Y 19
Saúl envió mensajeros a Isaí, diciendo: Envíame a David tu
hijo, el que está con las ovejas. Y tomó Isaí un asno cargado 20
de pan, una vasija de vino y un cabrito, y lo envió a Saúl por
medio de David su hijo. Y viniendo David a Saúl, estuvo de- 21
lante de él; y él le amó mucho, y le hizo su paje de armas. Y 22
Saúl envió a decir a Isaí: Yo te ruego que esté David conmigo,
pues ha hallado gracia en mis ojos. Y cuando el espíritu malo 23
de parte de Dios venía sobre Saúl, David tomaba el arpa y
tocaba con su mano; y Saúl tenía alivio y estaba mejor, y el
espíritu malo se apartaba de él.

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PRIMER LIBRO DE LOS REYES CAPITULO 4 VERSOS 1 AL 34

 PRIMER LIBRO DE LOS REYES CAPITULO 4 VERSOS 1 AL 34 Se enumeran los oficiales de la corte de Salomón — Salomón gobierna en paz y en prosper...