JUECES CAPITULO 9 VERSOS 1 AL 57

JUECES CAPITULO 9 VERSOS 1 AL 57

9 Abimelec hIJo de Jerobaal fue a Siquem, a los hermanos de
su madre, y habló con ellos, y con toda la familia de la casa
2 del padre de su madre, diciendo: Yo os ruego que digáis en
oídos de todos los de Siquem: ¿Qué os parece mejor, que os
gobiernen setenta hombres, todos los hijos de Jerobaal, o que
os gobierne un solo hombre? Acordaos que yo soy hueso vues-
3 tro, y carne vuestra. Y hablaron por él los hermanos de su
madre en oídos de todos los de Siquem todas estas palabras;
y el corazón de ellos se inclinó a favor de Abimelec, porque
4 decían: Nuestro hermano es. Y le dieron setenta siclos de plata
del templo de Baal-berit, con los cuales Abimelec alquiló
5 hombres ociosos y vagabundos, que le siguieron. Y viniendo
a la casa de su padre en Ofra, mató a sus hermanos los hijos de
Jerobaal, setenta varones, sobre una misma piedra; pero quedó
6 Jotam el hijo menor de Jerobaal, que se escondió. Entonces
se juntaron todos los de Siquem con toda la casa de Milo, y
fueron y eligieron a Abimelec por rey, cerca de la llanura del
7 pilar que estaba en Siquem. Cuando se lo dijeron a Jotam,
fue y se puso en la cumbre del monte de Gerizim, y alzando
su voz clamó y les dijo: Oídme, varones de Siquem, y así os
8 oiga Dios. Fueron una vez los árboles a elegir rey sobre sí, y
9 dijeron al olivo: Reina sobre nosotros. Mas el olivo respondió:

377 Jueces 9. 10–26
¿He de dejar mi aceite, con el cual en mí se honra a Dios y
a los hombres, para ir a ser grande sobre los árboles? Y di- 10
jeron los árboles a la higuera: Anda tú, reina sobre nosotros.
Y respondió la higuera: ¿He de dejar mi dulzura y mi buen 11
fruto, para ir a ser grande sobre los árboles? Dijeron luego 12
los árboles a la vid: Pues ven tú, reina sobre nosotros. Y la 13
vid les respondió: ¿He de dejar mi mosto, que alegra a Dios y
a los hombres, para ir a ser grande sobre los árboles? Dije- 14
ron entonces todos los árboles a la zarza: Anda tú, reina sobre
nosotros. Y la zarza respondió a los árboles: Si en verdad me 15
elegís por rey sobre vosotros, venid, abrigaos bajo de mi sombra;
y si no, salga fuego de la zarza y devore a los cedros del
Líbano. Ahora, pues, si con verdad y con integridad habéis 16
procedido en hacer rey a Abimelec, y si habéis actuado bien
con Jerobaal y con su casa, y si le habéis pagado conforme a
la obra de sus manos (porque mi padre peleó por vosotros, y 17
expuso su vida al peligro para libraros de mano de Madián, y 18
vosotros os habéis levantado hoy contra la casa de mi padre,
y habéis matado a sus hijos, setenta varones sobre una misma
piedra; y habéis puesto por rey sobre los de Siquem a Abimelec
hijo de su criada, por cuanto es vuestro hermano); si con 19
verdad y con integridad habéis procedido hoy con Jerobaal y
con su casa, que gocéis de Abimelec, y él goce de vosotros. Y 20
si no, fuego salga de Abimelec, que consuma a los de Siquem
y a la casa de Milo, y fuego salga de los de Siquem y de la
casa de Milo, que consuma a Abimelec. Y escapó Jotam y 21
huyó, y se fue a Beer, y allí se estuvo por miedo de Abimelec
su hermano. Después que Abimelec hubo dominado sobre 22
Israel tres años, envió Dios un mal espíritu entre Abimelec 23
y los hombres de Siquem, y los de Siquem se levantaron contra
Abimelec; para que la violencia hecha a los setenta hijos 24
de Jerobaal, y la sangre de ellos, recayera sobre Abimelec su
hermano que los mató, y sobre los hombres de Siquem que
fortalecieron las manos de él para matar a sus hermanos. Y 25
los de Siquem pusieron en las cumbres de los montes asechadores
que robaban a todos los que pasaban junto a ellos por
el camino; de lo cual fue dado aviso a Abimelec. Y Gaal hijo 26
de Ebed vino con sus hermanos y se pasaron a Siquem, y los

9. 27–43 Jueces 378
27 de Siquem pusieron en él su confianza. Y saliendo al campo,
vendimiaron sus viñedos, y pisaron la uva e hicieron fiesta; y
entrando en el templo de sus dioses, comieron y bebieron, y
28 maldijeron a Abimelec. Y Gaal hijo de Ebed dijo: ¿Quién es
Abimelec, y qué es Siquem, para que nosotros le sirvamos? ¿No
es h¼o de Jerobaal, y no es Zebul ayudante suyo? Servid a los
varones de Hamor padre de Siquem; pero ¿por qué le hemos de
29 servir a él? Ojalá estuviera este pueblo bajo mi mano, pues
yo arrojaría luego a Abimelec, y diría a Abimelec: Aumenta
30 tus ejércitos, y sal. Cuando Zebul gobernador de la ciudad
31 oyó las palabras de Gaal hijo de Ebed, se encendió en ira, y
envió secretamente mensajeros a Abimelec, diciendo: He aquí
que Gaal hijo de Ebed y sus hermanos han venido a Siquem,
32 y he aquí que están sublevando la ciudad contra ti. Levántate,
pues, ahora de noche, tú y el pueblo que está contigo, y
33 pon emboscadas en el campo. Y por la mañana al salir el sol
madruga y cae sobre la ciudad; y cuando él y el pueblo que
está con él salgan contra ti, tú harás con él según se presente
34 la ocasión. Levantándose, pues, de noche Abimelec y todo el
pueblo que con él estaba, pusieron emboscada contra Siquem
35 con cuatro compañías. Y Gaal hijo de Ebed salió, y se puso
a la entrada de la puerta de la ciudad; y Abimelec y todo el
36 pueblo que con él estaba, se levantaron de la emboscada. Y
viendo Gaal al pueblo, dijo a Zebul: He allí gente que desciende
de las cumbres de los montes. Y Zebul le respondió: Tú ves
37 la sombra de los montes como si fueran hombres. Volvió Gaal
a hablar, y dijo: He allí gente que desciende de en medio de
la tierra, y una tropa viene por el camino de la encina de los
38 adivinos. Y Zebul le respondió: ¿Dónde está ahora tu boca
con que decías: ¿Quién es Abimelec para que le sirvamos? ¿No
es éste el pueblo que tenías en poco? Sal pues, ahora, y pelea
39 con él. Y Gaal salió delante de los de Siquem, y peleó contra
40 Abimelec. Mas lo persiguió Abimelec, y Gaal huyó delante de
41 él; y cayeron heridos muchos hasta la entrada de la puerta. Y
Abimelec se quedó en Aruma; y Zebul echó fuera a Gaal y a
42 sus hermanos, para que no morasen en Siquem. Aconteció el
siguiente día, que el pueblo salió al campo; y fue dado aviso a
43 Abimelec, el cual, tomando gente, la repartió en tres compa

379 Jueces 9. 44–10. 1
ñías, y puso emboscadas en el campo; y cuando miró, he aquí
el pueblo que salía de la ciudad; y se levantó contra ellos y los
atacó. Porque Abimelec y la compañía que estaba con él aco- 44
metieron con ímpetu, y se detuvieron a la entrada de la puerta
de la ciudad, y las otras dos compañías acometieron a todos
los que estaban en el campo, y los mataron. Y Abimelec peleó 45
contra la ciudad todo aquel día, y tomó la ciudad, y mató al
pueblo que en ella estaba; y asoló la ciudad, y la sembró de
sal. Cuando oyeron esto todos los que estaban en la torre de 46
Siquem, se metieron en la fortaleza del templo del dios Berit.
Y fue dado aviso a Abimelec, de que estaban reunidos todos 47
los hombres de la torre de Siquem. Entonces subió Abimelec 48
al monte de Salmón, él y toda la gente que con él estaba; y
tomó Abimelec un hacha en su mano, y cortó una rama de los
árboles, y levantándola se la puso sobre sus hombros, diciendo
al pueblo que estaba con él: Lo que me habéis visto hacer,
apresuraos a hacerlo como yo. Y todo el pueblo cortó tam- 49
bién cada uno su rama, y siguieron a Abimelec, y las pusieron
junto a la fortaleza, y prendieron fuego con ellas a la fortaleza,
de modo que todos los de la torre de Siquem murieron,
como unos mil hombres y mujeres. Después Abimelec se fue 50
a Tebes, y puso sitio a Tebes, y la tomó. En medio de aquella 51
ciudad había una torre fortificada, a la cual se retiraron todos
los hombres y las mujeres, y todos los señores de la ciudad; y
cerrando tras sí las puertas, se subieron al techo de la torre. Y 52
vino Abimelec a la torre, y combatiéndola, llegó hasta la puerta
de la torre para prenderle fuego. Mas una mujer dejó caer 53
un pedazo de una rueda de molino sobre la cabeza de Abimelec,
y le rompió el cráneo. Entonces llamó apresuradamente a 54
su escudero, y le dijo: Saca tu espada y mátame, para que no
se diga de mí: Una mujer lo mató. Y su escudero le atravesó, y
murió. Y cuando los israelitas vieron muerto a Abimelec, se 55
fueron cada uno a su casa. Así pagó Dios a Abimelec el mal 56
que hizo contra su padre, matando a sus setenta hermanos. Y 57
todo el mal de los hombres de Siquem lo hizo Dios volver sobre
sus cabezas, y vino sobre ellos la maldición de Jotam hijo de
Jerobaal.

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ANTIGUA VERSIÓN DE CASIODORO DE REINA (1569)
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OTRAS REVISIONES: 1862, 1909 Y 1960
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JUECES CAPITULO 8 VERSOS 1 AL 35

JUECES CAPITULO 8 VERSOS 1 AL 35
8 Pero los hombres de Efraín le dijeron: ¿Qué es esto que has
hecho con nosotros, no llamándonos cuando ibas a la guerra
2 contra Madián? Y le reconvinieron fuertemente. A los cuales
él respondió: ¿Qué he hecho yo ahora comparado con vosotros?
¿No es el rebusco de Efraín mejor que la vendimia de Abiezer?
3 Dios ha entregado en vuestras manos a Oreb y a Zeeb, príncipes
de Madián; ¿y qué he podido yo hacer comparado con
vosotros? Entonces el enojo de ellos contra él se aplacó, luego
4 que él habló esta palabra. Y vino Gedeón al Jordán, y pasó
él y los trescientos hombres que traía consigo, cansados, mas
5 todavía persiguiendo. Y dijo a los de Sucot: Yo os ruego que
deis a la gente que me sigue algunos bocados de pan; porque
están cansados, y yo persigo a Zeba y Zalmuna, reyes de Ma-
6 dián. Y los principales de Sucot respondieron: ¿Están ya Zeba
7 y Zalmuna en tu mano, para que demos pan a tu ejército? Y
Gedeón dijo: Cuando Jehová haya entregado en mi mano a Zeba
y a Zalmuna, yo trillaré vuestra carne con espinos y abrojos
8 del desierto. De allí subió a Peniel, y les dijo las mismas palabras.
Y los de Peniel le respondieron como habían respondido
9 los de Sucot. Y él habló también a los de Peniel, diciendo:
10 Cuando yo vuelva en paz, derribaré esta torre. Y Zeba y Zalmuna
estaban en Carcor, y con ellos su ejército como de quince
mil hombres, todos los que habían quedado de todo el ejército
de los hijos del oriente; pues habían caído ciento veinte mil
11 hombres que sacaban espada. Subiendo, pues, Gedeón por el

375 Jueces 8. 12–27
camino de los que habitaban en tiendas al oriente de Noba y de
Jogbeha, atacó el campamento, porque el ejército no estaba en
guardia. Y huyendo Zeba y Zalmuna, él los siguió; y prendió 12
a los dos reyes de Madián, Zeba y Zalmuna, y llenó de espanto
a todo el ejército. Entonces Gedeón hijo de Joás volvió de la 13
batalla antes que el sol subiese, y tomó a un joven de los hom- 14
bres de Sucot, y le preguntó; y él le dio por escrito los nombres
de los principales y de los ancianos de Sucot, setenta y siete
varones. Y entrando a los hombres de Sucot, dijo: He aquí a 15
Zeba y a Zalmuna, acerca de los cuales me zaheristeis, diciendo:
¿Están ya en tu mano Zeba y Zalmuna, para que demos
nosotros pan a tus hombres cansados? Y tomó a los ancianos 16
de la ciudad, y espinos y abrojos del desierto, y castigó con
ellos a los de Sucot. Asimismo derribó la torre de Peniel, y 17
mató a los de la ciudad. Luego dijo a Zeba y a Zalmuna: ¿Qué 18
aspecto tenían aquellos hombres que matasteis en Tabor? Y
ellos respondieron: Como tú, así eran ellos; cada uno parecía
hijo de rey. Y él dijo: Mis hermanos eran, hijos de mi madre. 19
¡Vive Jehová, que si les hubierais conservado la vida, yo no os
mataría! Y dijo a Jeter su primogénito: Levántate, y mátalos. 20
Pero el joven no desenvainó su espada, porque tenía temor,
pues era aún muchacho. Entonces dijeron Zeba y Zalmuna: 21
Levántate tú, y mátanos; porque como es el varón, tal es su
valentía. Y Gedeón se levantó, y mató a Zeba y a Zalmuna;
y tomó los adornos de lunetas que sus camellos traían al cuello.
Y los israelitas dijeron a Gedeón: Sé nuestro señor, tú, y 22
tu h¼o, y tu nieto; pues que nos has librado de mano de Madián.
Mas Gedeón respondió: No seré señor sobre vosotros, 23
ni mi hijo os señoreará: Jehová señoreará sobre vosotros. Y 24
les dijo Gedeón: Quiero haceros una petición; que cada uno
me dé los zarcillos de su botín (pues traían zarcillos de oro,
porque eran ismaelitas). Ellos respondieron: De buena gana 25
te los daremos. Y tendiendo un manto, echó allí cada uno los
zarcillos de su botín. Y fue el peso de los zarcillos de oro que 26
él pidió, mil setecientos siclos de oro, sin las planchas y joyeles
y vestidos de púrpura que traían los reyes de Madián, y sin
los collares que traían sus camellos al cuello. Y Gedeón hizo 27
de ellos un efod, el cual hizo guardar en su ciudad de Ofra; y

8. 28–9. 9 Jueces 376
todo Israel se prostituyó tras de ese efod en aquel lugar; y fue
28 tropezadero a Gedeón y a su casa. Así fue subyugado Madián
delante de los hijos de Israel, y nunca más volvió a levantar
cabeza. Y reposó la tierra cuarenta años en los días de Gedeón.
29, 30 Luego Jerobaal hijo de Joás fue y habitó en su casa. Y tuvo
Gedeón setenta hijos que constituyeron su descendencia, por-
31 que tuvo muchas mujeres. También su concubina que estaba
32 en Siquem le dio un hijo, y le puso por nombre Abimelec. Y
murió Gedeón hijo de Joás en buena vejez, y fue sepultado en
33 el sepulcro de su padre Joás, en Ofra de los abiezeritas. Pero
aconteció que cuando murió Gedeón, los hijos de Israel volvieron
a prostituirse yendo tras los baales, y escogieron por dios a
34 Baal-berit. Y no se acordaron los hijos de Israel de Jehová su
Dios, que los había librado de todos sus enemigos en derredor;
35 ni se mostraron agradecidos con la casa de Jerobaal, el cual es
Gedeón, conforme a todo el bien que él había hecho a Israel.

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JUECES CAPITULO 7 VERSOS 1 AL 25

JUECES CAPITULO 7 VERSOS 1 AL 25

7 Levantándose, pues, de mañana Jerobaal, el cual es Gedeón,
y todo el pueblo que estaba con él, acamparon junto a
la fuente de Harod; y tenía el campamento de los madianitas
2 al norte, más allá del collado de More, en el valle. Y Jehová
dijo a Gedeón: El pueblo que está contigo es mucho para que
yo entregue a los madianitas en su mano, no sea que se alabe
3 Israel contra mí, diciendo: Mi mano me ha salvado. Ahora,
pues, haz pregonar en oídos del pueblo, diciendo: Quien tema
y se estremezca, madrugue y devuélvase desde el monte
de Galaad. Y se devolvieron de los del pueblo veintidós mil, y
4 quedaron diez mil. Y Jehová dijo a Gedeón: Aún es mucho el
pueblo; llévalos a las aguas, y allí te los probaré; y del que yo
te diga: Vaya éste contigo, irá contigo; mas de cualquiera que
5 yo te diga: Éste no vaya contigo, el tal no irá. Entonces llevó
el pueblo a las aguas; y Jehová dijo a Gedeón: Cualquiera que
lamiere las aguas con su lengua como lame el perro, a aquél
pondrás aparte; asimismo a cualquiera que se doblare sobre
6 sus rodillas para beber. Y fue el número de los que lamieron
llevando el agua con la mano a su boca, trescientos hombres; y
todo el resto del pueblo se dobló sobre sus rodillas para beber
7 las aguas. Entonces Jehová dijo a Gedeón: Con estos trescientos
hombres que lamieron el agua os salvaré, y entregaré a los
madianitas en tus manos; y váyase toda la demás gente cada
8 uno a su lugar. Y habiendo tomado provisiones para el pueblo,
y sus trompetas, envió a todos los israelitas cada uno a su
tienda, y retuvo a aquellos trescientos hombres; y tenía el cam-
9 pamento de Madián abajo en el valle. Aconteció que aquella
noche Jehová le dijo: Levántate, y desciende al campamento;
373 Jueces 7. 10–22
porque yo lo he entregado en tus manos. Y si tienes temor de 10
descender, baja tú con Fura tu criado al campamento, y oirás 11
lo que hablan; y entonces tus manos se esforzarán, y descenderás
al campamento. Y él descendió con Fura su criado hasta los
puestos avanzados de la gente armada que estaba en el campamento.
Y los madianitas, los amalecitas y los hijos del oriente 12
estaban tendidos en el valle como langostas en multitud, y sus
camellos eran innumerables como la arena que está a la ribera
del mar en multitud. Cuando llegó Gedeón, he aquí que un 13
hombre estaba contando a su compañero un sueño, diciendo:
He aquí yo soñé un sueño: Veía un pan de cebada que rodaba
hasta el campamento de Madián, y llegó a la tienda, y la
golpeó de tal manera que cayó, y la trastornó de arriba abajo,
y la tienda cayó. Y su compañero respondió y dijo: Esto no 14
es otra cosa sino la espada de Gedeón hijo de Joás, varón de
Israel. Dios ha entregado en sus manos a los madianitas con
todo el campamento. Cuando Gedeón oyó el relato del sueño 15
y su interpretación, adoró; y vuelto al campamento de Israel,
dijo: Levantaos, porque Jehová ha entregado el campamento
de Madián en vuestras manos. Y repartiendo los trescientos 16
hombres en tres escuadrones, dio a todos ellos trompetas en
sus manos, y cántaros vacíos con teas ardiendo dentro de los
cántaros. Y les dijo: Miradme a mí, y haced como hago yo; he 17
aquí que cuando yo llegue al extremo del campamento, haréis
vosotros como hago yo. Yo tocaré la trompeta, y todos los 18
que estarán conmigo; y vosotros tocaréis entonces las trompetas
alrededor de todo el campamento, y diréis: ¡Por Jehová y
por Gedeón! Llegaron, pues, Gedeón y los cien hombres que 19
llevaba consigo, al extremo del campamento, al principio de
la guardia de la medianoche, cuando acababan de renovar los
centinelas; y tocaron las trompetas, y quebraron los cántaros
que llevaban en sus manos. Y los tres escuadrones tocaron 20
las trompetas, y quebrando los cántaros tomaron en la mano
izquierda las teas, y en la derecha las trompetas con que tocaban,
y gritaron: ¡Por la espada de Jehová y de Gedeón! Y se 21
estuvieron firmes cada uno en su puesto en derredor del campamento;
entonces todo el ejército echó a correr dando gritos
y huyendo. Y los trescientos tocaban las trompetas; y Jehová 22
7. 23–8. 11 Jueces 374
puso la espada de cada uno contra su compañero en todo el
campamento. Y el ejército huyó hasta Bet-sita, en dirección de
23 Zerera, y hasta la frontera de Abel-mehola en Tabat. Y juntándose
los de Israel, de Neftalí, de Aser y de todo Manasés,
24 siguieron a los madianitas. Gedeón también envió mensajeros
por todo el monte de Efraín, diciendo: Descended al encuentro
de los madianitas, y tomad los vados de Bet-bara y del Jordán
antes que ellos lleguen. Y juntos todos los hombres de Efraín,
25 tomaron los vados de Bet-bara y del Jordán. Y tomaron a dos
príncipes de los madianitas, Oreb y Zeeb; y mataron a Oreb
en la peña de Oreb, y a Zeeb lo mataron en el lagar de Zeeb;
y después que siguieron a los madianitas, trajeron las cabezas
de Oreb y de Zeeb a Gedeón al otro lado del Jordán.
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JUECES CAPITULO 6 VERSOS 1 AL 40

JUECES CAPITULO 6 VERSOS 1 AL 40
Los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos de Jehová; 6
y Jehová los entregó en mano de Madián por siete años. Y la 2
mano de Madián prevaleció contra Israel. Y los hijos de Israel,
por causa de los madianitas, se hicieron cuevas en los montes,
y cavernas, y lugares fortificados. Pues sucedía que cuando 3
Israel había sembrado, subían los madianitas y amalecitas y
los hijos del oriente contra ellos; subían y los atacaban. Y 4
acampando contra ellos destruían los frutos de la tierra, hasta
llegar a Gaza; y no dejaban qué comer en Israel, ni ovejas, ni
bueyes, ni asnos. Porque subían ellos y sus ganados, y venían 5
con sus tiendas en grande multitud como langostas; ellos y sus
camellos eran innumerables; así venían a la tierra para devas-
6. 6–21 Jueces 370
6 tarla. De este modo empobrecía Israel en gran manera por
7 causa de Madián; y los hijos de Israel clamaron a Jehová. Y
cuando los hijos de Israel clamaron a Jehová, a causa de los
8 madianitas, Jehová envió a los hijos de Israel un varón profeta,
el cual les dijo: Así ha dicho Jehová Dios de Israel: Yo
os hice salir de Egipto, y os saqué de la casa de servidumbre.
9 Os libré de mano de los egipcios, y de mano de todos los que
os afligieron, a los cuales eché de delante de vosotros, y os di
10 su tierra; y os dije: Yo soy Jehová vuestro Dios; no temáis
a los dioses de los amorreos, en cuya tierra habitáis; pero no
11 habéis obedecido a mi voz. Y vino el ángel de Jehová, y se
sentó debajo de la encina que está en Ofra, la cual era de Joás
abiezerita; y su hijo Gedeón estaba sacudiendo el trigo en el
12 lagar, para esconderlo de los madianitas. Y el ángel de Jehová
se le apareció, y le dijo: Jehová está contigo, varón esforzado
13 y valiente. Y Gedeón le respondió: Ah, señor mío, si Jehová
está con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo esto? ¿Y
dónde están todas sus maravillas, que nuestros padres nos han
contado, diciendo: ¿No nos sacó Jehová de Egipto? Y ahora
Jehová nos ha desamparado, y nos ha entregado en mano de
14 los madianitas. Y mirándole Jehová, le dijo: Ve con esta tu
fuerza, y salvarás a Israel de la mano de los madianitas. ¿No te
15 envío yo? Entonces le respondió: Ah, señor mío, ¿con qué salvaré
yo a Israel? He aquí que mi familia es pobre en Manasés,
16 y yo el menor en la casa de mi padre. Jehová le dijo: Ciertamente
yo estaré contigo, y derrotarás a los madianitas como a
17 un solo hombre. Y él respondió: Yo te ruego que si he hallado
gracia delante de ti, me des señal de que tú has hablado con-
18 migo. Te ruego que no te vayas de aquí hasta que vuelva a ti,
y saque mi ofrenda y la ponga delante de ti. Y él respondió:
19 Yo esperaré hasta que vuelvas. Y entrando Gedeón, preparó
un cabrito, y panes sin levadura de un efa de harina; y puso la
carne en un canastillo, y el caldo en una olla, y sacándolo se lo
20 presentó debajo de aquella encina. Entonces el ángel de Dios
le dijo: Toma la carne y los panes sin levadura, y ponlos sobre
21 esta peña, y vierte el caldo. Y él lo hizo así. Y extendiendo
el ángel de Jehová el báculo que tenía en su mano, tocó con
la punta la carne y los panes sin levadura; y subió fuego de la
371 Jueces 6. 22–36
peña, el cual consumió la carne y los panes sin levadura. Y el
ángel de Jehová desapareció de su vista. Viendo entonces Ge- 22
deón que era el ángel de Jehová, dijo: Ah, Señor Jehová, que he
visto al ángel de Jehová cara a cara. Pero Jehová le dijo: Paz 23
a ti; no tengas temor, no morirás. Y edificó allí Gedeón altar 24
a Jehová, y lo llamó Jehová-salom; el cual permanece hasta
hoy en Ofra de los abiezeritas. Aconteció que la misma noche 25
le dijo Jehová: Toma un toro del hato de tu padre, el segundo
toro de siete años, y derriba el altar de Baal que tu padre tiene,
y corta también la imagen de Asera que está junto a él; y 26
edifica altar a Jehová tu Dios en la cumbre de este peñasco en
lugar conveniente; y tomando el segundo toro, sacrifícalo en
holocausto con la madera de la imagen de Asera que habrás
cortado. Entonces Gedeón tomó diez hombres de sus siervos, 27
e hizo como Jehová le dijo. Mas temiendo hacerlo de día, por la
familia de su padre y por los hombres de la ciudad, lo hizo de
noche. Por la mañana, cuando los de la ciudad se levantaron, 28
he aquí que el altar de Baal estaba derribado, y cortada la imagen
de Asera que estaba junto a él, y el segundo toro había sido
ofrecido en holocausto sobre el altar edificado. Y se dijeron 29
unos a otros: ¿Quién ha hecho esto? Y buscando e inquiriendo,
les dijeron: Gedeón hijo de Joás lo ha hecho. Entonces los
hombres de la ciudad dijeron a Joás: Saca a tu hijo para que 30
muera, porque ha derribado el altar de Baal y ha cortado la
imagen de Asera que estaba junto a él. Y Joás respondió a 31
todos los que estaban junto a él: ¿Contenderéis vosotros por
Baal? ¿Defenderéis su causa? Cualquiera que contienda por él,
que muera esta mañana. Si es un dios, contienda por sí mismo
con el que derribó su altar. Aquel día Gedeón fue llamado 32
Jerobaal, esto es: Contienda Baal contra él, por cuanto derribó
su altar. Pero todos los madianitas y amalecitas y los del 33
oriente se juntaron a una, y pasando acamparon en el valle de
Jezreel. Entonces el Espíritu de Jehová vino sobre Gedeón, 34
y cuando éste tocó el cuerno, los abiezeritas se reunieron con
él. Y envió mensajeros por todo Manasés, y ellos también se 35
juntaron con él; asimismo envió mensajeros a Aser, a Zabulón
y a Neftalí, los cuales salieron a encontrarles. Y Gedeón dijo 36
a Dios: Si has de salvar a Israel por mi mano, como has dicho,
6. 37–7. 9 Jueces 372
37 he aquí que yo pondré un vellón de lana en la era; y si el rocío
estuviere en el vellón solamente, quedando seca toda la otra
tierra, entonces entenderé que salvarás a Israel por mi mano,
38 como lo has dicho. Y aconteció así, pues cuando se levantó
de mañana, exprimió el vellón y sacó de él el rocío, un tazón
39 lleno de agua. Mas Gedeón dijo a Dios: No se encienda tu ira
contra mí, si aún hablare esta vez; solamente probaré ahora
otra vez con el vellón. Te ruego que solamente el vellón quede
40 seco, y el rocío sobre la tierra. Y aquella noche lo hizo Dios
así; sólo el vellón quedó seco, y en toda la tierra hubo rocío.
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ANTIGUA VERSIÓN DE CASIODORO DE REINA (1569)
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OTRAS REVISIONES: 1862, 1909 Y 1960
Reina-Valera 1960
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JUECES CAPITULO 5 VERSOS 1 AL 31

JUECES CAPITULO 5 VERSOS 1 AL 31
Aquel día cantó Débora con Barac hijo de Abinoam, di- 5
5. 2–19 Jueces 368
2 ciendo: Por haberse puesto al frente los caudillos en Israel,
Por haberse ofrecido voluntariamente el pueblo, Load a Jeho-
3 vá. Oíd, reyes; escuchad, oh príncipes; Yo cantaré a Jehová,
4 Cantaré salmos a Jehová, el Dios de Israel. Cuando saliste de
Seir, oh Jehová, Cuando te marchaste de los campos de Edom,
La tierra tembló, y los cielos destilaron, Y las nubes gotearon
5 aguas. Los montes temblaron delante de Jehová, Aquel Si-
6 naí, delante de Jehová Dios de Israel. En los días de Samgar
h¼o de Anat, En los días de Jael, quedaron abandonados los
caminos, Y los que andaban por las sendas se apartaban por
7 senderos torcidos. Las aldeas quedaron abandonadas en Israel,
habían decaído, Hasta que yo Débora me levanté, Me
8 levanté como madre en Israel. Cuando escogían nuevos dioses,
La guerra estaba a las puertas; ¿Se veía escudo o lanza
9 Entre cuarenta mil en Israel? Mi corazón es para vosotros, jefes
de Israel, Para los que voluntariamente os ofrecisteis entre
10 el pueblo. Load a Jehová. Vosotros los que cabalgáis en asnas
blancas, Los que presidís en juicio, Y vosotros los que viajáis,
11 hablad. Lejos del ruido de los arqueros, en los abrevaderos,
Allí repetirán los triunfos de Jehová, Los triunfos de sus aldeas
en Israel; Entonces marchará hacia las puertas el pueblo
12 de Jehová. Despierta, despierta, Débora; Despierta, despierta,
entona cántico. Levántate, Barac, y lleva tus cautivos, hijo
13 de Abinoam. Entonces marchó el resto de los nobles; El pue-
14 blo de Jehová marchó por él en contra de los poderosos. De
Efraín vinieron los radicados en Amalec, En pos de ti, Benjamín,
entre tus pueblos; De Maquir descendieron príncipes, Y
15 de Zabulón los que tenían vara de mando. Caudillos también
de Isacar fueron con Débora; Y como Barac, también Isacar Se
precipitó a pie en el valle. Entre las familias de Rubén Hubo
16 grandes resoluciones del corazón. ¿Por qué te quedaste entre
los rediles, Para oír los balidos de los rebaños? Entre las fami-
17 lias de Rubén Hubo grandes propósitos del corazón. Galaad
se quedó al otro lado del Jordán; Y Dan, ¿por qué se estuvo
junto a las naves? Se mantuvo Aser a la ribera del mar, Y se
18 quedó en sus puertos. El pueblo de Zabulón expuso su vida a
19 la muerte, Y Neftalí en las alturas del campo. Vinieron reyes
y pelearon; Entonces pelearon los reyes de Canaán, En Taa
369 Jueces 5. 20–6. 5
nac, junto a las aguas de Meguido, Mas no llevaron ganancia
alguna de dinero. Desde los cielos pelearon las estrellas; Des- 20
de sus órbitas pelearon contra Sísara. Los barrió el torrente 21
de Cisón, El antiguo torrente, el torrente de Cisón. Marcha,
oh alma mía, con poder. Entonces resonaron los cascos de los 22
caballos Por el galopar, por el galopar de sus valientes. Mal- 23
decid a Meroz, d¼o el ángel de Jehová; Maldecid severamente
a sus moradores, Porque no vinieron al socorro de Jehová, Al
socorro de Jehová contra los fuertes. Bendita sea entre las 24
mujeres Jael, Mujer de Heber ceneo; Sobre las mujeres bendita
sea en la tienda. El pidió agua, y ella le dio leche; En tazón 25
de nobles le presentó crema. Tendió su mano a la estaca, Y 26
su diestra al mazo de trabajadores, Y golpeó a Sísara; hirió su
cabeza, Y le horadó, y atravesó sus sienes. Cayó encorvado 27
entre sus pies, quedó tendido; Entre sus pies cayó encorvado;
Donde se encorvó, allí cayó muerto. La madre de Sísara se 28
asoma a la ventana, Y por entre las celosías a voces dice: ¿Por
qué tarda su carro en venir? ¿Por qué las ruedas de sus carros
se detienen? Las más avisadas de sus damas le respondían, 29
Y aun ella se respondía a sí misma: ¿No han hallado botín, 30
y lo están repartiendo? A cada uno una doncella, o dos; Las
vestiduras de colores para Sísara, Las vestiduras bordadas de
colores; La ropa de color bordada de ambos lados, para los jefes
de los que tomaron el botín. Así perezcan todos tus enemigos, 31
oh Jehová; Mas los que te aman, sean como el sol cuando sale
en su fuerza. Y la tierra reposó cuarenta años.
Fuente: LA SANTA BIBLIA
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JUECES CAPITULO 4 VERSOS 1 AL 24

JUECES CAPITULO 4 VERSOS 1 AL 24
4 Después de la muerte de Aod, los hijos de Israel volvieron
2 a hacer lo malo ante los ojos de Jehová. Y Jehová los vendió
en mano de Jabín rey de Canaán, el cual reinó en Hazor;
y el capitán de su ejército se llamaba Sísara, el cual habita-
3 ba en Haroset-goim. Entonces los hijos de Israel clamaron
a Jehová, porque aquél tenía novecientos carros herrados, y
había oprimido con crueldad a los hijos de Israel por veinte
4 años. Gobernaba en aquel tiempo a Israel una mujer, Débo-
5 ra, profetisa, mujer de Lapidot; y acostumbraba sentarse bajo
la palmera de Débora, entre Ramá y Bet-el, en el monte de
6 Efraín; y los hijos de Israel subían a ella a juicio. Y ella envió
a llamar a Barac hijo de Abinoam, de Cedes de Neftalí, y le
d¼o: ¿No te ha mandado Jehová Dios de Israel, diciendo: Ve,
junta a tu gente en el monte de Tabor, y toma contigo diez
mil hombres de la tribu de Neftalí y de la tribu de Zabulón;
7 y yo atraeré hacia ti al arroyo de Cisón a Sísara, capitán del
ejército de Jabín, con sus carros y su ejército, y lo entregaré en
8 tus manos? Barac le respondió: Si tú fueres conmigo, yo iré;
9 pero si no fueres conmigo, no iré. Ella dijo: Iré contigo; mas
no será tuya la gloria de la jornada que emprendes, porque
en mano de mujer venderá Jehová a Sísara. Y levantándose
367 Jueces 4. 10–5. 1
Débora, fue con Barac a Cedes. Y juntó Barac a Zabulón y 10
a Neftalí en Cedes, y subió con diez mil hombres a su mando;
y Débora subió con él. Y Heber ceneo, de los hijos de Hobab 11
suegro de Moisés, se había apartado de los ceneos, y había
plantado sus tiendas en el valle de Zaanaim, que está junto a
Cedes. Vinieron, pues, a Sísara las nuevas de que Barac hijo 12
de Abinoam había subido al monte de Tabor. Y reunió Sísara 13
todos sus carros, novecientos carros herrados, con todo el pueblo
que con él estaba, desde Haroset-goim hasta el arroyo de
Cisón. Entonces Débora dijo a Barac: Levántate, porque éste 14
es el día en que Jehová ha entregado a Sísara en tus manos.
¿No ha salido Jehová delante de ti? Y Barac descendió del
monte de Tabor, y diez mil hombres en pos de él. Y Jehová 15
quebrantó a Sísara, a todos sus carros y a todo su ejército, a
filo de espada delante de Barac; y Sísara descendió del carro,
y huyó a pie. Mas Barac siguió los carros y el ejército hasta 16
Haroset-goim, y todo el ejército de Sísara cayó a filo de espada,
hasta no quedar ni uno. Y Sísara huyó a pie a la tienda de 17
Jael mujer de Heber ceneo; porque había paz entre Jabín rey
de Hazor y la casa de Heber ceneo. Y saliendo Jael a recibir 18
a Sísara, le dijo: Ven, señor mío, ven a mí, no tengas temor.
Y él vino a ella a la tienda, y ella le cubrió con una manta.
Y él le dijo: Te ruego me des de beber un poco de agua, pues 19
tengo sed. Y ella abrió un odre de leche y le dio de beber, y
le volvió a cubrir. Y él le dijo: Estate a la puerta de la tien- 20
da; y si alguien viniere, y te preguntare, diciendo: ¿Hay aquí
alguno? tú responderás que no. Pero Jael mujer de Heber to- 21
mó una estaca de la tienda, y poniendo un mazo en su mano,
se le acercó calladamente y le metió la estaca por las sienes,
y la enclavó en la tierra, pues él estaba cargado de sueño y
cansado; y así murió. Y siguiendo Barac a Sísara, Jael salió a 22
recibirlo, y le dijo: Ven, y te mostraré al varón que tú buscas.
Y él entró donde ella estaba, y he aquí Sísara yacía muerto
con la estaca por la sien. Así abatió Dios aquel día a Jabín, 23
rey de Canaán, delante de los hijos de Israel. Y la mano de 24
los hijos de Israel fue endureciéndose más y más contra Jabín
rey de Canaán, hasta que lo destruyeron.
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JUECES CAPITULO 3 VERSOS 1 AL 31

JUECES CAPITULO 3 VERSOS 1 AL 31
3 Éstas, pues, son las naciones que dejó Jehová para probar
con ellas a Israel, a todos aquellos que no habían conocido
2 todas la guerras de Canaán; solamente para que el linaje de
los hijos de Israel conociese la guerra, para que la enseñasen
3 a los que antes no la habían conocido: los cinco príncipes de
los filisteos, todos los cananeos, los sidonios, y los heveos que
habitaban en el monte Líbano, desde el monte de Baal-hermón
4 hasta llegar a Hamat. Y fueron para probar con ellos a Israel,
para saber si obedecerían a los mandamientos de Jehová, que
5 él había dado a sus padres por mano de Moisés. Así los hijos
de Israel habitaban entre los cananeos, heteos, amorreos, fere-
6 zeos, heveos y jebuseos. Y tomaron de sus hijas por mujeres,
y dieron sus hijas a los hijos de ellos, y sirvieron a sus dioses.
7 Hicieron, pues, los hijos de Israel lo malo ante los ojos de Je-
365 Jueces 3. 8–24
hová, y olvidaron a Jehová su Dios, y sirvieron a los baales
y a las imágenes de Asera. Y la ira de Jehová se encendió 8
contra Israel, y los vendió en manos de Cusan-risataim rey de
Mesopotamia; y sirvieron los hijos de Israel a Cusan-risataim
ocho años. Entonces clamaron los hijos de Israel a Jehová; y 9
Jehová levantó un libertador a los hijos de Israel y los libró;
esto es, a Otoniel hijo de Cenaz, hermano menor de Caleb. Y 10
el Espíritu de Jehová vino sobre él, y juzgó a Israel, y salió
a batalla, y Jehová entregó en su mano a Cusan-risataim rey
de Siria, y prevaleció su mano contra Cusan-risataim. Y re- 11
posó la tierra cuarenta años; y murió Otoniel hijo de Cenaz.
Volvieron los hijos de Israel a hacer lo malo ante los ojos de 12
Jehová; y Jehová fortaleció a Eglón rey de Moab contra Israel,
por cuanto habían hecho lo malo ante los ojos de Jehová. Éste 13
juntó consigo a los hijos de Amón y de Amalec, y vino e hirió
a Israel, y tomó la ciudad de las palmeras. Y sirvieron los 14
hijos de Israel a Eglón rey de los moabitas dieciocho años. Y 15
clamaron los hijos de Israel a Jehová; y Jehová les levantó un
libertador, a Aod hijo de Gera, benjamita, el cual era zurdo.
Y los hijos de Israel enviaron con él un presente a Eglón rey
de Moab. Y Aod se había hecho un puñal de dos filos, de un 16
codo de largo; y se lo ciñó debajo de sus vestidos a su lado derecho.
Y entregó el presente a Eglón rey de Moab; y era Eglón 17
hombre muy grueso. Y luego que hubo entregado el presen- 18
te, despidió a la gente que lo había traído. Mas él se volvió 19
desde los ídolos que están en Gilgal, y dijo: Rey, una palabra
secreta tengo que decirte. Él entonces dijo: Calla. Y salieron
de delante de él todos los que con él estaban. Y se le acercó 20
Aod, estando él sentado solo en su sala de verano. Y Aod dijo:
Tengo palabra de Dios para ti. Él entonces se levantó de la silla.
Entonces alargó Aod su mano izquierda, y tomó el puñal 21
de su lado derecho, y se lo metió por el vientre, de tal manera 22
que la empuñadura entró también tras la hoja, y la gordura
cubrió la hoja, porque no sacó el puñal de su vientre; y salió el
estiércol. Y salió Aod al corredor, y cerró tras sí las puertas 23
de la sala y las aseguró con el cerrojo. Cuando él hubo salido, 24
vinieron los siervos del rey, los cuales viendo las puertas de la
sala cerradas, dijeron: Sin duda él cubre sus pies en la sala de
3. 25–4. 9 Jueces 366
25 verano. Y habiendo esperado hasta estar confusos, porque él
no abría las puertas de la sala, tomaron la llave y abrieron; y
26 he aquí su señor caído en tierra, muerto. Mas entre tanto que
ellos se detuvieron, Aod escapó, y pasando los ídolos, se puso
27 a salvo en Seirat. Y cuando había entrado, tocó el cuerno en
el monte de Efraín, y los hijos de Israel descendieron con él
28 del monte, y él iba delante de ellos. Entonces él les dijo: Seguidme,
porque Jehová ha entregado a vuestros enemigos los
moabitas en vuestras manos. Y descendieron en pos de él, y
tomaron los vados del Jordán a Moab, y no dejaron pasar a
29 ninguno. Y en aquel tiempo mataron de los moabitas como
diez mil hombres, todos valientes y todos hombres de guerra;
30 no escapó ninguno. Así fue subyugado Moab aquel día bajo
31 la mano de Israel; y reposó la tierra ochenta años. Después de
él fue Samgar hijo de Anat, el cual mató a seiscientos hombres
de los filisteos con una aguijada de bueyes; y él también salvó
a Israel.
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Jueces Capitulo 2 Versos 1 al 23

Jueces Capitulo 2 Versos 1 al 23
El ángel de Jehová subió de Gilgal a Boquim, y d¼o: Yo 2
os saqué de Egipto, y os introduje en la tierra de la cual había
jurado a vuestros padres, diciendo: No invalidaré jamás
mi pacto con vosotros, con tal que vosotros no hagáis pac- 2
to con los moradores de esta tierra, cuyos altares habéis de
derribar; mas vosotros no habéis atendido a mi voz. ¿Por qué
habéis hecho esto? Por tanto, yo también digo: No los echa- 3
ré de delante de vosotros, sino que serán azotes para vuestros
costados, y sus dioses os serán tropezadero. Cuando el ángel 4
de Jehová habló estas palabras a todos los hijos de Israel, el
pueblo alzó su voz y lloró. Y llamaron el nombre de aquel lu- 5
gar Boquim, y ofrecieron allí sacrificios a Jehová. Porque ya 6
Josué había despedido al pueblo, y los hijos de Israel se habían
ido cada uno a su heredad para poseerla. Y el pueblo había 7
servido a Jehová todo el tiempo de Josué, y todo el tiempo
de los ancianos que sobrevivieron a Josué, los cuales habían
visto todas las grandes obras de Jehová, que él había hecho
por Israel. Pero murió Josué hijo de Nun, siervo de Jehová, 8
siendo de ciento diez años. Y lo sepultaron en su heredad 9
en Timnat-sera, en el monte de Efraín, al norte del monte de
Gaas. Y toda aquella generación también fue reunida a sus 10
padres. Y se levantó después de ellos otra generación que no
conocía a Jehová, ni la obra que él había hecho por Israel.
Después los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos de 11
Jehová, y sirvieron a los baales. Dejaron a Jehová el Dios de 12
sus padres, que los había sacado de la tierra de Egipto, y se
fueron tras otros dioses, los dioses de los pueblos que estaban
en sus alrededores, a los cuales adoraron; y provocaron a ira a
Jehová. Y dejaron a Jehová, y adoraron a Baal y a Astarot. 13
Y se encendió contra Israel el furor de Jehová, el cual los en- 14
tregó en manos de robadores que los despojaron, y los vendió
en mano de sus enemigos de alrededor; y no pudieron ya hacer
2. 15–3. 7 Jueces 364
15 frente a sus enemigos. Por dondequiera que salían, la mano de
Jehová estaba contra ellos para mal, como Jehová había dicho,
y como Jehová se lo había jurado; y tuvieron gran aflicción.
16 Y Jehová levantó jueces que los librasen de mano de los que
17 les despojaban; pero tampoco oyeron a sus jueces, sino que
fueron tras dioses ajenos, a los cuales adoraron; se apartaron
pronto del camino en que anduvieron sus padres obedeciendo
18 a los mandamientos de Jehová; ellos no hicieron así. Y cuando
Jehová les levantaba jueces, Jehová estaba con el juez, y los
libraba de mano de los enemigos todo el tiempo de aquel juez;
porque Jehová era movido a misericordia por sus gemidos a
19 causa de los que los oprimían y afligían. Mas acontecía que al
morir el juez, ellos volvían atrás, y se corrompían más que sus
padres, siguiendo a dioses ajenos para servirles, e inclinándose
delante de ellos; y no se apartaban de sus obras, ni de su obs-
20 tinado camino. Y la ira de Jehová se encendió contra Israel,
y d¼o: Por cuanto este pueblo traspasa mi pacto que ordené a
21 sus padres, y no obedece a mi voz, tampoco yo volveré más
a arrojar de delante de ellos a ninguna de las naciones que
22 dejó Josué cuando murió; para probar con ellas a Israel, si
procurarían o no seguir el camino de Jehová, andando en él,
23 como lo siguieron sus padres. Por esto dejó Jehová a aquellas
naciones, sin arrojarlas de una vez, y no las entregó en mano
de Josué.

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Jueces Capítulo 1 Versos 1 al 36

Jueces
Capítulo 1 Versos 1 al 36
Aconteció después de la muerte de Josué, que los hi- 1
jos de Israel consultaron a Jehová, diciendo: ¿Quién
de nosotros subirá primero a pelear contra los cananeos?
Y Jehová respondió: Judá subirá; he aquí 2
que yo he entregado la tierra en sus manos. Y Judá dijo a 3
Simeón su hermano: Sube conmigo al territorio que se me ha
adjudicado, y peleemos contra el cananeo, y yo también iré
contigo al tuyo. Y Simeón fue con él. Y subió Judá, y Jehová 4
entregó en sus manos al cananeo y al ferezeo; e hirieron de
ellos en Bezec a diez mil hombres. Y hallaron a Adoni-bezec 5
en Bezec, y pelearon contra él; y derrotaron al cananeo y al
ferezeo. Mas Adoni-bezec huyó; y le siguieron y le prendieron, 6
y le cortaron los pulgares de las manos y de los pies. Enton- 7
ces d¼o Adoni-bezec: Setenta reyes, cortados los pulgares de
sus manos y de sus pies, recogían las migajas debajo de mi
mesa; como yo hice, así me ha pagado Dios. Y le llevaron a
Jerusalén, donde murió. Y combatieron los hijos de Judá a 8
Jerusalén y la tomaron, y pasaron a sus habitantes a filo de
espada y pusieron fuego a la ciudad. Después los hijos de Ju- 9
dá descendieron para pelear contra el cananeo que habitaba en
las montañas, en el Neguev, y en los llanos. Y marchó Judá 10
contra el cananeo que habitaba en Hebrón, la cual se llamaba
antes Quiriat-arba; e hirieron a Sesai, a Ahimán y a Talmai.
De allí fue a los que habitaban en Debir, que antes se llamaba 11
Quiriat-sefer. Y dijo Caleb: El que atacare a Quiriat-sefer y la 12
tomare, yo le daré Acsa mi hija por mujer. Y la tomó Otoniel 13
h¼o de Cenaz, hermano menor de Caleb; y él le dio Acsa su
h¼a por mujer. Y cuando ella se iba con él, la persuadió que 14
pidiese a su padre un campo. Y ella se bajó del asno, y Caleb le
d¼o: ¿Qué tienes? Ella entonces le respondió: Concédeme un 15
don; puesto que me has dado tierra del Neguev, dame también
fuentes de aguas. Entonces Caleb le dio las fuentes de arriba y
las fuentes de abajo. Y los h¼os del ceneo, suegro de Moisés, 16
subieron de la ciudad de las palmeras con los hijos de Judá
1. 17–33 Jueces 362
al desierto de Judá, que está en el Neguev cerca de Arad; y
17 fueron y habitaron con el pueblo. Y fue Judá con su hermano
Simeón, y derrotaron al cananeo que habitaba en Sefat, y la
18 asolaron; y pusieron por nombre a la ciudad, Horma. Tomó
también Judá a Gaza con su territorio, Ascalón con su terri19
torio y Ecrón con su territorio. Y Jehová estaba con Judá,
quien arrojó a los de las montañas; mas no pudo arrojar a los
que habitaban en los llanos, los cuales tenían carros herrados.
20 Y dieron Hebrón a Caleb, como Moisés había dicho; y él arrojó
21 de allí a los tres hijos de Anac. Mas al jebuseo que habitaba
en Jerusalén no lo arrojaron los hijos de Benjamín, y el jebuseo
habitó con los h¼os de Benjamín en Jerusalén hasta hoy.
22 También la casa de José subió contra Bet-el; y Jehová estaba
23 con ellos. Y la casa de José puso espías en Bet-el, ciudad que
24 antes se llamaba Luz. Y los que espiaban vieron a un hombre
que salía de la ciudad, y le dijeron: Muéstranos ahora la
25 entrada de la ciudad, y haremos contigo misericordia. Y él
les mostró la entrada a la ciudad, y la hirieron a filo de espa26
da; pero dejaron ir a aquel hombre con toda su familia. Y se
fue el hombre a la tierra de los heteos, y edificó una ciudad a
27 la cual llamó Luz; y éste es su nombre hasta hoy. Tampoco
Manasés arrojó a los de Bet-seán, ni a los de sus aldeas, ni a
los de Taanac y sus aldeas, ni a los de Dor y sus aldeas, ni
a los habitantes de Ibleam y sus aldeas, ni a los que habitan
en Meguido y en sus aldeas; y el cananeo persistía en habitar
28 en aquella tierra. Pero cuando Israel se sintió fuerte hizo al
29 cananeo tributario, mas no lo arrojó. Tampoco Efraín arrojó
al cananeo que habitaba en Gezer, sino que habitó el cananeo
30 en medio de ellos en Gezer. Tampoco Zabulón arrojó a los
que habitaban en Quitrón, ni a los que habitaban en Naalal,
sino que el cananeo habitó en medio de él, y le fue tributario.
31 Tampoco Aser arrojó a los que habitaban en Aco, ni a los que
habitaban en Sidón, en Ahlab, en Aczib, en Helba, en Afec
32 y en Rehob. Y moró Aser entre los cananeos que habitaban
33 en la tierra; pues no los arrojó. Tampoco Neftalí arrojó a los
que habitaban en Bet-semes, ni a los que habitaban en Betanat,
sino que moró entre los cananeos que habitaban en la
tierra; mas le fueron tributarios los moradores de Bet-semes y
363 Jueces 1. 34–2. 14
los moradores de Bet-anat. Los amorreos acosaron a los hijos 34
de Dan hasta el monte, y no los dejaron descender a los llanos.
Y el amorreo persistió en habitar en el monte de Heres, 35
en Ajalón y en Saalbim; pero cuando la casa de José cobró
fuerzas, lo hizo tributario. Y el límite del amorreo fue desde 36
la subida de Acrabim, desde Sela hacia arriba.
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JOSUE CAPITULO 24 VERSOS 1 AL 33

JOSUE CAPITULO  24 VERSOS 1 AL 33
24 Reunió Josué a todas las tribus de Israel en Siquem, y llamó
a los ancianos de Israel, sus príncipes, sus jueces y sus oficia-
2 les; y se presentaron delante de Dios. Y dijo Josué a todo el
pueblo: Así dice Jehová, Dios de Israel: Vuestros padres habitaron
antiguamente al otro lado del río, esto es, Taré, padre
3 de Abraham y de Nacor; y servían a dioses extraños. Y yo
tomé a vuestro padre Abraham del otro lado del río, y lo traje
359 Josué 24. 4–17
por toda la tierra de Canaán, y aumenté su descendencia, y le
di Isaac. A Isaac di Jacob y Esaú. Y a Esaú di el monte de 4
Seir, para que lo poseyese; pero Jacob y sus hijos descendieron
a Egipto. Y yo envié a Moisés y a Aarón, y herí a Egipto, 5
conforme a lo que hice en medio de él, y después os saqué.
Saqué a vuestros padres de Egipto; y cuando llegaron al mar, 6
los egipcios siguieron a vuestros padres hasta el Mar Rojo con
carros y caballería. Y cuando ellos clamaron a Jehová, él puso 7
oscuridad entre vosotros y los egipcios, e hizo venir sobre ellos
el mar, el cual los cubrió; y vuestros ojos vieron lo que hice en
Egipto. Después estuvisteis muchos días en el desierto. Yo os 8
introduje en la tierra de los amorreos, que habitaban al otro
lado del Jordán, los cuales pelearon contra vosotros; mas yo
los entregué en vuestras manos, y poseísteis su tierra, y los
destruí de delante de vosotros. Después se levantó Balac hijo 9
de Zipor, rey de los moabitas, y peleó contra Israel; y envió
a llamar a Balaam hijo de Beor, para que os maldijese. Mas 10
yo no quise escuchar a Balaam, por lo cual os bendijo repetidamente,
y os libré de sus manos. Pasasteis el Jordán, y 11
vinisteis a Jericó, y los moradores de Jericó pelearon contra
vosotros: los amorreos, ferezeos, cananeos, heteos, gergeseos,
heveos y jebuseos, y yo los entregué en vuestras manos. Y 12
envié delante de vosotros tábanos, los cuales los arrojaron de
delante de vosotros, esto es, a los dos reyes de los amorreos;
no con tu espada, ni con tu arco. Y os di la tierra por la 13
cual nada trabajasteis, y las ciudades que no edificasteis, en
las cuales moráis; y de las viñas y olivares que no plantasteis,
coméis. Ahora, pues, temed a Jehová, y servidle con integri- 14
dad y en verdad; y quitad de entre vosotros los dioses a los
cuales sirvieron vuestros padres al otro lado del río, y en Egipto;
y servid a Jehová. Y si mal os parece servir a Jehová, 15
escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron
vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a
los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y
mi casa serviremos a Jehová. Entonces el pueblo respondió y 16
d¼o: Nunca tal acontezca, que dejemos a Jehová para servir a
otros dioses; porque Jehová nuestro Dios es el que nos sacó a 17
nosotros y a nuestros padres de la tierra de Egipto, de la casa
24. 18–33 Josué 360
de servidumbre; el que ha hecho estas grandes señales, y nos
ha guardado por todo el camino por donde hemos andado, y
18 en todos los pueblos por entre los cuales pasamos. Y Jehová
arrojó de delante de nosotros a todos los pueblos, y al amorreo
que habitaba en la tierra; nosotros, pues, también serviremos
19 a Jehová, porque él es nuestro Dios. Entonces Josué d¼o al
pueblo: No podréis servir a Jehová, porque él es Dios santo, y
Dios celoso; no sufrirá vuestras rebeliones y vuestros pecados.
20 Si dejareis a Jehová y sirviereis a dioses ajenos, él se volverá y
21 os hará mal, y os consumirá, después que os ha hecho bien. El
pueblo entonces dijo a Josué: No, sino que a Jehová serviremos.
22 Y Josué respondió al pueblo: Vosotros sois testigos contra vosotros
mismos, de que habéis elegido a Jehová para servirle.
23 Y ellos respondieron: Testigos somos. Quitad, pues, ahora los
dioses ajenos que están entre vosotros, e inclinad vuestro co-
24 razón a Jehová Dios de Israel. Y el pueblo respondió a Josué:
A Jehová nuestro Dios serviremos, y a su voz obedeceremos.
25 Entonces Josué hizo pacto con el pueblo el mismo día, y les dio
26 estatutos y leyes en Siquem. Y escribió Josué estas palabras
en el libro de la ley de Dios; y tomando una gran piedra, la
levantó allí debajo de la encina que estaba junto al santuario
27 de Jehová. Y dijo Josué a todo el pueblo: He aquí esta piedra
nos servirá de testigo, porque ella ha oído todas las palabras
que Jehová nos ha hablado; será, pues, testigo contra voso-
28 tros, para que no mintáis contra vuestro Dios. Y envió Josué
29 al pueblo, cada uno a su posesión. Después de estas cosas murió
Josué hijo de Nun, siervo de Jehová, siendo de ciento diez
30 años. Y le sepultaron en su heredad en Timnat-sera, que está
31 en el monte de Efraín, al norte del monte de Gaas. Y sirvió
Israel a Jehová todo el tiempo de Josué, y todo el tiempo de
los ancianos que sobrevivieron a Josué y que sabían todas las
32 obras que Jehová había hecho por Israel. Y enterraron en Siquem
los huesos de José, que los hijos de Israel habían traído
de Egipto, en la parte del campo que Jacob compró de los h¼os
de Hamor padre de Siquem, por cien piezas de dinero; y fue
33 posesión de los hijos de José. También murió Eleazar hijo de
Aarón, y lo enterraron en el collado de Finees su hijo, que le
fue dado en el monte de Efraín.
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JOSUE CAPITULO 23 VERSOS 1 AL 16

JOSUE CAPITULO 23 VERSOS 1 AL 16
Aconteció, muchos días después que Jehová diera reposo a 23
Israel de todos sus enemigos alrededor, que Josué, siendo ya
viejo y avanzado en años, llamó a todo Israel, a sus ancia- 2
nos, sus príncipes, sus jueces y sus oficiales, y les dijo: Yo ya
soy viejo y avanzado en años. Y vosotros habéis visto todo 3
lo que Jehová vuestro Dios ha hecho con todas estas naciones
por vuestra causa; porque Jehová vuestro Dios es quien ha
peleado por vosotros. He aquí os he repartido por suerte, en 4
herencia para vuestras tribus, estas naciones, así las destruidas
como las que quedan, desde el Jordán hasta el Mar Grande,
hacia donde se pone el sol. Y Jehová vuestro Dios las echará 5
de delante de vosotros, y las arrojará de vuestra presencia; y
vosotros poseeréis sus tierras, como Jehová vuestro Dios os ha
dicho. Esforzaos, pues, mucho en guardar y hacer todo lo que 6
23. 7–24. 3 Josué 358
está escrito en el libro de la ley de Moisés, sin apartaros de ello
7 ni a diestra ni a siniestra; para que no os mezcléis con estas
naciones que han quedado con vosotros, ni hagáis mención ni
juréis por el nombre de sus dioses, ni los sirváis, ni os inclinéis
8 a ellos. Mas a Jehová vuestro Dios seguiréis, como habéis he-
9 cho hasta hoy. Pues ha arrojado Jehová delante de vosotros
grandes y fuertes naciones, y hasta hoy nadie ha podido resis-
10 tir delante de vuestro rostro. Un varón de vosotros perseguirá
a mil; porque Jehová vuestro Dios es quien pelea por vosotros,
11 como él os d¼o. Guardad, pues, con diligencia vuestras almas,
12 para que améis a Jehová vuestro Dios. Porque si os apartareis,
y os uniereis a lo que resta de estas naciones que han
quedado con vosotros, y si concertareis con ellas matrimonios,
13 mezclándoos con ellas, y ellas con vosotros, sabed que Jehová
vuestro Dios no arrojará más a estas naciones delante de vosotros,
sino que os serán por lazo, por tropiezo, por azote para
vuestros costados y por espinas para vuestros ojos, hasta que
perezcáis de esta buena tierra que Jehová vuestro Dios os ha
14 dado. Y he aquí que yo estoy para entrar hoy por el camino
de toda la tierra; reconoced, pues, con todo vuestro corazón y
con toda vuestra alma, que no ha faltado una palabra de todas
las buenas palabras que Jehová vuestro Dios había dicho de
vosotros; todas os han acontecido, no ha faltado ninguna de
15 ellas. Pero así como ha venido sobre vosotros toda palabra
buena que Jehová vuestro Dios os había dicho, también traerá
Jehová sobre vosotros toda palabra mala, hasta destruiros
de sobre la buena tierra que Jehová vuestro Dios os ha dado,
16 si traspasareis el pacto de Jehová vuestro Dios que él os ha
mandado, yendo y honrando a dioses ajenos, e inclinándoos a
ellos. Entonces la ira de Jehová se encenderá contra vosotros, y
pereceréis prontamente de esta buena tierra que él os ha dado.
Fuente: LA SANTA BIBLIA
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JOSUE CAPITULO 22 VERSOS 1 AL 34

JOSUE CAPITULO 22 VERSOS 1 AL 34
22 Entonces Josué llamó a los rubenitas, a los gaditas, y a la
2 media tribu de Manasés, y les dijo: Vosotros habéis guardado
todo lo que Moisés siervo de Jehová os mandó, y habéis
3 obedecido a mi voz en todo lo que os he mandado. No habéis
dejado a vuestros hermanos en este largo tiempo hasta
el día de hoy, sino que os habéis cuidado de guardar los man-
4 damientos de Jehová vuestro Dios. Ahora, pues, que Jehová
vuestro Dios ha dado reposo a vuestros hermanos, como lo ha
355 Josué 22. 5–16
bía prometido, volved, regresad a vuestras tiendas, a la tierra
de vuestras posesiones, que Moisés siervo de Jehová os dio al
otro lado del Jordán. Solamente que con diligencia cuidéis de 5
cumplir el mandamiento y la ley que Moisés siervo de Jehová
os ordenó: que améis a Jehová vuestro Dios, y andéis en todos
sus caminos; que guardéis sus mandamientos, y le sigáis a él, y
le sirváis de todo vuestro corazón y de toda vuestra alma. Y 6
bendiciéndolos, Josué los despidió, y se fueron a sus tiendas.
También a la media tribu de Manasés había dado Moisés po- 7
sesión en Basán; más a la otra mitad dio Josué heredad entre
sus hermanos a este lado del Jordán, al occidente; y también a
éstos envió Josué a sus tiendas, después de haberlos bendecido.
Y les habló diciendo: Volved a vuestras tiendas con grandes 8
riquezas, con mucho ganado, con plata, con oro, y bronce, y
muchos vestidos; compartid con vuestros hermanos el botín de
vuestros enemigos. Así los hijos de Rubén y los hijos de Gad 9
y la media tribu de Manasés, se volvieron, separándose de los
hijos de Israel, desde Silo, que está en la tierra de Canaán,
para ir a la tierra de Galaad, a la tierra de sus posesiones, de
la cual se habían posesionado conforme al mandato de Jehová
por conducto de Moisés. Y llegando a los límites del Jordán 10
que está en la tierra de Canaán, los hijos de Rubén y los hijos
de Gad y la media tribu de Manasés edificaron allí un altar
junto al Jordán, un altar de grande apariencia. Y los hijos de 11
Israel oyeron decir que los hijos de Rubén y los hijos de Gad
y la media tribu de Manasés habían edificado un altar frente
a la tierra de Canaán, en los límites del Jordán, del lado de
los hijos de Israel. Cuando oyeron esto los hijos de Israel, se 12
juntó toda la congregación de los hijos de Israel en Silo, para
subir a pelear contra ellos. Y enviaron los hijos de Israel a 13
los hijos de Rubén y a los hijos de Gad y a la media tribu
de Manasés en tierra de Galaad, a Finees hijo del sacerdote
Eleazar, y a diez príncipes con él: un príncipe por cada casa 14
paterna de todas las tribus de Israel, cada uno de los cuales
era jefe de la casa de sus padres entre los millares de Israel.
Los cuales fueron a los hijos de Rubén y a los hijos de Gad 15
y a la media tribu de Manasés, en la tierra de Galaad, y les
hablaron diciendo: Toda la congregación de Jehová dice así: 16
22. 17–28 Josué 356
¿Qué transgresión es ésta con que prevaricáis contra el Dios
de Israel para apartaros hoy de seguir a Jehová, edificándoos
17 altar para ser rebeldes contra Jehová? ¿No ha sido bastante
la maldad de Peor, de la que no estamos aún limpios hasta
este día, por la cual vino la mortandad en la congregación de
18 Jehová, para que vosotros os apartéis hoy de seguir a Jehová?
Vosotros os rebeláis hoy contra Jehová, y mañana se airará
19 él contra toda la congregación de Israel. Si os parece que la
tierra de vuestra posesión es inmunda, pasaos a la tierra de la
posesión de Jehová, en la cual está el tabernáculo de Jehová,
y tomad posesión entre nosotros; pero no os rebeléis contra
Jehová, ni os rebeléis contra nosotros, edificándoos altar ade-
20 más del altar de Jehová nuestro Dios. ¿No cometió Acán hijo
de Zera prevaricación en el anatema, y vino ira sobre toda la
congregación de Israel? Y aquel hombre no pereció solo en su
21 iniquidad. Entonces los hijos de Rubén y los hijos de Gad y la
media tribu de Manasés respondieron y dijeron a los cabezas
22 de los millares de Israel: Jehová Dios de los dioses, Jehová
Dios de los dioses, él sabe, y hace saber a Israel: si fue por
rebelión o por prevaricación contra Jehová, no nos salves hoy.
23 Si nos hemos edificado altar para volvernos de en pos de Jehová,
o para sacrificar holocausto u ofrenda, o para ofrecer sobre
24 él ofrendas de paz, el mismo Jehová nos lo demande. Lo hicimos
más bien por temor de que mañana vuestros hijos digan
a nuestros hijos: ¿Qué tenéis vosotros con Jehová Dios de Is-
25 rael? Jehová ha puesto por lindero el Jordán entre nosotros
y vosotros, oh hijos de Rubén e hijos de Gad; no tenéis vosotros
parte en Jehová; y así vuestros hijos harían que nuestros
26 hijos dejasen de temer a Jehová. Por esto dijimos: Edifique-
27 mos ahora un altar, no para holocausto ni para sacrificio, sino
para que sea un testimonio entre nosotros y vosotros, y entre
los que vendrán después de nosotros, de que podemos hacer
el servicio de Jehová delante de él con nuestros holocaustos,
con nuestros sacrificios y con nuestras ofrendas de paz; y no
digan mañana vuestros hijos a los nuestros: Vosotros no tenéis
28 parte en Jehová. Nosotros, pues, dijimos: Si aconteciere que
tal digan a nosotros, o a nuestras generaciones en lo por venir,
entonces responderemos: Mirad el símil del altar de Jehová,
357 Josué 22. 29–23. 6
el cual hicieron nuestros padres, no para holocaustos o sacrificios,
sino para que fuese testimonio entre nosotros y vosotros.
Nunca tal acontezca que nos rebelemos contra Jehová, o que 29
nos apartemos hoy de seguir a Jehová, edificando altar para
holocaustos, para ofrenda o para sacrificio, además del altar
de Jehová nuestro Dios que está delante de su tabernáculo.
Oyendo Finees el sacerdote y los príncipes de la congregación, 30
y los jefes de los millares de Israel que con él estaban, las palabras
que hablaron los h¼os de Rubén y los hijos de Gad y los
hijos de Manasés, les pareció bien todo ello. Y dijo Finees hijo 31
del sacerdote Eleazar a los hijos de Rubén, a los hijos de Gad
y a los hijos de Manasés: Hoy hemos entendido que Jehová
está entre nosotros, pues que no habéis intentado esta traición
contra Jehová. Ahora habéis librado a los hijos de Israel de la
mano de Jehová. Y Finees hijo del sacerdote Eleazar, y los 32
príncipes, dejaron a los hijos de Rubén y a los hijos de Gad, y
regresaron de la tierra de Galaad a la tierra de Canaán, a los
hijos de Israel, a los cuales dieron la respuesta. Y el asunto 33
pareció bien a los hijos de Israel, y bendijeron a Dios los hijos
de Israel; y no hablaron más de subir contra ellos en guerra,
para destruir la tierra en que habitaban los hijos de Rubén
y los hijos de Gad. Y los hijos de Rubén y los hijos de Gad 34
pusieron por nombre al altar Ed; porque testimonio es entre
nosotros que Jehová es Dios.
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Josué Capitulo 21 Versos 1 al 45

Josué Capitulo 21 Versos 1 al 45
21 Los jefes de los padres de los levitas vinieron al sacerdote
Eleazar, a Josué hijo de Nun y a los cabezas de los padres de
2 las tribus de los hijos de Israel, y les hablaron en Silo en la
tierra de Canaán, diciendo: Jehová mandó por medio de Moisés
que nos fuesen dadas ciudades donde habitar, con sus ejidos
3 para nuestros ganados. Entonces los hijos de Israel dieron
de su propia herencia a los levitas, conforme al mandato de
4 Jehová, estas ciudades con sus ejidos. Y la suerte cayó sobre
las familias de los coatitas; y los hijos de Aarón el sacerdote,
que eran de los levitas, obtuvieron por suerte de la tribu de
Judá, de la tribu de Simeón y de la tribu de Benjamín, trece
5 ciudades. Y los otros hijos de Coat obtuvieron por suerte diez
ciudades de las familias de la tribu de Efraín, de la tribu de
6 Dan y de la media tribu de Manasés. Los hijos de Gersón
obtuvieron por suerte, de las familias de la tribu de Isacar, de
353 Josué 21. 7–29
la tribu de Aser, de la tribu de Neftalí y de la media tribu de
Manasés en Basán, trece ciudades. Los hijos de Merari según 7
sus familias obtuvieron de la tribu de Rubén, de la tribu de
Gad y de la tribu de Zabulón, doce ciudades. Dieron, pues, los 8
h¼os de Israel a los levitas estas ciudades con sus ejidos, por
suertes, como había mandado Jehová por conducto de Moisés.
De la tribu de los hijos de Judá, y de la tribu de los hijos 9
de Simeón, dieron estas ciudades que fueron nombradas, las 10
cuales obtuvieron los hijos de Aarón de las familias de Coat,
de los hijos de Leví; porque para ellos fue la suerte en primer
lugar. Les dieron Quiriat-arba del padre de Anac, la cual es 11
Hebrón, en el monte de Judá, con sus ejidos en sus contornos.
Mas el campo de la ciudad y sus aldeas dieron a Caleb hijo de 12
Jefone, por posesión suya. Y a los hijos del sacerdote Aarón 13
dieron Hebrón con sus ejidos como ciudad de refugio para los
homicidas; además, Libna con sus ejidos, Jatir con sus ejidos, 14
Estemoa con sus ejidos, Holón con sus ejidos, Debir con sus 15
ejidos, Aín con sus ejidos, Juta con sus ejidos y Bet-semes con 16
sus ejidos; nueve ciudades de estas dos tribus; y de la tribu de 17
Benjamín, Gabaón con sus ejidos, Geba con sus ejidos, Anatot 18
con sus ejidos, Almón con sus ejidos; cuatro ciudades. Todas 19
las ciudades de los sacerdotes hijos de Aarón son trece con sus
ejidos. Mas las familias de los hijos de Coat, levitas, los que 20
quedaban de los hijos de Coat, recibieron por suerte ciudades
de la tribu de Efraín. Les dieron Siquem con sus ejidos, en el 21
monte de Efraín, como ciudad de refugio para los homicidas;
además, Gezer con su ejidos, Kibsaim con sus ejidos y Bet- 22
horón con sus ejidos; cuatro ciudades. De la tribu de Dan, 23
Elteque con sus ejidos, Gibetón con sus ejidos, Ajalón con 24
sus ejidos y Gat-rimón con sus ejidos; cuatro ciudades. Y de 25
la media tribu de Manasés, Taanac con sus ejidos y Gat-rimón
con sus ejidos; dos ciudades. Todas las ciudades para el resto 26
de las familias de los hijos de Coat fueron diez con sus ejidos.
A los hijos de Gersón de las familias de los levitas, dieron de la 27
media tribu de Manasés a Golán en Basán con sus ejidos como
ciudad de refugio para los homicidas, y además, Beestera con
sus ejidos; dos ciudades. De la tribu de Isacar, Cisón con sus 28
ejidos, Daberat con sus ejidos, Jarmut con sus ejidos y En- 29
21. 30–22. 4 Josué 354
30 ganim con sus ejidos; cuatro ciudades. De la tribu de Aser,
31 Miseal con sus ejidos, Abdón con sus ejidos, Helcat con sus
32 ejidos y Rehob con sus ejidos; cuatro ciudades. Y de la tribu
de Neftalí, Cedes en Galilea con sus ejidos como ciudad de
refugio para los homicidas, y además, Hamot-dor con sus ejidos
33 y Cartán con sus ejidos; tres ciudades. Todas las ciudades
de los gersonitas por sus familias fueron trece ciudades con
34 sus ejidos. Y a las familias de los hijos de Merari, levitas
que quedaban, se les dio de la tribu de Zabulón, Jocneam
35 con sus ejidos, Carta con sus ejidos, Dimna con sus ejidos
36 y Naalal con sus ejidos; cuatro ciudades. Y de la tribu de
37 Rubén, Beser con sus ejidos, Jahaza con sus ejidos, Cademot
38 con sus ejidos y Mefaat con sus ejidos; cuatro ciudades. De la
tribu de Gad, Ramot de Galaad con sus ejidos como ciudad de
refugio para los homicidas; además, Mahanaim con sus ejidos,
39 Hesbón con sus ejidos y Jazer con sus ejidos; cuatro ciudades.
40 Todas las ciudades de los hijos de Merari por sus familias, que
restaban de las familias de los levitas, fueron por sus suertes
41 doce ciudades. Y todas las ciudades de los levitas en medio
de la posesión de los hijos de Israel, fueron cuarenta y ocho
42 ciudades con sus ejidos. Y estas ciudades estaban apartadas
la una de la otra, cada cual con sus ejidos alrededor de ella;
43 así fue con todas estas ciudades. De esta manera dio Jehová
a Israel toda la tierra que había jurado dar a sus padres, y
44 la poseyeron y habitaron en ella. Y Jehová les dio reposo
alrededor, conforme a todo lo que había jurado a sus padres;
y ninguno de todos sus enemigos pudo hacerles frente, porque
45 Jehová entregó en sus manos a todos sus enemigos. No faltó
palabra de todas las buenas promesas que Jehová había hecho
a la casa de Israel; todo se cumplió.
Fuente:  LA SANTA BIBLIA
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JOSUE CAPITULO 20 VERSOS 1 AL 9

JOSUE CAPITULO 20 VERSOS 1 AL 9
Habló Jehová a Josué, diciendo: Habla a los hijos de Israel 20, 2
y diles: Señalaos las ciudades de refugio, de las cuales yo os
hablé por medio de Moisés, para que se acoja allí el homici- 3
20. 4–21. 6 Josué 352
da que matare a alguno por accidente y no a sabiendas; y os
4 servirán de refugio contra el vengador de la sangre. Y el que
se acogiere a alguna de aquellas ciudades, se presentará a la
puerta de la ciudad, y expondrá sus razones en oídos de los
ancianos de aquella ciudad; y ellos le recibirán consigo dentro
5 de la ciudad, y le darán lugar para que habite con ellos. Si el
vengador de la sangre le siguiere, no entregarán en su mano al
homicida, por cuanto hirió a su prójimo por accidente, y no
6 tuvo con él ninguna enemistad antes. Y quedará en aquella
ciudad hasta que comparezca en juicio delante de la congregación,
y hasta la muerte del que fuere sumo sacerdote en aquel
tiempo; entonces el homicida podrá volver a su ciudad y a su
7 casa y a la ciudad de donde huyó. Entonces señalaron a Cedes
en Galilea, en el monte de Neftalí, Siquem en el monte de
Efraín, y Quiriat-arba (que es Hebrón) en el monte de Judá.
8 Y al otro lado del Jordán al oriente de Jericó, señalaron a Beser
en el desierto, en la llanura de la tribu de Rubén, Ramot
en Galaad de la tribu de Gad, y Golán en Basán de la tribu
9 de Manasés. Éstas fueron las ciudades señaladas para todos
los hijos de Israel, y para el extranjero que morase entre ellos,
para que se acogiese a ellas cualquiera que hiriese a alguno por
accidente, a fin de que no muriese por mano del vengador de
la sangre, hasta que compareciese delante de la congregación.
Fuente: LA SANTA BIBLIA
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JOSUE CAPITULO 19 VERSOS 1 AL 51

JOSUE CAPITULO 19 VERSOS 1 AL 51
La segunda suerte tocó a Simeón, para la tribu de los hijos 19
de Simeón conforme a sus familias; y su heredad fue en medio
de la heredad de los hijos de Judá. Y tuvieron en su heredad 2
19. 3–29 Josué 350
3, 4 a Beerseba, Seba, Molada, Hazar-sual, Bala, Ezem, Eltolad,
5, 6 Betul, Horma, Siclag, Bet-marcabot, Hazar-susa, Bet-lebaot
7 y Saruhén; trece ciudades con sus aldeas; Aín, Rimón, Eter y
8 Asán; cuatro ciudades con sus aldeas; y todas las aldeas que
estaban alrededor de estas ciudades hasta Baalat-beer, que es
Ramat del Neguev. Ésta es la heredad de la tribu de los hijos
9 de Simeón conforme a sus familias. De la suerte de los h ijos de
Judá fue sacada la heredad de los hijos de Simeón, por cuanto
la parte de los hijos de Judá era excesiva para ellos; así que los
h¼os de Simeón tuvieron su heredad en medio de la de Judá.
10 La tercera suerte tocó a los hijos de Zabulón conforme a sus
11 familias; y el territorio de su heredad fue hasta Sarid. Y su
límite sube hacia el occidente a Marala, y llega hasta Dabe-
12 set, y de allí hasta el arroyo que está delante de Jocneam; y
gira de Sarid hacia el oriente, hacia donde nace el sol, hasta el
13 límite de Quislot-tabor, sale a Daberat, y sube a Jafía. Pasando
de allí hacia el lado oriental a Gat-hefer y a Ita-cazín,
14 sale a Rimón rodeando a Nea. Luego, al norte, el límite gira
15 hacia Hanatón, viniendo a salir al valle de Jefte-el; y abarca
Catat, Naalal, Simrón, Idala y Belén; doce ciudades con sus
16 aldeas. Ésta es la heredad de los hijos de Zabulón conforme a
17 sus familias; estas ciudades con sus aldeas. La cuarta suerte
correspondió a Isacar, a los hijos de Isacar conforme a sus fami-
18, 19 lias. Y fue su territorio Jezreel, Quesulot, Sunem, Hafaraim,
20, 21 Sihón, Anaharat, Rabit, Quisión, Abez, Remet, En-ganim,
22 En-hada y Bet-pases. Y llega este límite hasta Tabor, Sahazima
y Bet-semes, y termina en el Jordán; dieciséis ciudades
23 con sus aldeas. Ésta es la heredad de la tribu de los hijos de
Isacar conforme a sus familias; estas ciudades con sus aldeas.
24 La quinta suerte correspondió a la tribu de los hijos de Aser
25 conforme a sus familias. Y su territorio abarcó Helcat, Halí,
26 Betén, Acsaf, Alamelec, Amad y Miseal; y llega hasta Car-
27 melo al occidente, y a Sihorlibnat. Después da vuelta hacia
el oriente a Bet-dagón y llega a Zabulón, al valle de Jefte-el al
28 norte, a Bet-emec y a Neiel, y sale a Cabul al norte. Y abarca
29 a Hebrón, Rehob, Hamón y Caná, hasta la gran Sidón. De
allí este límite tuerce hacia Ramá, y hasta la ciudad fortificada
de Tiro, y gira hacia Hosa, y sale al mar desde el territorio
351 Josué 19. 30–20. 3
de Aczib. Abarca también Uma, Afec y Rehob; veintidós ciu- 30
dades con sus aldeas. Ésta es la heredad de la tribu de los 31
hijos de Aser conforme a sus familias; estas ciudades con sus
aldeas. La sexta suerte correspondió a los hijos de Neftalí 32
conforme a sus familias. Y abarcó su territorio desde Helef, 33
Alón-saananim, Adami-neceb y Jabneel, hasta Lacum, y sale
al Jordán. Y giraba el límite hacia el occidente a Aznot-tabor, 34
y de allí pasaba a Hucoc, y llegaba hasta Zabulón al sur, y al
occidente confinaba con Aser, y con Judá por el Jordán hacia
donde nace el sol. Y las ciudades fortificadas son Sidim, Zer, 35
Hamat, Racat, Cineret, Adama, Ramá, Hazor, Cedes, Edrei, 36, 37
En-hazor, Irón, Migdal-el, Horem, Bet-anat y Bet-semes; die- 38
cinueve ciudades con sus aldeas. Ésta es la heredad de la tribu 39
de los hijos de Neftalí conforme a sus familias; estas ciudades
con sus aldeas. La séptima suerte correspondió a la tribu de 40
los hijos de Dan conforme a sus familias. Y fue el territorio 41
de su heredad, Zora, Estaol, Ir-semes, Saalabín, Ajalón, Jet- 42
la, Elón, Timnat, Ecrón, Elteque, Gibetón, Baalat, Jehúd, 43, 44, 45
Bene-berac, Gat-rimón, Mejarcón y Racón, con el territorio 46
que está delante de Jope. Y les faltó territorio a los hijos de 47
Dan; y subieron los hijos de Dan y combatieron a Lesem, y
tomándola la hirieron a filo de espada, y tomaron posesión de
ella y habitaron en ella; y llamaron a Lesem, Dan, del nombre
de Dan su padre. Ésta es la heredad de la tribu de los hijos de 48
Dan conforme a sus familias; estas ciudades con sus aldeas. Y 49
después que acabaron de repartir la tierra en heredad por sus
territorios, dieron los hijos de Israel heredad a Josué hijo de
Nun en medio de ellos; según la palabra de Jehová, le dieron 50
la ciudad que él pidió, Timnat-sera, en el monte de Efraín; y
él reedificó la ciudad y habitó en ella. Éstas son las heredades 51
que el sacerdote Eleazar, y Josué hijo de Nun, y los cabezas
de los padres, entregaron por suerte en posesión a las tribus
de los hijos de Israel en Silo, delante de Jehová, a la entrada
del tabernáculo de reunión; y acabaron de repartir la tierra.
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PRIMER LIBRO DE LOS REYES CAPITULO 4 VERSOS 1 AL 34

 PRIMER LIBRO DE LOS REYES CAPITULO 4 VERSOS 1 AL 34 Se enumeran los oficiales de la corte de Salomón — Salomón gobierna en paz y en prosper...