PRIMER LIBRO DE SAMUEL CAPITULO 20 VERSOS 1 AL 42

PRIMER LIBRO DE SAMUEL CAPITULO 20 VERSOS 1 AL 42

20 Después David huyó de Naiot en Ramá, y vino delante de
Jonatán, y dijo: ¿Qué he hecho yo? ¿Cuál es mi maldad, o cuál
2 mi pecado contra tu padre, para que busque mi vida? Él le
dijo: En ninguna manera; no morirás. He aquí que mi padre
ninguna cosa hará, grande ni pequeña, que no me la descubra;
¿por qué, pues, me ha de encubrir mi padre este asunto? No
3 será así. Y David volvió a jurar diciendo: Tu padre sabe claramente
que yo he hallado gracia delante de tus ojos, y dirá:
No sepa esto Jonatán, para que no se entristezca; y ciertamente,
vive Jehová y vive tu alma, que apenas hay un paso entre
4 mí y la muerte. Y Jonatán dijo a David: Lo que deseare tu
5 alma, haré por ti. Y David respondió a Jonatán: He aquí que
mañana será nueva luna, y yo acostumbro sentarme con el rey
a comer; mas tú dejarás que me esconda en el campo hasta la
6 tarde del tercer día. Si tu padre hiciere mención de mí, dirás:
Me rogó mucho que lo dejase ir corriendo a Belén su ciudad,
porque todos los de su familia celebran allá el sacrificio anual.
7 Si él dijere: Bien está, entonces tendrá paz tu siervo; mas si
se enojare, sabe que la maldad está determinada de parte de
8 él. Harás, pues, misericordia con tu siervo, ya que has hecho
entrar a tu siervo en pacto de Jehová contigo; y si hay maldad
en mí, mátame tú, pues no hay necesidad de llevarme hasta tu
9 padre. Y Jonatán le dijo: Nunca tal te suceda; antes bien, si
yo supiere que mi padre ha determinado maldad contra ti, ¿no
10 te lo avisaría yo? Dijo entonces David a Jonatán: ¿Quién me
11 dará aviso si tu padre te respondiere ásperamente? Y Jonatán
dijo a David: Ven, salgamos al campo. Y salieron ambos
12 al campo. Entonces dijo Jonatán a David: ¡Jehová Dios de
Israel, sea testigo! Cuando le haya preguntado a mi padre mañana
a esta hora, o el día tercero, si resultare bien para con
13 David, entonces enviaré a ti para hacértelo saber. Pero si mi
padre intentare hacerte mal, Jehová haga así a Jonatán, y aun
le añada, si no te lo hiciere saber y te enviare para que te vayas

441 I Samuel 20. 14–30
en paz. Y esté Jehová contigo, como estuvo con mi padre. Y si 14
yo viviere, harás conmigo misericordia de Jehová, para que no
muera, y no apartarás tu misericordia de mi casa para siem- 15
pre. Cuando Jehová haya cortado uno por uno los enemigos
de David de la tierra, no dejes que el nombre de Jonatán sea
quitado de la casa de David. Así hizo Jonatán pacto con la 16
casa de David, diciendo: Requiéralo Jehová de la mano de los
enemigos de David. Y Jonatán hizo jurar a David otra vez, 17
porque le amaba, pues le amaba como a sí mismo. Luego le 18
dijo Jonatán: Mañana es nueva luna, y tú serás echado de menos,
porque tu asiento estará vacío. Estarás, pues, tres días, y 19
luego descenderás y vendrás al lugar donde estabas escondido
el día que ocurrió esto mismo, y esperarás junto a la piedra
de Ezel. Y yo tiraré tres saetas hacia aquel lado, como ejer- 20
citándome al blanco. Luego enviaré al criado, diciéndole: Ve, 21
busca las saetas. Y si dijere al criado: He allí las saetas más
acá de ti, tómalas; tú vendrás, porque paz tienes, y nada malo
hay, vive Jehová. Mas si yo dijere al muchacho así: He allí las 22
saetas más allá de ti; vete, porque Jehová te ha enviado. En 23
cuanto al asunto de que tú y yo hemos hablado, esté Jehová
entre nosotros dos para siempre. David, pues, se escondió en 24
el campo, y cuando llegó la nueva luna, se sentó el rey a comer
pan. Y el rey se sentó en su silla, como solía, en el asiento 25
junto a la pared, y Jonatán se levantó, y se sentó Abner al
lado de Saúl, y el lugar de David quedó vacío. Mas aquel día 26
Saúl no dijo nada, porque se decía: Le habrá acontecido algo,
y no está limpio; de seguro no está purificado. Al siguiente 27
día, el segundo día de la nueva luna, aconteció también que el
asiento de David quedó vacío. Y Saúl dijo a Jonatán su hijo:
¿Por qué no ha venido a comer el hijo de Isaí hoy ni ayer?
Y Jonatán respondió a Saúl: David me pidió encarecidamen- 28
te que le dejase ir a Belén, diciendo: Te ruego que me dejes 29
ir, porque nuestra familia celebra sacrificio en la ciudad, y mi
hermano me lo ha mandado; por lo tanto, si he hallado gracia
en tus ojos, permíteme ir ahora para visitar a mis hermanos.
Por esto, pues, no ha venido a la mesa del rey. Entonces se 30
encendió la ira de Saúl contra Jonatán, y le dijo: Hijo de la
perversa y rebelde, ¿acaso no sé yo que tú has elegido al hijo

20. 31–21. 4 I Samuel 442
de Isaí para confusión tuya, y para confusión de la vergüenza
31 de tu madre? Porque todo el tiempo que el hijo de Isaí viviere
sobre la tierra, ni tú estarás firme, ni tu reino. Envía pues,
32 ahora, y tráemelo, porque ha de morir. Y Jonatán respondió
a su padre Saúl y le dijo: ¿Por qué morirá? ¿Qué ha hecho?
33 Entonces Saúl le arrojó una lanza para herirlo; de donde entendió
Jonatán que su padre estaba resuelto a matar a David.
34 Y se levantó Jonatán de la mesa con exaltada ira, y no comió
pan el segundo día de la nueva luna; porque tenía dolor a cau-
35 sa de David, porque su padre le había afrentado. Al otro día,
de mañana, salió Jonatán al campo, al tiempo señalado con
36 David, y un muchacho pequeño con él. Y dijo al muchacho:
Corre y busca las saetas que yo tirare. Y cuando el muchacho
iba corriendo, él tiraba la saeta de modo que pasara más allá
37 de él. Y llegando el muchacho adonde estaba la saeta que
Jonatán había tirado, Jonatán dio voces tras el muchacho, di-
38 ciendo: ¿No está la saeta más allá de ti? Y volvió a gritar
Jonatán tras el muchacho: Corre, date prisa, no te pares. Y
el muchacho de Jonatán recogió las saetas, y vino a su señor.
39 Pero ninguna cosa entendió el muchacho; solamente Jonatán y
40 David entendían de lo que se trataba. Luego dio Jonatán sus
41 armas a su muchacho, y le dijo: Vete y llévalas a la ciudad. Y
luego que el muchacho se hubo ido, se levantó David del lado
del sur, y se inclinó tres veces postrándose hasta la tierra; y
besándose el uno al otro, lloraron el uno con el otro; y David
42 lloró más. Y Jonatán dijo a David: Vete en paz, porque ambos
hemos jurado por el nombre de Jehová, diciendo: Jehová
esté entre tú y yo, entre tu descendencia y mi descendencia,
para siempre. Y él se levantó y se fue; y Jonatán entró en la
ciudad.

Fuente: LA SANTA BIBLIA
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ANTIGUA VERSIÓN DE CASIODORO DE REINA (1569)
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OTRAS REVISIONES: 1862, 1909 Y 1960
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PRIMER LIBRO DE SAMUEL CAPITULO 19 VERSOS 1 AL 24

PRIMER LIBRO DE SAMUEL CAPITULO 19 VERSOS 1 AL 24

19 Habló Saúl a Jonatán su hijo, y a todos sus siervos, para
que matasen a David; pero Jonatán hijo de Saúl amaba a Da-
2 vid en gran manera, y dio aviso a David, diciendo: Saúl mi
padre procura matarte; por tanto cuídate hasta la mañana, y
3 estate en lugar oculto y escóndete. Y yo saldré y estaré junto
a mi padre en el campo donde estés; y hablaré de ti a mi padre,
4 y te haré saber lo que haya. Y Jonatán habló bien de David
a Saúl su padre, y le dijo: No peque el rey contra su siervo
David, porque ninguna cosa ha cometido contra ti, y porque
5 sus obras han sido muy buenas para contigo; pues él tomó su
vida en su mano, y mató al filisteo, y Jehová dio gran salvación
a todo Israel. Tú lo viste, y te alegraste; ¿por qué, pues, peca-
6 rás contra la sangre inocente, matando a David sin causa? Y
escuchó Saúl la voz de Jonatán, y juró Saúl: Vive Jehová, que

439 I Samuel 19. 7–23
no morirá. Y llamó Jonatán a David, y le declaró todas estas 7
palabras; y él mismo trajo a David a Saúl, y estuvo delante
de él como antes. Después hubo de nuevo guerra; y salió Da- 8
vid y peleó contra los filisteos, y los hirió con gran estrago, y
huyeron delante de él. Y el espíritu malo de parte de Jehová 9
vino sobre Saúl; y estando sentado en su casa tenía una lanza
a mano, mientras David estaba tocando. Y Saúl procuró 10
enclavar a David con la lanza a la pared, pero él se apartó de
delante de Saúl, el cual hirió con la lanza en la pared; y David
huyó, y escapó aquella noche. Saúl envió luego mensajeros a 11
casa de David para que lo vigilasen, y lo matasen a la mañana.
Mas Mical su mujer avisó a David, diciendo: Si no salvas tu
vida esta noche, mañana serás muerto. Y descolgó Mical a 12
David por una ventana; y él se fue y huyó, y escapó. Tomó 13
luego Mical una estatua, y la puso sobre la cama, y le acomodó
por cabecera una almohada de pelo de cabra y la cubrió
con la ropa. Y cuando Saúl envió mensajeros para prender 14
a David, ella respondió: Está enfermo. Volvió Saúl a enviar 15
mensajeros para que viesen a David, diciendo: Traédmelo en
la cama para que lo mate. Y cuando los mensajeros entraron, 16
he aquí la estatua estaba en la cama, y una almohada de pelo
de cabra a su cabecera. Entonces Saúl dijo a Mical: ¿Por qué 17
me has engañado así, y has dejado escapar a mi enemigo? Y
Mical respondió a Saúl: Porque él me dijo: Déjame ir; si no,
yo te mataré. Huyó, pues, David, y escapó, y vino a Samuel 18
en Ramá, y le d¼o todo lo que Saúl había hecho con él. Y él
y Samuel se fueron y moraron en Naiot. Y fue dado aviso 19
a Saúl, diciendo: He aquí que David está en Naiot en Ramá.
Entonces Saúl envió mensajeros para que trajeran a David, 20
los cuales vieron una compañía de profetas que profetizaban,
y a Samuel que estaba allí y los presidía. Y vino el Espíritu de
Dios sobre los mensajeros de Saúl, y ellos también profetizaron.
Cuando lo supo Saúl, envió otros mensajeros, los cuales 21
también profetizaron. Y Saúl volvió a enviar mensajeros por
tercera vez, y ellos también profetizaron. Entonces él mismo 22
fue a Ramá; y llegando al gran pozo que está en Secú, preguntó
diciendo: ¿Dónde están Samuel y David? Y uno respondió:
He aquí están en Naiot en Ramá. Y fue a Naiot en Ramá; y 23

19. 24–20. 13 I Samuel 440
también vino sobre él el Espíritu de Dios, y siguió andando y
24 profetizando hasta que llegó a Naiot en Ramá. Y él también
se despojó de sus vestidos, y profetizó igualmente delante de
Samuel, y estuvo desnudo todo aquel día y toda aquella noche.
De aquí se dijo: ¿También Saúl entre los profetas?

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PRIMER LIBRO DE SAMUEL CAPITULO 18 VERSOS 1 AL30

PRIMER LIBRO DE SAMUEL CAPITULO 18 VERSOS 1 AL30
18 Aconteció que cuando él hubo acabado de hablar con Saúl,
el alma de Jonatán quedó ligada con la de David, y lo amó
2 Jonatán como a sí mismo. Y Saúl le tomó aquel día, y no le

437 I Samuel 18. 3–21
dejó volver a casa de su padre. E hicieron pacto Jonatán y 3
David, porque él le amaba como a sí mismo. Y Jonatán se 4
quitó el manto que llevaba, y se lo dio a David, y otras ropas
suyas, hasta su espada, su arco y su talabarte. Y salía David 5
a dondequiera que Saúl le enviaba, y se portaba prudentemente.
Y lo puso Saúl sobre gente de guerra, y era acepto a los
ojos de todo el pueblo, y a los ojos de los siervos de Saúl.
Aconteció que cuando volvían ellos, cuando David volvió de 6
matar al filisteo, salieron las mujeres de todas las ciudades de
Israel cantando y danzando, para recibir al rey Saúl, con panderos,
con cánticos de alegría y con instrumentos de música.
Y cantaban las mujeres que danzaban, y decían: Saúl hirió a 7
sus miles, Y David a sus diez miles. Y se enojó Saúl en gran 8
manera, y le desagradó este dicho, y dijo: A David dieron diez
miles, y a mí miles; no le falta más que el reino. Y desde 9
aquel día Saúl no miró con buenos ojos a David. Aconteció al 10
otro día, que un espíritu malo de parte de Dios tomó a Saúl,
y él desvariaba en medio de la casa. David tocaba con su mano
como los otros días; y tenía Saúl la lanza en la mano. Y 11
arrojó Saúl la lanza, diciendo: Enclavaré a David a la pared.
Pero David lo evadió dos veces. Mas Saúl estaba temeroso de 12
David, por cuanto Jehová estaba con él, y se había apartado
de Saúl; por lo cual Saúl lo alejó de sí, y le hizo jefe de mil; 13
y salía y entraba delante del pueblo. Y David se conducía 14
prudentemente en todos sus asuntos, y Jehová estaba con él.
Y viendo Saúl que se portaba tan prudentemente, tenía temor 15
de él. Mas todo Israel y Judá amaba a David, porque él salía 16
y entraba delante de ellos. Entonces dijo Saúl a David: He 17
aquí, yo te daré Merab mi hija mayor por mujer, con tal que
me seas hombre valiente, y pelees las batallas de Jehová. Mas
Saúl decía: No será mi mano contra él, sino que será contra él
la mano de los filisteos. Pero David respondió a Saúl: ¿Quién 18
soy yo, o qué es mi vida, o la familia de mi padre en Israel,
para que yo sea yerno del rey? Y llegado el tiempo en que Me- 19
rab hija de Saúl se había de dar a David, fue dada por mujer
a Adriel meholatita. Pero Mical la otra hija de Saúl amaba 20
a David; y fue dicho a Saúl, y le pareció bien a sus ojos. Y 21
Saúl dijo: Yo se la daré, para que le sea por lazo, y para que

18. 22–19. 6 I Samuel 438
la mano de los filisteos sea contra él. Dijo, pues, Saúl a David
22 por segunda vez: Tú serás mi yerno hoy. Y mandó Saúl a sus
siervos: Hablad en secreto a David, diciéndole: He aquí el rey
te ama, y todos sus siervos te quieren bien; sé, pues, yerno del
23 rey. Los criados de Saúl hablaron estas palabras a los oídos
de David. Y David dijo: ¿Os parece a vosotros que es poco
ser yerno del rey, siendo yo un hombre pobre y de ninguna
24 estima? Y los criados de Saúl le dieron la respuesta, diciendo:
25 Tales palabras ha dicho David. Y Saúl dijo: Decid así a David:
El rey no desea la dote, sino cien prepucios de filisteos, para
que sea tomada venganza de los enemigos del rey. Pero Saúl
26 pensaba hacer caer a David en manos de los filisteos. Cuando
sus siervos declararon a David estas palabras, pareció bien la
cosa a los ojos de David, para ser yerno del rey. Y antes que
27 el plazo se cumpliese, se levantó David y se fue con su gente,
y mató a doscientos hombres de los filisteos; y trajo David los
prepucios de ellos y los entregó todos al rey, a fin de hacerse
28 yerno del rey. Y Saúl le dio su hija Mical por mujer. Pero
Saúl, viendo y considerando que Jehová estaba con David, y
29 que su h¼a Mical lo amaba, tuvo más temor de David; y fue
30 Saúl enemigo de David todos los días. Y salieron a campaña
los príncipes de los filisteos; y cada vez que salían, David tenía
más éxito que todos los siervos de Saúl, por lo cual se hizo de
mucha estima su nombre.

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PRIMER LIBRO DE SAMUEL CAPITULO 17 VERSOS 1 AL 58

PRIMER LIBRO DE SAMUEL CAPITULO 17 VERSOS 1 AL 58

Los filisteos juntaron sus ejércitos para la guerra, y se con- 17
gregaron en Soco, que es de Judá, y acamparon entre Soco y
Azeca, en Efes-damim. También Saúl y los hombres de Israel 2
se juntaron, y acamparon en el valle de Ela, y se pusieron en
orden de batalla contra los filisteos. Y los filisteos estaban 3
sobre un monte a un lado, e Israel estaba sobre otro monte al
otro lado, y el valle entre ellos. Salió entonces del campamen- 4
to de los filisteos un paladín, el cual se llamaba Goliat, de Gat,
y tenía de altura seis codos y un palmo. Y traía un casco de 5
bronce en su cabeza, y llevaba una cota de malla; y era el peso
de la cota cinco mil siclos de bronce. Sobre sus piernas traía 6
grebas de bronce, y jabalina de bronce entre sus hombros. El 7
asta de su lanza era como un rodillo de telar, y tenía el hierro
de su lanza seiscientos siclos de hierro; e iba su escudero delante
de él. Y se paró y dio voces a los escuadrones de Israel, 8
diciéndoles: ¿Para qué os habéis puesto en orden de batalla?
¿No soy yo el filisteo, y vosotros los siervos de Saúl? Escoged
de entre vosotros un hombre que venga contra mí. Si él pudie- 9
re pelear conmigo, y me venciere, nosotros seremos vuestros
siervos; y si yo pudiere más que él, y lo venciere, vosotros seréis
nuestros siervos y nos serviréis. Y añadió el filisteo: Hoy 10
yo he desafiado al campamento de Israel; dadme un hombre
que pelee conmigo. Oyendo Saúl y todo Israel estas palabras 11
del filisteo, se turbaron y tuvieron gran miedo. Y David era 12

17. 13–27 I Samuel 434
hijo de aquel hombre efrateo de Belén de Judá, cuyo nombre
era Isaí, el cual tenía ocho hijos; y en el tiempo de Saúl este
13 hombre era viejo y de gran edad entre los hombres. Y los tres
hijos mayores de Isaí habían ido para seguir a Saúl a la guerra.
Y los nombres de sus tres hijos que habían ido a la guerra eran:
Eliab el primogénito, el segundo Abinadab, y el tercero Sama;
14 y David era el menor. Siguieron, pues, los tres mayores a Saúl.
15 Pero David había ido y vuelto, dejando a Saúl, para apacentar
16 las ovejas de su padre en Belén. Venía, pues, aquel filisteo por
la mañana y por la tarde, y así lo hizo durante cuarenta días.
17 Y dijo Isaí a David su hijo: Toma ahora para tus hermanos un
efa de este grano tostado, y estos diez panes, y llévalo pronto
18 al campamento a tus hermanos. Y estos diez quesos de leche
los llevarás al jefe de los mil; y mira si tus hermanos están
19 buenos, y toma prendas de ellos. Y Saúl y ellos y todos los de
Israel estaban en el valle de Ela, peleando contra los filisteos.
20 Se levantó, pues, David de mañana, y dejando las ovejas al
cuidado de un guarda, se fue con su carga como Isaí le había
mandado; y llegó al campamento cuando el ejército salía en
21 orden de batalla, y daba el grito de combate. Y se pusieron
en orden de batalla Israel y los filisteos, ejército frente a ejérci-
22 to. Entonces David dejó su carga en mano del que guardaba
el bagaje, y corrió al ejército; y cuando llegó, preguntó por
23 sus hermanos, si estaban bien. Mientras él hablaba con ellos,
he aquí que aquel paladín que se ponía en medio de los dos
campamentos, que se llamaba Goliat, el filisteo de Gat, salió
de entre las filas de los filisteos y habló las mismas palabras, y
24 las oyó David. Y todos los varones de Israel que veían aquel
25 hombre huían de su presencia, y tenían gran temor. Y cada
uno de los de Israel decía: ¿No habéis visto aquel hombre
que ha salido? Él se adelanta para provocar a Israel. Al que le
venciere, el rey le enriquecerá con grandes riquezas, y le dará
su h¼a, y eximirá de tributos a la casa de su padre en Israel.
26 Entonces habló David a los que estaban junto a él, diciendo:
¿Qué harán al hombre que venciere a este filisteo, y quitare
el oprobio de Israel? Porque ¿quién es este filisteo incircunciso,
para que provoque a los escuadrones del Dios viviente?
27 Y el pueblo le respondió las mismas palabras, diciendo: Así

435 I Samuel 17. 28–44
se hará al hombre que le venciere. Y oyéndole hablar Eliab 28
su hermano mayor con aquellos hombres, se encendió en ira
contra David y dijo: ¿Para qué has descendido acá? ¿y a quién
has dejado aquellas pocas ovejas en el desierto? Yo conozco tu
soberbia y la malicia de tu corazón, que para ver la batalla
has venido. David respondió: ¿Qué he hecho yo ahora? ¿No 29
es esto mero hablar? Y apartándose de él hacia otros, pre- 30
guntó de igual manera; y le dio el pueblo la misma respuesta
de antes. Fueron oídas las palabras que David había dicho, y 31
las refirieron delante de Saúl; y él lo hizo venir. Y dijo David 32
a Saúl: No desmaye el corazón de ninguno a causa de él; tu
siervo irá y peleará contra este filisteo. Dijo Saúl a David: No 33
podrás tú ir contra aquel filisteo, para pelear con él; porque tú
eres muchacho, y él un hombre de guerra desde su juventud.
David respondió a Saúl: Tu siervo era pastor de las ovejas de 34
su padre; y cuando venía un león, o un oso, y tomaba algún
cordero de la manada, salía yo tras él, y lo hería, y lo libraba 35
de su boca; y si se levantaba contra mí, yo le echaba mano de
la quijada, y lo hería y lo mataba. Fuese león, fuese oso, tu 36
siervo lo mataba; y este filisteo incircunciso será como uno de
ellos, porque ha provocado al ejército del Dios viviente. Aña- 37
dió David: Jehová, que me ha librado de las garras del león
y de las garras del oso, él también me librará de la mano de
este filisteo. Y dijo Saúl a David: Ve, y Jehová esté contigo. Y 38
Saúl vistió a David con sus ropas, y puso sobre su cabeza un
casco de bronce, y le armó de coraza. Y ciñó David su espada 39
sobre sus vestidos, y probó a andar, porque nunca había hecho
la prueba. Y dijo David a Saúl: Yo no puedo andar con esto,
porque nunca lo practiqué. Y David echó de sí aquellas cosas.
Y tomó su cayado en su mano, y escogió cinco piedras lisas del 40
arroyo, y las puso en el saco pastoril, en el zurrón que traía,
y tomó su honda en su mano, y se fue hacia el filisteo. Y el 41
filisteo venía andando y acercándose a David, y su escudero
delante de él. Y cuando el filisteo miró y vio a David, le tuvo 42
en poco; porque era muchacho, y rubio, y de hermoso parecer.
Y dijo el filisteo a David: ¿Soy yo perro, para que vengas a mí 43
con palos? Y maldijo a David por sus dioses. Dijo luego el 44
filisteo a David: Ven a mí, y daré tu carne a las aves del cielo

17. 45–18. 2 I Samuel 436
45 y a las bestias del campo. Entonces dijo David al filisteo: Tú
vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en
el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones
46 de Israel, a quien tú has provocado. Jehová te entregará hoy
en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza, y daré hoy
los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias
47 de la tierra; y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel. Y
sabrá toda esta congregación que Jehová no salva con espada
y con lanza; porque de Jehová es la batalla, y él os entrega-
48 rá en nuestras manos. Y aconteció que cuando el filisteo se
levantó y echó a andar para ir al encuentro de David, David
49 se dio prisa, y corrió a la línea de batalla contra el filisteo. Y
metiendo David su mano en la bolsa, tomó de allí una piedra,
y la tiró con la honda, e hirió al filisteo en la frente; y
la piedra quedó clavada en la frente, y cayó sobre su rostro
50 en tierra. Así venció David al filisteo con honda y piedra; e
hirió al filisteo y lo mató, sin tener David espada en su mano.
51 Entonces corrió David y se puso sobre el filisteo; y tomando
la espada de él y sacándola de su vaina, lo acabó de matar, y
le cortó con ella la cabeza. Y cuando los filisteos vieron a su
52 paladín muerto, huyeron. Levantándose luego los de Israel y
los de Judá, gritaron, y siguieron a los filisteos hasta llegar al
valle, y hasta las puertas de Ecrón. Y cayeron los heridos de
53 los filisteos por el camino de Saaraim hasta Gat y Ecrón. Y
volvieron los hijos de Israel de seguir tras los filisteos, y sa-
54 quearon su campamento. Y David tomó la cabeza del filisteo
y la trajo a Jerusalén, pero las armas de él las puso en su tien-
55 da. Y cuando Saúl vio a David que salía a encontrarse con el
filisteo, dijo a Abner general del ejército: Abner, ¿de quién es
56 hijo ese joven? Y Abner respondió: Vive tu alma, oh rey, que
57 no lo sé. Y el rey dijo: Pregunta de quién es hijo ese joven. Y
cuando David volvía de matar al filisteo, Abner lo tomó y lo
llevó delante de Saúl, teniendo David la cabeza del filisteo en
58 su mano. Y le dijo Saúl: Muchacho, ¿de quién eres hijo? Y
David respondió: Yo soy hijo de tu siervo Isaí de Belén.

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