JOSUE CAPITULO 11 Versos 1 al 23

JOSUE CAPITULO 11 Versos 1 al 23
11 Cuando oyó esto Jabín rey de Hazor, envió mensaje a Jo-
2 bab rey de Madón, al rey de Simrón, al rey de Acsaf, y a los
reyes que estaban en la región del norte en las montañas, y
en el Arabá al sur de Cineret, en los llanos, y en las regiones
3 de Dor al occidente; y al cananeo que estaba al oriente y al
occidente, al amorreo, al heteo, al ferezeo, al jebuseo en las
339 Josué 11. 4–19
montañas, y al heveo al pie de Hermón en tierra de Mizpa.
Éstos salieron, y con ellos todos sus ejércitos, mucha gente, 4
como la arena que está a la orilla del mar en multitud, con
muchísimos caballos y carros de guerra. Todos estos reyes se 5
unieron, y vinieron y acamparon unidos junto a las aguas de
Merom, para pelear contra Israel. Mas Jehová dijo a Josué: 6
No tengas temor de ellos, porque mañana a esta hora yo entregaré
a todos ellos muertos delante de Israel; desjarretarás sus
caballos, y sus carros quemarás a fuego. Y Josué, y toda la 7
gente de guerra con él, vino de repente contra ellos junto a las
aguas de Merom. Y los entregó Jehová en manos de Israel, 8
y los hirieron y los siguieron hasta Sidón la grande y hasta
Misrefotmaim, y hasta el llano de Mizpa al oriente, hiriéndolos
hasta que no les dejaron ninguno. Y Josué hizo con ellos 9
como Jehová le había mandado: desjarretó sus caballos, y sus
carros quemó a fuego. Y volviendo Josué, tomó en el mismo 10
tiempo a Hazor, y mató a espada a su rey; pues Hazor había
sido antes cabeza de todos estos reinos. Y mataron a espada 11
todo cuanto en ella tenía vida, destruyéndolo por completo,
sin quedar nada que respirase; y a Hazor pusieron fuego. Asi- 12
mismo tomó Josué todas las ciudades de aquellos reyes, y a
todos los reyes de ellas, y los hirió a filo de espada, y los destruyó,
como Moisés siervo de Jehová lo había mandado. Pero 13
a todas las ciudades que estaban sobre colinas, no las quemó
Israel; únicamente a Hazor quemó Josué. Y los hijos de Is- 14
rael tomaron para sí todo el botín y las bestias de aquellas
ciudades; mas a todos los hombres hirieron a filo de espada
hasta destruirlos, sin dejar alguno con vida. De la manera 15
que Jehová lo había mandado a Moisés su siervo, así Moisés
lo mandó a Josué; y así Josué lo hizo, sin quitar palabra de
todo lo que Jehová había mandado a Moisés. Tomó, pues, 16
Josué toda aquella tierra, las montañas, todo el Neguev, toda
la tierra de Gosén, los llanos, el Arabá, las montañas de Israel
y sus valles. Desde el monte Halac, que sube hacia Seir, 17
hasta Baal-gad en la llanura del Líbano, a la falda del monte
Hermón; tomó asimismo a todos sus reyes, y los hirió y mató.
Por mucho tiempo tuvo guerra Josué con estos reyes. No 18, 19
hubo ciudad que hiciese paz con los hijos de Israel, salvo los
11. 20–12. 8 Josué 340
heveos que moraban en Gabaón; todo lo tomaron en guerra.
20 Porque esto vino de Jehová, que endurecía el corazón de ellos
para que resistiesen con guerra a Israel, para destruirlos, y que
no les fuese hecha misericordia, sino que fuesen desarraigados,
21 como Jehová lo había mandado a Moisés. También en aquel
tiempo vino Josué y destruyó a los anaceos de los montes de
Hebrón, de Debir, de Anab, de todos los montes de Judá y de
todos los montes de Israel; Josué los destruyó a ellos y a sus
22 ciudades. Ninguno de los anaceos quedó en la tierra de los
hijos de Israel; solamente quedaron en Gaza, en Gat y en As-
23 dod. Tomó, pues, Josué toda la tierra, conforme a todo lo que
Jehová había dicho a Moisés; y la entregó Josué a los israelitas
por herencia conforme a su distribución según sus tribus; y la
tierra descansó de la guerra.
Fuente: LA SANTA BIBLIA
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ANTIGUA VERSIÓN DE CASIODORO DE REINA (1569)
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JOSUE CAPITULO 10 Versos 1 al 43

JOSUE CAPITULO 10 Versos 1 al 43

10 Cuando Adonisedec rey de Jerusalén oyó que Josué había
tomado a Hai, y que la había asolado (como había hecho a Jericó
y a su rey, así hizo a Hai y a su rey), y que los moradores
de Gabaón habían hecho paz con los israelitas, y que estaban
2 entre ellos, tuvo gran temor; porque Gabaón era una gran
ciudad, como una de las ciudades reales, y mayor que Hai, y
3 todos sus hombres eran fuertes. Por lo cual Adonisedec rey
de Jerusalén envió a Hoham rey de Hebrón, a Piream rey de
Jarmut, a Jafía rey de Laquis y a Debir rey de Eglón, diciendo:
4 Subid a mí y ayudadme, y combatamos a Gabaón; porque ha
5 hecho paz con Josué y con los hijos de Israel. Y cinco reyes
de los amorreos, el rey de Jerusalén, el rey de Hebrón, el rey
de Jarmut, el rey de Laquis y el rey de Eglón, se juntaron y
subieron, ellos con todos sus ejércitos, y acamparon cerca de
6 Gabaón, y pelearon contra ella. Entonces los moradores de
Gabaón enviaron a decir a Josué al campamento en Gilgal:
No niegues ayuda a tus siervos; sube prontamente a nosotros
para defendernos y ayudarnos; porque todos los reyes de los
amorreos que habitan en las montañas se han unido contra no-
7 sotros. Y subió Josué de Gilgal, él y todo el pueblo de guerra
8 con él, y todos los hombres valientes. Y Jehová dijo a Josué:
No tengas temor de ellos; porque yo los he entregado en tu ma-
9 no, y ninguno de ellos prevalecerá delante de ti. Y Josué vino
a ellos de repente, habiendo subido toda la noche desde Gilgal.
10 Y Jehová los llenó de consternación delante de Israel, y los hirió
con gran mortandad en Gabaón; y los siguió por el camino
11 que sube a Bet-horón, y los hirió hasta Azeca y Maceda. Y
mientras iban huyendo de los israelitas, a la bajada de Bethorón,
Jehová arrojó desde el cielo grandes piedras sobre ellos
hasta Azeca, y murieron; y fueron más los que murieron por
las piedras del granizo, que los que los hijos de Israel mataron
12 a espada. Entonces Josué habló a Jehová el día en que Jehová
entregó al amorreo delante de los hijos de Israel, y dijo en presencia
de los israelitas: Sol, detente en Gabaón; Y tú, luna, en
13 el valle de Ajalón. Y el sol se detuvo y la luna se paró, Hasta
que la gente se hubo vengado de sus enemigos. ¿No está escrito
esto en el libro de Jaser? Y el sol se paró en medio del cielo,
337 Josué 10. 14–29
y no se apresuró a ponerse casi un día entero. Y no hubo día 14
como aquel, ni antes ni después de él, habiendo atendido Jehová
a la voz de un hombre; porque Jehová peleaba por Israel.
Y Josué, y todo Israel con él, volvió al campamento en Gilgal. 15
Y los cinco reyes huyeron, y se escondieron en una cueva en 16
Maceda. Y fue dado aviso a Josué que los cinco reyes habían 17
sido hallados escondidos en una cueva en Maceda. Entonces 18
Josué d¼o: Rodad grandes piedras a la entrada de la cueva, y
poned hombres junto a ella para que los guarden; y vosotros 19
no os detengáis, sino seguid a vuestros enemigos, y heridles la
retaguardia, sin dejarles entrar en sus ciudades; porque Jehová
vuestro Dios los ha entregado en vuestra mano. Y aconteció 20
que cuando Josué y los hijos de Israel acabaron de herirlos con
gran mortandad hasta destruirlos, los que quedaron de ellos
se metieron en las ciudades fortificadas. Todo el pueblo vol- 21
vió sano y salvo a Josué, al campamento en Maceda; no hubo
quien moviese su lengua contra ninguno de los hijos de Israel.
Entonces dijo Josué: Abrid la entrada de la cueva, y sacad de 22
ella a esos cinco reyes. Y lo hicieron así, y sacaron de la cueva 23
a aquellos cinco reyes: al rey de Jerusalén, al rey de Hebrón, al
rey de Jarmut, al rey de Laquis y al rey de Eglón. Y cuando 24
los hubieron llevado a Josué, llamó Josué a todos los varones
de Israel, y dijo a los principales de la gente de guerra que habían
venido con él: Acercaos, y poned vuestros pies sobre los
cuellos de estos reyes. Y ellos se acercaron y pusieron sus pies
sobre los cuellos de ellos. Y Josué les dijo: No temáis, ni os 25
atemoricéis; sed fuertes y valientes, porque así hará Jehová a
todos vuestros enemigos contra los cuales peleáis. Y después 26
de esto Josué los hirió y los mató, y los hizo colgar en cinco
maderos; y quedaron colgados en los maderos hasta caer la
noche. Y cuando el sol se iba a poner, mandó Josué que los 27
quitasen de los maderos, y los echasen en la cueva donde se
habían escondido; y pusieron grandes piedras a la entrada de
la cueva, las cuales permanecen hasta hoy. En aquel mismo 28
día tomó Josué a Maceda, y la hirió a filo de espada, y mató a
su rey; por completo los destruyó, con todo lo que en ella tenía
vida, sin dejar nada; e hizo al rey de Maceda como había hecho
al rey de Jericó. Y de Maceda pasó Josué, y todo Israel con 29
10. 30–11. 3 Josué 338
30 él, a Libna; y peleó contra Libna; y Jehová la entregó también
a ella y a su rey en manos de Israel; y la hirió a filo de espada,
con todo lo que en ella tenía vida, sin dejar nada; e hizo a su
31 rey de la manera como había hecho al rey de Jericó. Y Josué,
y todo Israel con él, pasó de Libna a Laquis, y acampó cerca
32 de ella, y la combatió; y Jehová entregó a Laquis en mano de
Israel, y la tomó al día siguiente, y la hirió a filo de espada, con
todo lo que en ella tenía vida, así como había hecho en Libna.
33 Entonces Horam rey de Gezer subió en ayuda de Laquis; mas
a él y a su pueblo destruyó Josué, hasta no dejar a ninguno
34 de ellos. De Laquis pasó Josué, y todo Israel con él, a Eglón;
35 y acamparon cerca de ella, y la combatieron; y la tomaron el
mismo día, y la hirieron a filo de espada; y aquel día mató a
todo lo que en ella tenía vida, como había hecho en Laquis.
36 Subió luego Josué, y todo Israel con él, de Eglón a Hebrón, y la
37 combatieron. Y tomándola, la hirieron a filo de espada, a su
rey y a todas sus ciudades, con todo lo que en ella tenía vida,
sin dejar nada; como había hecho a Eglón, así la destruyeron
38 con todo lo que en ella tenía vida. Después volvió Josué, y
39 todo Israel con él, sobre Debir, y combatió contra ella; y la
tomó, y a su rey, y a todas sus ciudades; y las hirieron a filo
de espada, y destruyeron todo lo que allí dentro tenía vida, sin
dejar nada; como había hecho a Hebrón, y como había hecho
40 a Libna y a su rey, así hizo a Debir y a su rey. Hirió, pues,
Josué toda la región de las montañas, del Neguev, de los llanos
y de las laderas, y a todos sus reyes, sin dejar nada; todo lo
que tenía vida lo mató, como Jehová Dios de Israel se lo había
41 mandado. Y los hirió Josué desde Cades-barnea hasta Gaza,
42 y toda la tierra de Gosén hasta Gabaón. Todos estos reyes y
sus tierras los tomó Josué de una vez; porque Jehová el Dios
43 de Israel peleaba por Israel. Y volvió Josué, y todo Israel con
él, al campamento en Gilgal.
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JOSUE CAPITULO 9 VERSOS 1 AL 27

JOSUE CAPITULO 9 VERSOS 1 AL 27
9 Cuando oyeron estas cosas todos los reyes que estaban a
este lado del Jordán, así en las montañas como en los llanos, y
en toda la costa del Mar Grande delante del Líbano, los heteos,
2 amorreos, cananeos, ferezeos, heveos y jebuseos, se concerta-
3 ron para pelear contra Josué e Israel. Más los moradores de
Gabaón, cuando oyeron lo que Josué había hecho a Jericó y a
4 Hai, usaron de astucia; pues fueron y se fingieron embajadores,
y tomaron sacos viejos sobre sus asnos, y cueros viejos de
5 vino, rotos y remendados, y zapatos viejos y recosidos en sus
pies, con vestidos viejos sobre sí; y todo el pan que traían para
6 el camino era seco y mohoso. Y vinieron a Josué al campamento
en Gilgal, y le dIjeron a él y a los de Israel: Nosotros
venimos de tierra muy lejana; haced, pues, ahora alianza con
7 nosotros. Y los de Israel respondieron a los heveos: Quizás
habitáis en medio de nosotros. ¿Cómo, pues, podremos hacer
8 alianza con vosotros? Ellos respondieron a Josué: Nosotros
somos tus siervos. Y Josué les dijo: ¿Quiénes sois vosotros, y
9 de dónde venís? Y ellos respondieron: Tus siervos han venido
de tierra muy lejana, por causa del nombre de Jehová tu Dios;
10 porque hemos oído su fama, y todo lo que hizo en Egipto, y
todo lo que hizo a los dos reyes de los amorreos que estaban
al otro lado del Jordán: a Sehón rey de Hesbón, y a Og rey de
11 Basán, que estaba en Astarot. Por lo cual nuestros ancianos
y todos los moradores de nuestra tierra nos dijeron: Tomad en
vuestras manos provisión para el camino, e id al encuentro de
ellos, y decidles: Nosotros somos vuestros siervos; haced ahora
12 alianza con nosotros. Este nuestro pan lo tomamos caliente
de nuestras casas para el camino el día que salimos para venir
335 Josué 9. 13–27
a vosotros; y helo aquí ahora ya seco y mohoso. Estos cue- 13
ros de vino también los llenamos nuevos; helos aquí ya rotos;
también estos nuestros vestidos y nuestros zapatos están ya
viejos a causa de lo muy largo del camino. Y los hombres de 14
Israel tomaron de la provisiones de ellos, y no consultaron a
Jehová. Y Josué hizo paz con ellos, y celebró con ellos alianza 15
concediéndoles la vida; y también lo juraron los príncipes de
la congregación. Pasados tres días después que hicieron alian- 16
za con ellos, oyeron que eran sus vecinos, y que habitaban en
medio de ellos. Y salieron los hijos de Israel, y al tercer día 17
llegaron a las ciudades de ellos; y sus ciudades eran Gabaón,
Cafira, Beerot y Quiriat-jearim. Y no los mataron los hijos de 18
Israel, por cuanto los príncipes de la congregación les habían
jurado por Jehová el Dios de Israel. Y toda la congregación
murmuraba contra los príncipes. Mas todos los príncipes res- 19
pondieron a toda la congregación: Nosotros les hemos jurado
por Jehová Dios de Israel; por tanto, ahora no les podemos
tocar. Esto haremos con ellos: les dejaremos vivir, para que 20
no venga ira sobre nosotros por causa del juramento que les
hemos hecho. Dijeron, pues, de ellos los príncipes: Dejadlos 21
vivir; y fueron constituidos leñadores y aguadores para toda la
congregación, concediéndoles la vida, según les habían prometido
los príncipes. Y llamándolos Josué, les habló diciendo: 22
¿Por qué nos habéis engañado, diciendo: Habitamos muy lejos
de vosotros, siendo así que moráis en medio de nosotros? Aho- 23
ra, pues, malditos sois, y no dejará de haber de entre vosotros
siervos, y quien corte la leña y saque el agua para la casa de mi
Dios. Y ellos respondieron a Josué y dijeron: Como fue dado 24
a entender a tus siervos que Jehová tu Dios había mandado
a Moisés su siervo que os había de dar toda la tierra, y que
había de destruir a todos los moradores de la tierra delante de
vosotros, por esto temimos en gran manera por nuestras vidas
a causa de vosotros, e hicimos esto. Ahora, pues, henos aquí 25
en tu mano; lo que te pareciere bueno y recto hacer de nosotros,
hazlo. Y él lo hizo así con ellos; pues los libró de la mano 26
de los hijos de Israel, y no los mataron. Y Josué los destinó 27
aquel día a ser leñadores y aguadores para la congregación, y
para el altar de Jehová en el lugar que Jehová eligiese, lo que
10. 1–13 Josué 336
son hasta hoy.
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Josué Capitulo 8 Versos 1 al 35

Josué Capitulo 8 Versos 1 al 35
Jehová dijo a Josué: No temas ni desmayes; toma contigo 8
toda la gente de guerra, y levántate y sube a Hai. Mira, yo he
entregado en tu mano al rey de Hai, a su pueblo, a su ciudad
y a su tierra. Y harás a Hai y a su rey como hiciste a Jericó y 2
a su rey; sólo que sus despojos y sus bestias tomaréis para vosotros.
Pondrás, pues, emboscadas a la ciudad detrás de ella.
Entonces se levantaron Josué y toda la gente de guerra, para 3
subir contra Hai; y escogió Josué treinta mil hombres fuertes,
8. 4–19 Josué 332
4 los cuales envió de noche. Y les mandó, diciendo: Atended,
pondréis emboscada a la ciudad detrás de ella; no os alejaréis
5 mucho de la ciudad, y estaréis todos dispuestos. Y yo y todo
el pueblo que está conmigo nos acercaremos a la ciudad; y
cuando salgan ellos contra nosotros, como hicieron antes, hui-
6 remos delante de ellos. Y ellos saldrán tras nosotros, hasta
que los alejemos de la ciudad; porque dirán: Huyen de nosotros
como la primera vez. Huiremos, pues, delante de ellos.
7 Entonces vosotros os levantaréis de la emboscada y tomaréis la
ciudad; pues Jehová vuestro Dios la entregará en vuestras ma-
8 nos. Y cuando la hayáis tomado, le prenderéis fuego. Haréis
conforme a la palabra de Jehová; mirad que os lo he mandado.
9 Entonces Josué los envió; y ellos se fueron a la emboscada, y
se pusieron entre Bet-el y Hai, al occidente de Hai; y Josué
10 se quedó aquella noche en medio del pueblo. Levantándose
Josué muy de mañana, pasó revista al pueblo, y subió él, con
11 los ancianos de Israel, delante del pueblo contra Hai. Y toda
la gente de guerra que con él estaba, subió y se acercó, y llegaron
delante de la ciudad, y acamparon al norte de Hai; y el
12 valle estaba entre él y Hai. Y tomó como cinco mil hombres,
y los puso en emboscada entre Bet-el y Hai, al occidente de
13 la ciudad. Así dispusieron al pueblo: todo el campamento al
norte de la ciudad, y su emboscada al occidente de la ciudad, y
14 Josué avanzó aquella noche hasta la mitad del valle. Y aconteció
que viéndolo el rey de Hai, él y su pueblo se apresuraron
y madrugaron; y al tiempo señalado, los hombres de la ciudad
salieron al encuentro de Israel para combatir, frente al Arabá,
no sabiendo que estaba puesta emboscada a espaldas de la
15 ciudad. Entonces Josué y todo Israel se fingieron vencidos y
16 huyeron delante de ellos por el camino del desierto. Y todo el
pueblo que estaba en Hai se juntó para seguirles; y siguieron
17 a Josué, siendo así alejados de la ciudad. Y no quedó hombre
en Hai ni en Bet-el, que no saliera tras de Israel; y por seguir
18 a Israel dejaron la ciudad abierta. Entonces Jehová dijo a Josué:
Extiende la lanza que tienes en tu mano hacia Hai, porque
yo la entregaré en tu mano. Y Josué extendió hacia la ciudad
19 la lanza que en su mano tenía. Y levantándose prontamente
de su lugar los que estaban en la emboscada, corrieron luego
333 Josué 8. 20–33
que él alzó su mano, y vinieron a la ciudad, y la tomaron, y
se apresuraron a prenderle fuego. Y los hombres de Hai vol- 20
vieron el rostro, y al mirar, he aquí que el humo de la ciudad
subía al cielo, y no pudieron huir ni a una parte ni a otra,
porque el pueblo que iba huyendo hacia el desierto se volvió
contra los que les seguían. Josué y todo Israel, viendo que 21
los de la emboscada habían tomado la ciudad, y que el humo
de la ciudad subía, se volvieron y atacaron a los de Hai. Y 22
los otros salieron de la ciudad a su encuentro, y así fueron encerrados
en medio de Israel, los unos por un lado, y los otros
por el otro. Y los hirieron hasta que no quedó ninguno de ellos
que escapase. Pero tomaron vivo al rey de Hai, y lo trajeron 23
a Josué. Y cuando los israelitas acabaron de matar a todos 24
los moradores de Hai en el campo y en el desierto a donde los
habían perseguido, y todos habían caído a filo de espada hasta
ser consumidos, todos los israelitas volvieron a Hai, y también
la hirieron a filo de espada. Y el número de los que cayeron 25
aquel día, hombres y mujeres, fue de doce mil, todos los de
Hai. Porque Josué no retiró su mano que había extendido 26
con la lanza, hasta que hubo destruido por completo a todos
los moradores de Hai. Pero los israelitas tomaron para sí las 27
bestias y los despojos de la ciudad, conforme a la palabra de
Jehová que le había mandado a Josué. Y Josué quemó a Hai 28
y la redujo a un montón de escombros, asolada para siempre
hasta hoy. Y al rey de Hai lo colgó de un madero hasta caer 29
la noche; y cuando el sol se puso, mandó Josué que quitasen
del madero su cuerpo, y lo echasen a la puerta de la ciudad; y
levantaron sobre él un gran montón de piedras, que permanece
hasta hoy. Entonces Josué edificó un altar a Jehová Dios de 30
Israel en el monte Ebal, como Moisés siervo de Jehová lo ha- 31
bía mandado a los hijos de Israel, como está escrito en el libro
de la ley de Moisés, un altar de piedras enteras sobre las cuales
nadie alzó hierro; y ofrecieron sobre él holocaustos a Jehová,
y sacrificaron ofrendas de paz. También escribió allí sobre las 32
piedras una copia de la ley de Moisés, la cual escribió delante
de los hijos de Israel. Y todo Israel, con sus ancianos, oficiales 33
y jueces, estaba de pie a uno y otro lado del arca, en presencia
de los sacerdotes levitas que llevaban el arca del pacto de Je
8. 34–9. 12 Josué 334
hová, así los extranjeros como los naturales. La mitad de ellos
estaba hacia el monte Gerizim, y la otra mitad hacia el monte
Ebal, de la manera que Moisés, siervo de Jehová, lo había
mandado antes, para que bendijesen primeramente al pueblo
34 de Israel. Después de esto, leyó todas las palabras de la ley,
las bendiciones y las maldiciones, conforme a todo lo que está
35 escrito en el libro de la ley. No hubo palabra alguna de todo
cuanto mandó Moisés, que Josué no hiciese leer delante de toda
la congregación de Israel, y de las mujeres, de los niños, y
de los extranjeros que moraban entre ellos.
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JOSUE CAPITULO 7 VERSOS 1 AL 26

JOSUE CAPITULO 7 VERSOS 1 AL 26
Pero los hijos de Israel cometieron una prevaricación en 7
cuanto al anatema; porque Acán h¼o de Carmi, h¼o de Zabdi,
h¼o de Zera, de la tribu de Judá, tomó del anatema; y la
ira de Jehová se encendió contra los hijos de Israel. Después 2
Josué envió hombres desde Jericó a Hai, que estaba junto a
7. 3–15 Josué 330
Bet-avén hacia el oriente de Bet-el; y les habló diciendo: Subid
y reconoced la tierra. Y ellos subieron y reconocieron a
3 Hai. Y volviendo a Josué, le dijeron: No suba todo el pueblo,
sino suban como dos mil o tres mil hombres, y tomarán a Hai;
4 no fatigues a todo el pueblo yendo allí, porque son pocos. Y
subieron allá del pueblo como tres mil hombres, los cuales hu-
5 yeron delante de los de Hai. Y los de Hai mataron de ellos
a unos treinta y seis hombres, y los siguieron desde la puerta
hasta Sebarim, y los derrotaron en la bajada; por lo cual el
6 corazón del pueblo desfalleció y vino a ser como agua. Entonces
Josué rompió sus vestidos, y se postró en tierra sobre su
rostro delante del arca de Jehová hasta caer la tarde, él y los
7 ancianos de Israel; y echaron polvo sobre sus cabezas. Y Josué
d¼o: ¡Ah, Señor Jehová! ¿Por qué hiciste pasar a este pueblo
el Jordán, para entregarnos en las manos de los amorreos, para
que nos destruyan? ¡Ojalá nos hubiéramos quedado al otro
8 lado del Jordán! ¡Ay, Señor! ¿qué diré, ya que Israel ha vuel-
9 to la espalda delante de sus enemigos? Porque los cananeos y
todos los moradores de la tierra oirán, y nos rodearán, y borrarán
nuestro nombre de sobre la tierra; y entonces, ¿qué harás
10 tú a tú grande nombre? Y Jehová dijo a Josué: Levántate;
11 ¿por qué te postras así sobre tu rostro? Israel ha pecado, y
aun han quebrantado mi pacto que yo les mandé; y también
han tomado del anatema, y hasta han hurtado, han mentido,
12 y aun lo han guardado entre sus enseres. Por esto los h¼os de
Israel no podrán hacer frente a sus enemigos, sino que delante
de sus enemigos volverán la espalda, por cuanto han venido a
ser anatema; ni estaré más con vosotros, si no destruyereis el
13 anatema de en medio de vosotros. Levántate, santifica al pueblo,
y di: Santificaos para mañana; porque Jehová el Dios de
Israel dice así: Anatema hay en medio de ti, Israel; no podrás
hacer frente a tus enemigos, hasta que hayáis quitado el ana-
14 tema de en medio de vosotros. Os acercaréis, pues, mañana
por vuestras tribus; y la tribu que Jehová tomare, se acercará
por sus familias; y la familia que Jehová tomare, se acercará
por sus casas; y la casa que Jehová tomare, se acercará por
15 los varones; y el que fuere sorprendido en el anatema, será
quemado, él y todo lo que tiene, por cuanto ha quebrantado
331 Josué 7. 16–8. 3
el pacto de Jehová, y ha cometido maldad en Israel. Josué, 16
pues, levantándose de mañana, hizo acercar a Israel por sus
tribus; y fue tomada la tribu de Judá. Y haciendo acercar a 17
la tribu de Judá, fue tomada la familia de los de Zera; y haciendo
luego acercar a la familia de los de Zera por los varones,
fue tomado Zabdi. Hizo acercar su casa por los varones, y fue 18
tomado Acán h¼o de Carmi, h¼o de Zabdi, hijo de Zera, de
la tribu de Judá. Entonces Josué dijo a Acán: Hijo mío, da 19
gloria a Jehová el Dios de Israel, y dale alabanza, y declárame
ahora lo que has hecho; no me lo encubras. Y Acán respondió 20
a Josué diciendo: Verdaderamente yo he pecado contra Jehová
el Dios de Israel, y así y así he hecho. Pues vi entre los des- 21
pojos un manto babilónico muy bueno, y doscientos siclos de
plata, y un lingote de oro de peso de cincuenta siclos, lo cual
codicié y tomé; y he aquí que está escondido bajo tierra en
medio de mi tienda, y el dinero debajo de ello. Josué enton- 22
ces envió mensajeros, los cuales fueron corriendo a la tienda;
y he aquí estaba escondido en su tienda, y el dinero debajo
de ello. Y tomándolo de en medio de la tienda, lo trajeron 23
a Josué y a todos los hijos de Israel, y lo pusieron delante de
Jehová. Entonces Josué, y todo Israel con él, tomaron a Acán 24
hijo de Zera, el dinero, el manto, el lingote de oro, sus hijos,
sus hijas, sus bueyes, sus asnos, sus ovejas, su tienda y todo
cuanto tenía, y lo llevaron todo al valle de Acor. Y le dijo 25
Josué: ¿Por qué nos has turbado? Túrbete Jehová en este día.
Y todos los israelitas los apedrearon, y los quemaron después
de apedrearlos. Y levantaron sobre él un gran montón de pie- 26
dras, que permanece hasta hoy. Y Jehová se volvió del ardor
de su ira. Y por esto aquel lugar se llama el Valle de Acor,
hasta hoy.
Fuente: LA SANTA BIBLIA
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Josué Capitulo 6 Versos 1 al 27

Josué Capitulo 6 Versos 1 al 27

Ahora, Jericó estaba cerrada, bien cerrada, a causa de los 6
6. 2–16 Josué 328
2 hijos de Israel; nadie entraba ni salía. Mas Jehová dijo a Josué:
Mira, yo he entregado en tu mano a Jericó y a su rey, con
3 sus varones de guerra. Rodearéis, pues, la ciudad todos los
hombres de guerra, yendo alrededor de la ciudad una vez; y
4 esto haréis durante seis días. Y siete sacerdotes llevarán siete
bocinas de cuernos de carnero delante del arca; y al séptimo
día daréis siete vueltas a la ciudad, y los sacerdotes tocarán
5 las bocinas. Y cuando toquen prolongadamente el cuerno de
carnero, así que oigáis el sonido de la bocina, todo el pueblo
gritará a gran voz, y el muro de la ciudad caerá; entonces su-
6 birá el pueblo, cada uno derecho hacia adelante. Llamando,
pues, Josué hijo de Nun a los sacerdotes, les dijo: Llevad el
arca del pacto, y siete sacerdotes lleven bocinas de cuerno de
7 carnero delante del arca de Jehová. Y dijo al pueblo: Pasad,
y rodead la ciudad; y los que están armados pasarán delante
8 del arca de Jehová. Y así que Josué hubo hablado al pueblo,
los siete sacerdotes, llevando las siete bocinas de cuerno
de carnero, pasaron delante del arca de Jehová, y tocaron las
9 bocinas; y el arca del pacto de Jehová los seguía. Y los hombres
armados iban delante de los sacerdotes que tocaban las
bocinas, y la retaguardia iba tras el arca, mientras las bocinas
10 sonaban continuamente. Y Josué mandó al pueblo, diciendo:
Vosotros no gritaréis, ni se oirá vuestra voz, ni saldrá palabra
de vuestra boca, hasta el día que yo os diga: Gritad; entonces
11 gritaréis. Así que él hizo que el arca de Jehová diera una vuelta
alrededor de la ciudad, y volvieron luego al campamento,
12 y allí pasaron la noche. Y Josué se levantó de mañana, y los
13 sacerdotes tomaron el arca de Jehová. Y los siete sacerdotes,
llevando las siete bocinas de cuerno de carnero, fueron delante
del arca de Jehová, andando siempre y tocando las bocinas;
y los hombres armados iban delante de ellos, y la retaguardia
iba tras el arca de Jehová, mientras las bocinas tocaban conti-
14 nuamente. Así dieron otra vuelta a la ciudad el segundo día,
y volvieron al campamento; y de esta manera hicieron durante
15 seis días. Al séptimo día se levantaron al despuntar el alba,
y dieron vuelta a la ciudad de la misma manera siete veces;
solamente este día dieron vuelta alrededor de ella siete veces.
16 Y cuando los sacerdotes tocaron las bocinas la séptima vez,
329 Josué 6. 17–7. 2
Josué dijo al pueblo: Gritad, porque Jehová os ha entregado
la ciudad. Y será la ciudad anatema a Jehová, con todas las 17
cosas que están en ella; solamente Rahab la ramera vivirá, con
todos los que estén en casa con ella, por cuanto escondió a los
mensajeros que enviamos. Pero vosotros guardaos del anate- 18
ma; ni toquéis, ni toméis alguna cosa del anatema, no sea que
hagáis anatema el campamento de Israel, y lo turbéis. Mas 19
toda la plata y el oro, y los utensilios de bronce y de hierro,
sean consagrados a Jehová, y entren en el tesoro de Jehová.
Entonces el pueblo gritó, y los sacerdotes tocaron las bocinas; 20
y aconteció que cuando el pueblo hubo oído el sonido de la
bocina, gritó con gran vocerío, y el muro se derrumbó. El pueblo
subió luego a la ciudad, cada uno derecho hacia adelante,
y la tomaron. Y destruyeron a filo de espada todo lo que en 21
la ciudad había; hombres y mujeres, jóvenes y viejos, hasta
los bueyes, las ovejas, y los asnos. Mas Josué dijo a los dos 22
hombres que habían reconocido la tierra: Entrad en casa de la
mujer ramera, y haced salir de allí a la mujer y a todo lo que
fuere suyo, como lo jurasteis. Y los espías entraron y sacaron 23
a Rahab, a su padre, a su madre, a sus hermanos y todo lo que
era suyo; y también sacaron a toda su parentela, y los pusieron
fuera del campamento de Israel. Y consumieron con fuego la 24
ciudad, y todo lo que en ella había; solamente pusieron en el
tesoro de la casa de Jehová la plata y el oro, y los utensilios
de bronce y de hierro. Mas Josué salvó la vida a Rahab la 25
ramera, y a la casa de su padre, y a todo lo que ella tenía; y
habitó ella entre los israelitas hasta hoy, por cuanto escondió
a los mensajeros que Josué había enviado a reconocer a Jericó.
En aquel tiempo hizo Josué un juramento, diciendo: Maldito 26
delante de Jehová el hombre que se levantare y reedificare esta
ciudad de Jericó. Sobre su primogénito eche los cimientos de
ella, y sobre su hijo menor asiente sus puertas. Estaba, pues, 27
Jehová con Josué, y su nombre se divulgó por toda la tierra.
Fuente: LA SANTA BIBLIA
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Josué Capitulo 5 Versos 1 al 15

Josué Capitulo 5 Versos 1 al 15
5 Cuando todos los reyes de los amorreos que estaban al otro
lado del Jordán al occidente, y todos los reyes de los cananeos
que estaban cerca del mar, oyeron cómo Jehová había secado
las aguas del Jordán delante de los hijos de Israel hasta que
hubieron pasado, desfalleció su corazón, y no hubo más aliento
2 en ellos delante de los hijos de Israel. En aquel tiempo Jehová
dijo a Josué: Hazte cuchillos afilados, y vuelve a circuncidar
3 la segunda vez a los hijos de Israel. Y Josué se hizo cuchillos
afilados, y circuncidó a los hijos de Israel en el collado de Ara-
327 Josué 5. 4–6. 1
lot. Ésta es la causa por la cual Josué los circuncidó: Todo 4
el pueblo que había salido de Egipto, los varones, todos los
hombres de guerra, habían muerto en el desierto, por el camino,
después que salieron de Egipto. Pues todos los del pueblo 5
que habían salido, estaban circuncidados; mas todo el pueblo
que había nacido en el desierto, por el camino, después que
hubieron salido de Egipto, no estaba circuncidado. Porque 6
los h¼os de Israel anduvieron por el desierto cuarenta años,
hasta que todos los hombres de guerra que habían salido de
Egipto fueron consumidos, por cuanto no obedecieron a la voz
de Jehová; por lo cual Jehová les juró que no les dejaría ver la
tierra de la cual Jehová había jurado a sus padres que nos la
daría, tierra que fluye leche y miel. A los hijos de ellos, que 7
él había hecho suceder en su lugar, Josué los circuncidó; pues
eran incircuncisos, porque no habían sido circuncidados por el
camino. Y cuando acabaron de circuncidar a toda la gente, 8
se quedaron en el mismo lugar en el campamento, hasta que
sanaron. Y Jehová dijo a Josué: Hoy he quitado de vosotros 9
el oprobio de Egipto; por lo cual el nombre de aquel lugar fue
llamado Gilgal, hasta hoy. Y los hijos de Israel acamparon en 10
Gilgal, y celebraron la pascua a los catorce días del mes, por la
tarde, en los llanos de Jericó. Al otro día de la pascua comie- 11
ron del fruto de la tierra, los panes sin levadura, y en el mismo
día espigas nuevas tostadas. Y el maná cesó el día siguiente, 12
desde que comenzaron a comer del fruto de la tierra; y los hijos
de Israel nunca más tuvieron maná, sino que comieron de los
frutos de la tierra de Canaán aquel año. Estando Josué cerca 13
de Jericó, alzó sus ojos y vio un varón que estaba delante de él,
el cual tenía una espada desenvainada en su mano. Y Josué,
yendo hacia él, le dijo: ¿Eres de los nuestros, o de nuestros
enemigos? Él respondió: No; mas como Príncipe del ejército 14
de Jehová he venido ahora. Entonces Josué, postrándose sobre
su rostro en tierra, le adoró; y le dijo: ¿Qué dice mi Señor a su
siervo? Y el Príncipe del ejército de Jehová respondió a Jo- 15
sué: Quita el calzado de tus pies, porque el lugar donde estás
es santo. Y Josué así lo hizo.
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Josué Capitulo 4 Versos 1 al 24

Josué Capitulo 4 Versos 1 al 24
Cuando toda la gente hubo acabado de pasar el Jordán, 4
Jehová habló a Josué, diciendo: Tomad del pueblo doce hom- 2
bres, uno de cada tribu, y mandadles, diciendo: Tomad de 3
aquí de en medio del Jordán, del lugar donde están firmes los
pies de los sacerdotes, doce piedras, las cuales pasaréis con
vosotros, y levantadlas en el lugar donde habéis de pasar la
noche. Entonces Josué llamó a los doce hombres a los cuales 4
él había designado de entre los hijos de Israel, uno de cada tribu.
Y les dijo Josué: Pasad delante del arca de Jehová vuestro 5
Dios a la mitad del Jordán, y cada uno de vosotros tome una
piedra sobre su hombro, conforme al número de las tribus de
los hijos de Israel, para que esto sea señal entre vosotros; y 6
cuando vuestros hijos preguntaren a sus padres mañana, diciendo:
¿Qué significan estas piedras? les responderéis: Que 7
las aguas del Jordán fueron divididas delante del arca del pacto
de Jehová; cuando ella pasó el Jordán, las aguas del Jordán se
dividieron; y estas piedras servirán de monumento conmemorativo
a los hijos de Israel para siempre. Y los hijos de Israel 8
lo hicieron así como Josué les mandó: tomaron doce piedras
de en medio del Jordán, como Jehová lo había dicho a Josué,
conforme al número de las tribus de los hijos de Israel, y las
pasaron al lugar donde acamparon, y las levantaron allí. Jo- 9
sué también levantó doce piedras en medio del Jordán, en el
lugar donde estuvieron los pies de los sacerdotes que llevaban
el arca del pacto; y han estado allí hasta hoy. Y los sacerdo- 10
tes que llevaban el arca se pararon en medio del Jordán hasta
que se hizo todo lo que Jehová había mandado a Josué que
dijese al pueblo, conforme a todas las cosas que Moisés había
mandado a Josué; y el pueblo se dio prisa y pasó. Y cuando 11
4. 12–5. 3 Josué 326
todo el pueblo acabó de pasar, también pasó el arca de Je-
12 hová, y los sacerdotes, en presencia del pueblo. También los
hijos de Rubén y los hijos de Gad y la media tribu de Manasés
pasaron armados delante de los hijos de Israel, según Moisés
13 les había dicho; como cuarenta mil hombres armados, listos
para la guerra, pasaron hacia la llanura de Jericó delante de
14 Jehová. En aquel día Jehová engrandeció a Josué a los ojos de
todo Israel; y le temieron, como habían temido a Moisés, to-
15 dos los días de su vida. Luego Jehová habló a Josué, diciendo:
16 Manda a los sacerdotes que llevan el arca del testimonio, que
17 suban del Jordán. Y Josué mandó a los sacerdotes, diciendo:
18 Subid del Jordán. Y aconteció que cuando los sacerdotes que
llevaban el arca del pacto de Jehová subieron de en medio del
Jordán, y las plantas de los pies de los sacerdotes estuvieron
en lugar seco, las aguas del Jordán se volvieron a su lugar,
19 corriendo como antes sobre todos sus bordes. Y el pueblo subió
del Jordán el día diez del mes primero, y acamparon en
20 Gilgal, al lado oriental de Jericó. Y Josué erigió en Gilgal las
21 doce piedras que habían traído del Jordán. Y habló a los hijos
de Israel, diciendo: Cuando mañana preguntaren vuestros
hijos a sus padres, y dijeren: ¿Qué significan estas piedras?
22 declararéis a vuestros hijos, diciendo: Israel pasó en seco por
23 este Jordán. Porque Jehová vuestro Dios secó las aguas del
Jordán delante de vosotros, hasta que habíais pasado, a la manera
que Jehová vuestro Dios lo había hecho en el Mar Rojo,
24 el cual secó delante de nosotros hasta que pasamos; para que
todos los pueblos de la tierra conozcan que la mano de Jehová
es poderosa; para que temáis a Jehová vuestro Dios todos los
días.
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Josue Capitulo 3 Versos 2 al 17

Josue Capitulo 3 Versos 2 al 17
y también todos los moradores del país desmayan delante de
nosotros.
3 Josué se levantó de mañana, y él y todos los hijos de Israel
partieron de Sitim y vinieron hasta el Jordán, y reposaron allí
2 antes de pasarlo. Y después de tres días, los oficiales recorrie-
3 ron el campamento, y mandaron al pueblo, diciendo: Cuando
veáis el arca del pacto de Jehová vuestro Dios, y los levitas
sacerdotes que la llevan, vosotros saldréis de vuestro lugar y
4 marcharéis en pos de ella, a fin de que sepáis el camino por
donde habéis de ir; por cuanto vosotros no habéis pasado antes
de ahora por este camino. Pero entre vosotros y ella haya
5 distancia como de dos mil codos; no os acercaréis a ella. Y
Josué dijo al pueblo: Santificaos, porque Jehová hará mañana
6 maravillas entre vosotros. Y habló Josué a los sacerdotes, diciendo:
Tomad el arca del pacto, y pasad delante del pueblo.
Y ellos tomaron el arca del pacto y fueron delante del pue-
7 blo. Entonces Jehová dijo a Josué: Desde este día comenzaré
a engrandecerte delante de los ojos de todo Israel, para que
8 entiendan que como estuve con Moisés, así estaré contigo. Tú,
pues, mandarás a los sacerdotes que llevan el arca del pacto,
diciendo: Cuando hayáis entrado hasta el borde del agua del
9 Jordán, pararéis en el Jordán. Y Josué dijo a los hijos de Israel:
Acercaos, y escuchad las palabras de Jehová vuestro Dios.
10 Y añadió Josué: En esto conoceréis que el Dios viviente está
en medio de vosotros, y que él echará de delante de vosotros al
cananeo, al heteo, al heveo, al ferezeo, al gergeseo, al amorreo
11 y al jebuseo. He aquí, el arca del pacto del Señor de toda la
12 tierra pasará delante de vosotros en medio del Jordán. Tomad,
pues, ahora doce hombres de las tribus de Israel, uno
13 de cada tribu. Y cuando las plantas de los pies de los sacerdotes
que llevan el arca de Jehová, Señor de toda la tierra,
se asienten en las aguas del Jordán, las aguas del Jordán se
dividirán; porque las aguas que vienen de arriba se detendrán
14 en un montón. Y aconteció cuando partió el pueblo de sus
tiendas para pasar el Jordán, con los sacerdotes delante del
15 pueblo llevando el arca del pacto, cuando los que llevaban el
arca entraron en el Jordán, y los pies de los sacerdotes que
llevaban el arca fueron mojados a la orilla del agua (porque el
325 Josué 3. 16–4. 11
Jordán suele desbordarse por todas sus orillas todo el tiempo
de la siega), las aguas que venían de arriba se detuvieron co- 16
mo en un montón bien lejos de la ciudad de Adam, que está
al lado de Saretán, y las que descendían al mar del Arabá, al
Mar Salado, se acabaron, y fueron divididas; y el pueblo pasó
en dirección de Jericó. Más los sacerdotes que llevaban el arca 17
del pacto de Jehová, estuvieron en seco, firmes en medio del
Jordán, hasta que todo el pueblo hubo acabado de pasar el
Jordán; y todo Israel pasó en seco.
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Josué Capitulo 2 Versos 1 al 24

Josué Capitulo 2 Versos 1 al 24
2 Josué hijo de Nun envió desde Sitim dos espías secretamente,
diciéndoles: Andad, reconoced la tierra, y a Jericó. Y
ellos fueron, y entraron en casa de una ramera que se llamaba
2 Rahab, y posaron allí. Y fue dado aviso al rey de Jericó, diciendo:
He aquí que hombres de los hijos de Israel han venido
3 aquí esta noche para espiar la tierra. Entonces el rey de Jericó
envió a decir a Rahab: Saca a los hombres que han venido a ti,
y han entrado a tu casa; porque han venido para espiar toda
4 la tierra. Pero la mujer había tomado a los dos hombres y los
había escondido; y dijo: Es verdad que unos hombres vinieron
5 a mí, pero no supe de dónde eran. Y cuando se iba a cerrar
la puerta, siendo ya oscuro, esos hombres se salieron, y no sé
6 a dónde han ido; seguidlos aprisa, y los alcanzaréis. Mas ella
los había hecho subir al terrado, y los había escondido entre
7 los manojos de lino que tenía puestos en el terrado. Y los
hombres fueron tras ellos por el camino del Jordán, hasta los
vados; y la puerta fue cerrada después que salieron los perse-
8 guidores. Antes que ellos se durmiesen, ella subió al terrado, y
9 les dijo: Sé que Jehová os ha dado esta tierra; porque el temor
de vosotros ha caído sobre nosotros, y todos los moradores del
10 país ya han desmayado por causa de vosotros. Porque hemos
oído que Jehová hizo secar las aguas del Mar Rojo delante de
vosotros cuando salisteis de Egipto, y lo que habéis hecho a los
323 Josué 2. 11–24
dos reyes de los amorreos que estaban al otro lado del Jordán,
a Sehón y a Og, a los cuales habéis destruido. Oyendo esto, 11
ha desmayado nuestro corazón; ni ha quedado más aliento en
hombre alguno por causa de vosotros, porque Jehová vuestro
Dios es Dios arriba en los cielos y abajo en la tierra. Os ruego 12
pues, ahora, que me juréis por Jehová, que como he hecho misericordia
con vosotros, así la haréis vosotros con la casa de mi
padre, de lo cual me daréis una señal segura; y que salvaréis 13
la vida a mi padre y a mi madre, a mis hermanos y hermanas,
y a todo lo que es suyo; y que libraréis nuestras vidas
de la muerte. Ellos le respondieron: Nuestra vida responderá 14
por la vuestra, si no denunciareis este asunto nuestro; y cuando
Jehová nos haya dado la tierra, nosotros haremos contigo
misericordia y verdad. Entonces ella los hizo descender con 15
una cuerda por la ventana; porque su casa estaba en el muro
de la ciudad, y ella vivía en el muro. Y les dijo: Marchaos al 16
monte, para que los que fueron tras vosotros no os encuentren;
y estad escondidos allí tres días, hasta que los que os siguen
hayan vuelto; y después os iréis por vuestro camino. Y ellos 17
le dijeron: Nosotros quedaremos libres de este juramento con
que nos has juramentado. He aquí, cuando nosotros entremos 18
en la tierra, tú atarás este cordón de grana a la ventana por la
cual nos descolgaste; y reunirás en tu casa a tu padre y a tu
madre, a tus hermanos y a toda la familia de tu padre. Cual- 19
quiera que saliere fuera de las puertas de tu casa, su sangre
será sobre su cabeza, y nosotros sin culpa. Mas cualquiera que
se estuviere en casa contigo, su sangre será sobre nuestra cabeza,
si mano le tocare. Y si tú denunciares este nuestro asunto, 20
nosotros quedaremos libres de este tu juramento con que nos
has juramentado. Ella respondió: Sea así como habéis dicho. 21
Luego los despidió, y se fueron; y ella ató el cordón de grana a
la ventana. Y caminando ellos, llegaron al monte y estuvieron 22
allí tres días, hasta que volvieron los que los perseguían; y los
que los persiguieron buscaron por todo el camino, pero no los
hallaron. Entonces volvieron los dos hombres; descendieron 23
del monte, y pasaron, y vinieron a Josué hijo de Nun, y le contaron
todas las cosas que les habían acontecido. Y dijeron a 24
Josué: Jehová ha entregado toda la tierra en nuestras manos;
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Josue

josué
Aconteció después de la muerte de Moisés siervo de Je- 1
hová, que Jehová habló a Josué hijo de Nun, servidor
de Moisés, diciendo: Mi siervo Moisés ha muerto; 2
ahora, pues, levántate y pasa este Jordán, tú y todo
este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel. Yo 3
os he entregado, como lo había dicho a Moisés, todo lugar que
pisare la planta de vuestro pie. Desde el desierto y el Líbano 4
hasta el gran río Éufrates, toda la tierra de los heteos hasta
el gran mar donde se pone el sol, será vuestro territorio. Na- 5
die te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como
estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé.
Esfuérzate y sé valiente; porque tú repartirás a este 6
pueblo por heredad la tierra de la cual juré a sus padres que
la daría a ellos. Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para 7
cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés
te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para
que seas prosperado en todas las cosas que emprendas. Nunca 8
se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de
noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a
todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar
tu camino, y todo te saldrá bien. Mira que te mando que te 9
esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová
tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas. Y Josué 10
mandó a los oficiales del pueblo, diciendo: Pasad por en medio 11
del campamento y mandad al pueblo, diciendo: Preparaos comida,
porque dentro de tres días pasaréis el Jordán para entrar
a poseer la tierra que Jehová vuestro Dios os da en posesión.
También habló Josué a los rubenitas y gaditas y a la media 12
tribu de Manasés, diciendo: Acordaos de la palabra que Moi- 13
sés, siervo de Jehová, os mandó diciendo: Jehová vuestro Dios
os ha dado reposo, y os ha dado esta tierra. Vuestras mujeres, 14
vuestros niños y vuestros ganados quedarán en la tierra que
Moisés os ha dado a este lado del Jordán; mas vosotros, todos
1. 15–2. 10 Josué 322
los valientes y fuertes, pasaréis armados delante de vuestros
hermanos, y les 15 ayudaréis, hasta tanto que Jehová haya dado
reposo a vuestros hermanos como a vosotros, y que ellos también
posean la tierra que Jehová vuestro Dios les da; y después
volveréis vosotros a la tierra de vuestra herencia, la cual Moisés
siervo de Jehová os ha dado, a este lado del Jordán hacia
16 donde nace el sol; y entraréis en posesión de ella. Entonces
respondieron a Josué, diciendo: Nosotros haremos todas las
cosas que nos has mandado, e iremos adondequiera que nos
17 mandes. De la manera que obedecimos a Moisés en todas las
cosas, así te obedeceremos a ti; solamente que Jehová tu Dios
18 esté contigo, como estuvo con Moisés. Cualquiera que fuere
rebelde a tu mandamiento, y no obedeciere a tus palabras en
todas las cosas que le mandes, que muera; solamente que te
esfuerces y seas valiente. 1. 15–2. 10 Josué 322
los valientes y fuertes, pasaréis armados delante de vuestros
hermanos, y les 15 ayudaréis, hasta tanto que Jehová haya dado
reposo a vuestros hermanos como a vosotros, y que ellos también
posean la tierra que Jehová vuestro Dios les da; y después
volveréis vosotros a la tierra de vuestra herencia, la cual Moisés
siervo de Jehová os ha dado, a este lado del Jordán hacia
16 donde nace el sol; y entraréis en posesión de ella. Entonces
respondieron a Josué, diciendo: Nosotros haremos todas las
cosas que nos has mandado, e iremos adondequiera que nos
17 mandes. De la manera que obedecimos a Moisés en todas las
cosas, así te obedeceremos a ti; solamente que Jehová tu Dios
18 esté contigo, como estuvo con Moisés. Cualquiera que fuere
rebelde a tu mandamiento, y no obedeciere a tus palabras en
todas las cosas que le mandes, que muera; solamente que te
esfuerces y seas valiente.
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Deuteronomio Capitulo 34 Versos 1 al 12

Deuteronomio Capitulo 34 Versos 1 al 12
Subió Moisés de los campos de Moab al monte Nebo, a 34
34. 2–12 Deuteronomio 320
la cumbre del Pisga, que está enfrente de Jericó; y le mostró
2 Jehová toda la tierra de Galaad hasta Dan, todo Neftalí, y
la tierra de Efraín y de Manasés, toda la tierra de Judá hasta
3 el mar occidental; el Neguev, y la llanura, la vega de Jericó,
4 ciudad de las palmeras, hasta Zoar. Y le dijo Jehová: Ésta es la
tierra de que juré a Abraham, a Isaac y a Jacob, diciendo: A tu
descendencia la daré. Te he permitido verla con tus ojos, mas
5 no pasarás allá. Y murió allí Moisés siervo de Jehová, en la
6 tierra de Moab, conforme al dicho de Jehová. Y lo enterró en
el valle, en la tierra de Moab, enfrente de Bet-peor; y ninguno
7 conoce el lugar de su sepultura hasta hoy. Era Moisés de
edad de ciento veinte años cuando murió; sus ojos nunca se
8 oscurecieron, ni perdió su vigor. Y lloraron los hijos de Israel a
Moisés en los campos de Moab treinta días; y así se cumplieron
9 los días del lloro y del luto de Moisés. Y Josué hijo de Nun fue
lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés había puesto sus
manos sobre él; y los hijos de Israel le obedecieron, e hicieron
10 como Jehová mandó a Moisés. Y nunca más se levantó profeta
en Israel como Moisés, a quien haya conocido Jehová cara a
11 cara; nadie como él en todas las señales y prodigios que Jehová
le envió a hacer en tierra de Egipto, a Faraón y a todos sus
12 siervos y a toda su tierra, y en el gran poder y en los hechos
grandiosos y terribles que Moisés hizo a la vista de todo Israel.
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Deuteronomio Capitulo 33 Versos 1 al 29

Deuteronomio Capitulo 33 Versos 1 al 29
33 Ésta es la bendición con la cual bendijo Moisés varón de
2 Dios a los hijos de Israel, antes que muriese. Dijo: Jehová vino
de Sinaí, Y de Seir les esclareció; Resplandeció desde el monte
de Parán, Y vino de entre diez millares de santos, Con la ley
3 de fuego a su mano derecha. Aun amó a su pueblo; Todos los
consagrados a él estaban en su mano; Por tanto, ellos siguieron
4 en tus pasos, Recibiendo dirección de ti, Cuando Moisés nos
5 ordenó una ley, Como heredad a la congregación de Jacob. Y
fue rey en Jesurún, Cuando se congregaron los jefes del pueblo
6 Con las tribus de Israel. Viva Rubén, y no muera; Y no sean
7 pocos sus varones. Y esta bendición profirió para Judá. Dijo
así: Oye, oh Jehová, la voz de Judá, Y llévalo a su pueblo; Sus
8 manos le basten, Y tú seas su ayuda contra sus enemigos. A
Leví dijo: Tu Tumim y tu Urim sean para tu varón piadoso, A
quien probaste en Masah, Con quien contendiste en las aguas
9 de Meriba, Quien dijo de su padre y de su madre: Nunca los
he visto; Y no reconoció a sus hermanos, Ni a sus hijos conoció;
Pues ellos guardaron tus palabras, Y cumplieron tu pacto.
10 Ellos enseñarán tus juicios a Jacob, Y tu ley a Israel; Pondrán
11 el incienso delante de ti, Y el holocausto sobre tu altar. Bendice,
oh Jehová, lo que hicieren, Y recibe con agrado la obra
de sus manos; Hiere los lomos de sus enemigos, Y de los que lo
319 Deuteronomio 33. 12–34. 1
aborrecieren, para que nunca se levanten. A Benjamín dijo: 12
El amado de Jehová habitará confiado cerca de él; Lo cubrirá
siempre, Y entre sus hombros morará. A José dijo: Bendita 13
de Jehová sea tu tierra, Con lo mejor de los cielos, con el rocío,
Y con el abismo que está abajo. Con los más escogidos frutos 14
del sol, Con el rico producto de la luna, Con el fruto más 15
fino de los montes antiguos, Con la abundancia de los collados
eternos, Y con las mejores dádivas de la tierra y su plenitud; 16
Y la gracia del que habitó en la zarza Venga sobre la cabeza
de José, Y sobre la frente de aquel que es príncipe entre sus
hermanos. Como el primogénito de su toro es su gloria, Y sus 17
astas como astas de búfalo; Con ellas acorneará a los pueblos
juntos hasta los fines de la tierra; Ellos son los diez millares
de Efraín, Y ellos son los millares de Manasés. A Zabulón 18
dijo: Alégrate, Zabulón, cuando salieres; Y tú, Isacar, en tus
tiendas. Llamarán a los pueblos a su monte; Allí sacrificarán 19
sacrificios de justicia, Por lo cual chuparán la abundancia de
los mares, Y los tesoros escondidos de la arena. A Gad dijo: 20
Bendito el que hizo ensanchar a Gad; Como león reposa, Y
arrebata brazo y testa. Escoge lo mejor de la tierra para sí, 21
Porque allí le fue reservada la porción del legislador. Y vino
en la delantera del pueblo; Con Israel ejecutó los mandatos y
los justos decretos de Jehová. A Dan dijo: Dan es cachorro de 22
león Que salta desde Basán. A Neftalí dijo: Neftalí, saciado de 23
favores, Y lleno de la bendición de Jehová, Posee el occidente
y el sur. A Aser dijo: Bendito sobre los hijos sea Aser; Sea 24
el amado de sus hermanos, Y moje en aceite su pie. Hierro y 25
bronce serán tus cerrojos, Y como tus días serán tus fuerzas.
No hay como el Dios de Jesurún, Quien cabalga sobre los cielos 26
para tu ayuda, Y sobre las nubes con su grandeza. El eterno 27
Dios es tu refugio, Y acá abajo los brazos eternos; El echó de
delante de ti al enemigo, Y dijo: Destruye. E Israel habitará 28
confiado, la fuente de Jacob habitará sola En tierra de grano y
de vino; También sus cielos destilarán rocío. Bienaventurado 29
tú, oh Israel. ¿Quién como tú, Pueblo salvo por Jehová, Escudo
de tu socorro, Y espada de tu triunfo? Así que tus enemigos
serán humillados, Y tú hollarás sobre sus alturas.
Fuente: LA SANTA BIBLIA
ANTIGUO Y NUEVO TESTAMENTO
ANTIGUA VERSIÓN DE CASIODORO DE REINA (1569)
REVISADA POR CIPRIANO DE VALERA (1602)
OTRAS REVISIONES: 1862, 1909 Y 1960
Reina-Valera 1960

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