Deuteronomio Capitulo 4 Versos 1 al 29

Deuteronomio Capitulo 4 Versos 1 al 29
4 Ahora, pues, oh Israel, oye los estatutos y decretos que yo
os enseño, para que los ejecutéis, y viváis, y entréis y poseáis la
2 tierra que Jehová el Dios de vuestros padres os da. No añadiréis
a la palabra que yo os mando, ni disminuiréis de ella, para
que guardéis los mandamientos de Jehová vuestro Dios que yo
3 os ordene. Vuestros ojos vieron lo que hizo Jehová con motivo
de Baal- peor; que a todo hombre que fue en pos de Baal-peor
4 destruyó Jehová tu Dios de en medio de ti. Mas vosotros que
5 seguisteis a Jehová vuestro Dios, todos estáis vivos hoy. Mirad,
yo os he enseñado estatutos y decretos, como Jehová mi
Dios me mandó, para que hagáis así en medio de la tierra en la
6 cual entráis para tomar posesión de ella. Guardadlos, pues, y
ponedlos por obra; porque ésta es vuestra sabiduría y vuestra
inteligencia ante los ojos de los pueblos, los cuales oirán todos
estos estatutos, y dirán: Ciertamente pueblo sabio y enten
271 Deuteronomio 4. 7–22
dido, nación grande es ésta. Porque ¿qué nación grande hay 7
que tenga dioses tan cercanos a ellos como lo está Jehová nuestro
Dios en todo cuanto le pedimos? Y ¿qué nación grande 8
hay que tenga estatutos y juicios justos como es toda esta ley
que yo pongo hoy delante de vosotros? Por tanto, guárdate, 9
y guarda tu alma con diligencia, para que no te olvides de las
cosas que tus ojos han visto, ni se aparten de tu corazón todos
los días de tu vida; antes bien, las enseñarás a tus hijos, y a
los hijos de tus hijos. El día que estuviste delante de Jehová 10
tu Dios en Horeb, cuando Jehová me dijo: Reúneme el pueblo,
para que yo les haga oír mis palabras, las cuales aprenderán,
para temerme todos los días que vivieren sobre la tierra, y las
enseñarán a sus hijos; y os acercasteis y os pusisteis al pie del 11
monte; y el monte ardía en fuego hasta en medio de los cielos
con tinieblas, nube y oscuridad; y habló Jehová con vosotros 12
de en medio del fuego; oísteis la voz de sus palabras, mas a
excepción de oír la voz, ninguna figura visteis. Y él os anunció 13
su pacto, el cual os mandó poner por obra; los diez mandamientos,
y los escribió en dos tablas de piedra. A mí también 14
me mandó Jehová en aquel tiempo que os enseñase los estatutos
y juicios, para que los pusieseis por obra en la tierra a la
cual pasáis a tomar posesión de ella. Guardad, pues, mucho 15
vuestras almas; pues ninguna figura visteis el día que Jehová
habló con vosotros de en medio del fuego; para que no os 16
corrompáis y hagáis para vosotros escultura, imagen de figura
alguna, efigie de varón o hembra, figura de animal alguno que 17
está en la tierra, figura de ave alguna alada que vuele por el
aire, figura de ningún animal que se arrastre sobre la tierra, 18
figura de pez alguno que haya en el agua debajo de la tierra.
No sea que alces tus ojos al cielo, y viendo el sol y la luna 19
y las estrellas, y todo el ejército del cielo, seas impulsado, y
te inclines a ellos y les sirvas; porque Jehová tu Dios los ha
concedido a todos los pueblos debajo de todos los cielos. Pero 20
a vosotros Jehová os tomó, y os ha sacado del horno de hierro,
de Egipto, para que seáis el pueblo de su heredad como en este
día. Y Jehová se enojó contra mí por causa de vosotros, y 21
juró que yo no pasaría el Jordán, ni entraría en la buena tierra
que Jehová tu Dios te da por heredad. Así que yo voy a morir 22
4. 23–37 Deuteronomio 272
en esta tierra, y no pasaré el Jordán; mas vosotros pasaréis, y
23 poseeréis aquella buena tierra. Guardaos, no os olvidéis del
pacto de Jehová vuestro Dios, que él estableció con vosotros, y
no os hagáis escultura o imagen de ninguna cosa que Jehová tu
24 Dios te ha prohibido. Porque Jehová tu Dios es fuego consu-
25 midor, Dios celoso. Cuando hayáis engendrado hijos y nietos,
y hayáis envejecido en la tierra, si os corrompiereis e hiciereis
escultura o imagen de cualquier cosa, e hiciereis lo malo ante
26 los ojos de Jehová vuestro Dios, para enojarlo; yo pongo hoy
por testigos al cielo y a la tierra, que pronto pereceréis totalmente
de la tierra hacia la cual pasáis el Jordán para tomar
posesión de ella; no estaréis en ella largos días sin que seáis
27 destruidos. Y Jehová os esparcirá entre los pueblos, y quedaréis
pocos en número entre las naciones a las cuales os llevará
28 Jehová. Y serviréis allí a dioses hechos de manos de hombres,
de madera y piedra, que no ven, ni oyen, ni comen, ni hue-
29 len. Mas si desde allí buscares a Jehová tu Dios, lo hallarás,
30 si lo buscares de todo tu corazón y de toda tu alma. Cuando
estuvieres en angustia, y te alcanzaren todas estas cosas, si
en los postreros días te volvieres a Jehová tu Dios, y oyeres
31 su voz; porque Dios misericordioso es Jehová tu Dios; no te
dejará, ni te destruirá, ni se olvidará del pacto que les juró a
32 tus padres. Porque pregunta ahora si en los tiempos pasados
que han sido antes de ti, desde el día que creó Dios al hombre
sobre la tierra, si desde un extremo del cielo al otro se ha hecho
cosa semejante a esta gran cosa, o se haya oído otra como ella.
33 ¿Ha oído pueblo alguno la voz de Dios, hablando de en medio
34 del fuego, como tú la has oído, sin perecer? ¿O ha intentado
Dios venir a tomar para sí una nación de en medio de otra
nación, con pruebas, con señales, con milagros y con guerra, y
mano poderosa y brazo extendido, y hechos aterradores como
todo lo que hizo con vosotros Jehová vuestro Dios en Egipto
35 ante tus ojos? A ti te fue mostrado, para que supieses que
36 Jehová es Dios, y no hay otro fuera de él. Desde los cielos
te hizo oír su voz, para enseñarte; y sobre la tierra te mostró
su gran fuego, y has oído sus palabras de en medio del fuego.
37 Y por cuanto él amó a tus padres, escogió a su descendencia
después de ellos, y te sacó de Egipto con su presencia y con su
273 Deuteronomio 4. 38–5. 7
gran poder, para echar de delante de tu presencia naciones 38
grandes y más fuertes que tú, y para introducirte y darte su
tierra por heredad, como hoy. Aprende pues, hoy, y reflexiona 39
en tu corazón que Jehová es Dios arriba en el cielo y abajo en
la tierra, y no hay otro. Y guarda sus estatutos y sus man- 40
damientos, los cuales yo te mando hoy, para que te vaya bien
a ti y a tus hijos después de ti, y prolongues tus días sobre la
tierra que Jehová tu Dios te da para siempre. Entonces apartó 41
Moisés tres ciudades a este lado del Jordán al nacimiento del
sol, para que huyese allí el homicida que matase a su prójimo 42
sin intención, sin haber tenido enemistad con él nunca antes;
y que huyendo a una de estas ciudades salvase su vida: Beser 43
en el desierto, en tierra de la llanura, para los rubenitas; Ramot
en Galaad para los gaditas, y Golán en Basán para los de
Manasés. Ésta, pues, es la ley que Moisés puso delante de los 44
hijos de Israel. Éstos son los testimonios, los estatutos y los 45
decretos que habló Moisés a los hijos de Israel cuando salieron
de Egipto; a este lado del Jordán, en el valle delante de 46
Bet-peor, en la tierra de Sehón rey de los amorreos que habitaba
en Hesbón, al cual derrotó Moisés con los hijos de Israel,
cuando salieron de Egipto; y poseyeron su tierra, y la tierra 47
de Og rey de Basán; dos reyes de los amorreos que estaban de
este lado del Jordán, al oriente. Desde Aroer, que está junto 48
a la ribera del arroyo de Arnón, hasta el monte de Sion, que es
Hermón; y todo el Arabá de este lado del Jordán, al oriente,
 49hasta el mar del Arabá, al pie de las laderas del Pisga.
Fuente: LA SANTA BIBLIA
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Deuteronomio Capitulo 3 Versos 1 al 29

Deuteronomio Capitulo 3 Versos 1 al 29
3 Volvimos, pues, y subimos camino de Basán, y nos salió al
encuentro Og rey de Basán para pelear, él y todo su pueblo,
2 en Edrei. Y me dijo Jehová: No tengas temor de él, porque en
tu mano he entregado a él y a todo su pueblo, con su tierra;
269 Deuteronomio 3. 3–19
y harás con él como hiciste con Sehón rey amorreo, que habitaba
en Hesbón. Y Jehová nuestro Dios entregó también 3
en nuestra mano a Og rey de Basán, y a todo su pueblo, al
cual derrotamos hasta acabar con todos. Y tomamos enton- 4
ces todas sus ciudades; no quedó ciudad que no les tomásemos;
sesenta ciudades, toda la tierra de Argob, del reino de Og en
Basán. Todas estas eran ciudades fortificadas con muros al- 5
tos, con puertas y barras, sin contar otras muchas ciudades sin
muro. Y las destruimos, como hicimos a Sehón rey de Hes- 6
bón, matando en toda ciudad a hombres, mujeres y niños. Y 7
tomamos para nosotros todo el ganado, y los despojos de las
ciudades. También tomamos en aquel tiempo la tierra desde 8
el arroyo de Arnón hasta el monte de Hermón, de manos de los
dos reyes amorreos que estaban a este lado del Jordán. (Los 9
sidonios llaman a Hermón, Sirión; y los amorreos, Senir.) To- 10
das las ciudades de la llanura, y todo Galaad, y todo Basán
hasta Salca y Edrei, ciudades del reino de Og en Basán. Por- 11
que únicamente Og rey de Basán había quedado del resto de
los gigantes. Su cama, una cama de hierro, ¿no está en Rabá
de los hijos de Amón? La longitud de ella es de nueve codos, y
su anchura de cuatro codos, según el codo de un hombre. Y 12
esta tierra que heredamos en aquel tiempo, desde Aroer, que
está junto al arroyo de Arnón, y la mitad del monte de Galaad
con sus ciudades, la di a los rubenitas y a los gaditas; y el 13
resto de Galaad, y todo Basán, del reino de Og, toda la tierra
de Argob, que se llamaba la tierra de los gigantes, lo di a la
media tribu de Manasés. Jair hijo de Manasés tomó toda la 14
tierra de Argob hasta el límite con Gesur y Maaca, y la llamó
por su nombre, Basán-havot-jair, hasta hoy. Y Galaad se lo 15
di a Maquir. Y a los rubenitas y gaditas les di de Galaad 16
hasta el arroyo de Arnón, teniendo por límite el medio del valle,
hasta el arroyo de Jaboc, el cual es límite de los hijos de
Amón; también el Arabá, con el Jordán como límite desde 17
Cineret hasta el mar del Arabá, el Mar Salado, al pie de las
laderas del Pisga al oriente. Y os mandé entonces, diciendo: 18
Jehová vuestro Dios os ha dado esta tierra por heredad; pero
iréis armados todos los valientes delante de vuestros hermanos
los hijos de Israel. Solamente vuestras mujeres, vuestros 19
3. 20–4. 6 Deuteronomio 270
h¼os y vuestros ganados (yo sé que tenéis mucho ganado), que-
20 darán en las ciudades que os he dado, hasta que Jehová dé
reposo a vuestros hermanos, así como a vosotros, y hereden
ellos también la tierra que Jehová vuestro Dios les da al otro
lado del Jordán; entonces os volveréis cada uno a la heredad
21 que yo os he dado. Ordené también a Josué en aquel tiempo,
diciendo: Tus ojos vieron todo lo que Jehová vuestro Dios ha
hecho a aquellos dos reyes; así hará Jehová a todos los reinos
22 a los cuales pasarás tú. No los temáis; porque Jehová vuestro
23 Dios, él es el que pelea por vosotros. Y oré a Jehová en aquel
24 tiempo, diciendo: Señor Jehová, tú has comenzado a mostrar
a tu siervo tu grandeza, y tu mano poderosa; porque ¿qué dios
hay en el cielo ni en la tierra que haga obras y proezas como
25 las tuyas? Pase yo, te ruego, y vea aquella tierra buena que
26 está más allá del Jordán, aquel buen monte, y el Líbano. Pero
Jehová se había enojado contra mí a causa de vosotros, por lo
cual no me escuchó; y me dijo Jehová: Basta, no me hables
27 más de este asunto. Sube a la cumbre del Pisga y alza tus
ojos al oeste, y al norte, y al sur, y al este, y mira con tus
28 propios ojos; porque no pasarás el Jordán. Y manda a Josué,
y anímalo, y fortalécelo; porque él ha de pasar delante de este
29 pueblo, y él les hará heredar la tierra que verás. Y paramos
en el valle delante de Bet-peor.
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Deuteronomio Capitulo 2 Versos 1 al 37

Deuteronomio Capitulo 2 Versos 1 al 37
2 Luego volvimos y salimos al desierto, camino del Mar Rojo,
como Jehová me había dicho; y rodeamos el monte de Seir por
2, 3 mucho tiempo. Y Jehová me habló, diciendo: Bastante ha-
4 béis rodeado este monte; volveos al norte. Y manda al pueblo,
diciendo: Pasando vosotros por el territorio de vuestros hermanos
los hijos de Esaú, que habitan en Seir, ellos tendrán miedo
5 de vosotros; mas vosotros guardaos mucho. No os metáis con
ellos, porque no os daré de su tierra ni aun lo que cubre la
planta de un pie; porque yo he dado por heredad a Esaú el
6 monte de Seir. Compraréis de ellos por dinero los alimentos
267 Deuteronomio 2. 7–23
y comeréis; y también compraréis de ellos el agua, y beberéis;
pues Jehová tu Dios te ha bendecido en toda obra de tus ma- 7
nos; él sabe que andas por este gran desierto; estos cuarenta
años Jehová tu Dios ha estado contigo, y nada te ha faltado.
Y nos alejamos del territorio de nuestros hermanos los hijos 8
de Esaú, que habitaban en Seir, por el camino del Arabá desde
Elat y Ezión-geber; y volvimos, y tomamos el camino del
desierto de Moab. Y Jehová me dijo: No molestes a Moab, 9
ni te empeñes con ellos en guerra, porque no te daré posesión
de su tierra; porque yo he dado a Ar por heredad a los hijos
de Lot. (Los emitas habitaron en ella antes, pueblo grande y 10
numeroso, y alto como los hijos de Anac. Por gigantes eran 11
ellos tenidos también, como los hijos de Anac; y los moabitas
los llaman emitas. Y en Seir habitaron antes los horeos, 12
a los cuales echaron los hijos de Esaú; y los arrojaron de su
presencia, y habitaron en lugar de ellos, como hizo Israel en
la tierra que les dio Jehová por posesión.) Levantaos ahora, y 13
pasad el arroyo de Zered. Y pasamos el arroyo de Zered. Y los 14
días que anduvimos de Cades-barnea hasta cuando pasamos el
arroyo de Zered fueron treinta y ocho años; hasta que se acabó
toda la generación de los hombres de guerra de en medio
del campamento, como Jehová les había jurado. Y también la 15
mano de Jehová vino sobre ellos para destruirlos de en medio
del campamento, hasta acabarlos. Y aconteció que después 16
que murieron todos los hombres de guerra de entre el pueblo,
Jehová me habló, diciendo: Tú pasarás hoy el territorio de 17, 18
Moab, a Ar. Y cuando te acerques a los hijos de Amón, no 19
los molestes, ni contiendas con ellos; porque no te daré posesión
de la tierra de los hijos de Amón, pues a los hijos de Lot la
he dado por heredad. (Por tierra de gigantes fue también ella 20
tenida; habitaron en ella gigantes en otro tiempo, a los cuales
los amonitas llamaban zomzomeos; pueblo grande y numero- 21
so, y alto, como los hijos de Anac; a los cuales Jehová destruyó
delante de los amonitas. Éstos sucedieron a aquéllos, y habitaron
en su lugar, como hizo Jehová con los hijos de Esaú que 22
habitaban en Seir, delante de los cuales destruyó a los horeos;
y ellos sucedieron a éstos, y habitaron en su lugar hasta hoy.
Y a los aveos que habitaban en aldeas hasta Gaza, los cafto- 23
2. 24–3. 2 Deuteronomio 268
reos que salieron de Caftor los destruyeron, y habitaron en su
24 lugar.) Levantaos, salid, y pasad el arroyo de Arnón; he aquí
he entregado en tu mano a Sehón rey de Hesbón, amorreo, y a
su tierra; comienza a tomar posesión de ella, y entra en guerra
25 con él. Hoy comenzaré a poner tu temor y tu espanto sobre
los pueblos debajo de todo el cielo, los cuales oirán tu fama, y
26 temblarán y se angustiarán delante de ti. Y envié mensajeros
desde el desierto de Cademot a Sehón rey de Hesbón con pa-
27 labras de paz, diciendo: Pasaré por tu tierra por el camino;
28 por el camino iré, sin apartarme ni a diestra ni a siniestra. La
comida me venderás por dinero, y comeré; el agua también me
29 darás por dinero, y beberé; solamente pasaré a pie, como lo
hicieron conmigo los hijos de Esaú que habitaban en Seir, y
los moabitas que habitaban en Ar; hasta que cruce el Jordán
30 a la tierra que nos da Jehová nuestro Dios. Mas Sehón rey de
Hesbón no quiso que pasásemos por el territorio suyo; porque
Jehová tu Dios había endurecido su espíritu, y obstinado su
31 corazón para entregarlo en tu mano, como hasta hoy. Y me
dijo Jehová: He aquí yo he comenzado a entregar delante de ti
a Sehón y a su tierra; comienza a tomar posesión de ella para
32 que la heredes. Y nos salió Sehón al encuentro, él y todo su
33 pueblo, para pelear en Jahaza. Mas Jehová nuestro Dios lo
entregó delante de nosotros; y lo derrotamos a él y a sus hijos,
34 y a todo su pueblo. Tomamos entonces todas sus ciudades, y
destruimos todas las ciudades, hombres, mujeres y niños; no
35 dejamos ninguno. Solamente tomamos para nosotros los ganados,
y los despojos de las ciudades que habíamos tomado.
36 Desde Aroer, que está junto a la ribera del arroyo de Arnón,
y la ciudad que está en el valle, hasta Galaad, no hubo ciudad
que escapase de nosotros; todas las entregó Jehová nuestro
37 Dios en nuestro poder. Solamente a la tierra de los hijos de
Amón no llegamos; ni a todo lo que está a la orilla del arroyo
de Jaboc ni a las ciudades del monte, ni a lugar alguno que
Jehová nuestro Dios había prohibido.
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Libro Quinto de Moisés DEUTERONOMIO

Libro Quinto de Moisés
DEUTERONOMIO
1Estas son las palabras que habló Moisés a todo Israel a
este lado del Jordán en el desierto, en el Arabá frente
al Mar Rojo, entre Parán, Tofel, Labán, Hazerot
2 y Dizahab. Once jornadas hay desde Horeb, camino
3 del monte de Seir, hasta Cades-barnea. Y aconteció que a los
cuarenta años, en el mes undécimo, el primero del mes, Moisés
habló a los hijos de Israel conforme a todas las cosas que Je4
hová le había mandado acerca de ellos, después que derrotó a
Sehón rey de los amorreos, el cual habitaba en Hesbón, y a Og
5 rey de Basán que habitaba en Astarot en Edrei. De este lado
del Jordán, en tierra de Moab, resolvió Moisés declarar esta
6 ley, diciendo: Jehová nuestro Dios nos habló en Horeb, dicien7
do: Habéis estado bastante tiempo en este monte. Volveos e
id al monte del amorreo y a todas sus comarcas, en el Arabá,
en el monte, en los valles, en el Neguev, y junto a la costa del
mar, a la tierra del cananeo, y al Líbano, hasta el gran río,
8 el río Éufrates. Mirad, yo os he entregado la tierra; entrad y
poseed la tierra que Jehová juró a vuestros padres Abraham,
Isaac y Jacob, que les daría a ellos y a su descendencia des9
pués de ellos. En aquel tiempo yo os hablé diciendo: Yo solo
10 no puedo llevaros. Jehová vuestro Dios os ha multiplicado, y
he aquí hoy vosotros sois como las estrellas del cielo en multi11
tud. ¡Jehová Dios de vuestros padres os haga mil veces más de
12 lo que ahora sois, y os bendiga, como os ha prometido! ¿Cómo
llevaré yo solo vuestras molestias, vuestras cargas y vuestros
13 pleitos? Dadme de entre vosotros, de vuestras tribus, varones
sabios y entendidos y expertos, para que yo los ponga por
14 vuestros jefes. Y me respondisteis y dijisteis: Bueno es hacer
15 lo que has dicho. Y tomé a los principales de vuestras tribus,
varones sabios y expertos, y los puse por jefes sobre vosotros,
jefes de millares, de centenas, de cincuenta y de diez, y go16
bernadores de vuestras tribus. Y entonces mandé a vuestros
265 Deuteronomio 1. 17–33
jueces, diciendo: Oíd entre vuestros hermanos, y juzgad justamente
entre el hombre y su hermano, y el extranjero. No 17
hagáis distinción de persona en el juicio; así al pequeño como
al grande oiréis; no tendréis temor de ninguno, porque el juicio
es de Dios; y la causa que os fuere difícil, la traeréis a mí, y yo
la oiré. Os mandé, pues, en aquel tiempo, todo lo que habíais 18
de hacer. Y salidos de Horeb, anduvimos todo aquel grande 19
y terrible desierto que habéis visto, por el camino del monte
del amorreo, como Jehová nuestro Dios nos lo mandó; y llegamos
hasta Cades-barnea. Entonces os dije: Habéis llegado al 20
monte del amorreo, el cual Jehová nuestro Dios nos da. Mira, 21
Jehová tu Dios te ha entregado la tierra; sube y toma posesión
de ella, como Jehová el Dios de tus padres te ha dicho; no temas
ni desmayes. Y vinisteis a mí todos vosotros, y dijisteis: 22
Enviemos varones delante de nosotros que nos reconozcan la
tierra, y a su regreso nos traigan razón del camino por donde
hemos de subir, y de las ciudades adonde hemos de llegar. Y 23
el dicho me pareció bien; y tomé doce varones de entre vosotros,
un varón por cada tribu. Y se encaminaron, y subieron 24
al monte, y llegaron hasta el valle de Escol, y reconocieron la
tierra. Y tomaron en sus manos del fruto del país, y nos lo 25
trajeron, y nos dieron cuenta, y dijeron: Es buena la tierra que
Jehová nuestro Dios nos da. Sin embargo, no quisisteis subir, 26
antes fuisteis rebeldes al mandato de Jehová vuestro Dios; y 27
murmurasteis en vuestras tiendas, diciendo: Porque Jehová nos
aborrece, nos ha sacado de tierra de Egipto, para entregarnos
en manos del amorreo para destruirnos. ¿A dónde subiremos? 28
Nuestros hermanos han atemorizado nuestro corazón, diciendo:
Este pueblo es mayor y más alto que nosotros, las ciudades
grandes y amuralladas hasta el cielo; y también vimos allí a los
hijos de Anac. Entonces os dije: No temáis, ni tengáis miedo 29
de ellos. Jehová vuestro Dios, el cual va delante de vosotros, 30
él peleará por vosotros, conforme a todas las cosas que hizo
por vosotros en Egipto delante de vuestros ojos. Y en el de- 31
sierto has visto que Jehová tu Dios te ha traído, como trae
el hombre a su hijo, por todo el camino que habéis andado,
hasta llegar a este lugar. Y aun con esto no creísteis a Jehová 32
vuestro Dios, quien iba delante de vosotros por el camino pa-
1. 34–2. 6 Deuteronomio 266
ra reconoceros el lugar donde habíais de acampar, con fuego
de noche para mostraros el camino por donde anduvieseis, y
con nube 34 de día. Y oyó Jehová la voz de vuestras palabras,
35 y se enojó, y juró diciendo: No verá hombre alguno de estos,
de esta mala generación, la buena tierra que juré que había
36 de dar a vuestros padres, excepto Caleb hijo de Jefone; él la
verá, y a él le daré la tierra que pisó, y a sus hijos; porque ha
37 seguido fielmente a Jehová. También contra mí se airó Jehová
38 por vosotros, y me dijo: Tampoco tú entrarás allá. Josué hijo
de Nun, el cual te sirve, él entrará allá; anímale, porque él la
39 hará heredar a Israel. Y vuestros niños, de los cuales dijisteis
que servirían de botín, y vuestros hijos que no saben hoy lo
bueno ni lo malo, ellos entrarán allá, y a ellos la daré, y ellos
40 la heredarán. Pero vosotros volveos e id al desierto, camino
41 del Mar Rojo. Entonces respondisteis y me dijisteis: Hemos
pecado contra Jehová; nosotros subiremos y pelearemos, conforme
a todo lo que Jehová nuestro Dios nos ha mandado. Y os
armasteis cada uno con sus armas de guerra, y os preparasteis
42 para subir al monte. Y Jehová me dijo: Diles: No subáis, ni
peleéis, pues no estoy entre vosotros; para que no seáis derro43
tados por vuestros enemigos. Y os hablé, y no disteis oído;
antes fuisteis rebeldes al mandato de Jehová, y persistiendo
44 con altivez subisteis al monte. Pero salió a vuestro encuentro
el amorreo, que habitaba en aquel monte, y os persiguieron
como hacen las avispas, y os derrotaron en Seir, hasta Horma.
45 Y volvisteis y llorasteis delante de Jehová, pero Jehová no es46
cuchó vuestra voz, ni os prestó oído. Y estuvisteis en Cades
por muchos días, los días que habéis estado allí.
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Números capitulo 36 Versos 1 al 13

Números capitulo 36 Versos 1 al 13
36 Llegaron los príncipes de los padres de la familia de Galaad
hijo de Maquir, hijo de Manasés, de las familias de los hijos
de José; y hablaron delante de Moisés y de los príncipes, jefes
2 de las casas paternas de los hijos de Israel, y dijeron: Jehová
mandó a mi señor que por sorteo diese la tierra a los hijos de
Israel en posesión; también ha mandado Jehová a mi señor,
que dé la posesión de Zelofehad nuestro hermano a sus hijas.
263 Números 36. 3–13
Y si ellas se casaren con algunos de los hijos de las otras tribus 3
de los hijos de Israel, la herencia de ellas será así quitada de
la herencia de nuestros padres, y será añadida a la herencia
de la tribu a que se unan; y será quitada de la porción de
nuestra heredad. Y cuando viniere el jubileo de los hijos de 4
Israel, la heredad de ellas será añadida a la heredad de la
tribu de sus maridos; así la heredad de ellas será quitada de
la heredad de la tribu de nuestros padres. Entonces Moisés 5
mandó a los hijos de Israel por mandato de Jehová, diciendo:
La tribu de los hijos de José habla rectamente. Esto es lo que 6
ha mandado Jehová acerca de las hijas de Zelofehad, diciendo:
Cásense como a ellas les plazca, pero en la familia de la tribu
de su padre se casarán, para que la heredad de los hijos de 7
Israel no sea traspasada de tribu en tribu; porque cada uno de
los hijos de Israel estará ligado a la heredad de la tribu de sus
padres. Y cualquiera hija que tenga heredad en las tribus de 8
los hijos de Israel, con alguno de la familia de la tribu de su
padre se casará, para que los hijos de Israel posean cada uno
la heredad de sus padres, y no ande la heredad rodando de 9
una tribu a otra, sino que cada una de las tribus de los hijos
de Israel estará ligada a su heredad. Como Jehová mandó a 10
Moisés, así hicieron las hijas de Zelofehad. Y así Maala, Tirsa, 11
Hogla, Milca y Noa, hijas de Zelofehad, se casaron con hijos
de sus tíos paternos. Se casaron en la familia de los hijos de 12
Manasés, hijo de José; y la heredad de ellas quedó en la tribu
de la familia de su padre. Éstos son los mandamientos y los 13
estatutos que mandó Jehová por medio de Moisés a los hijos de
Israel en los campos de Moab, junto al Jordán, frente a Jericó.
Fuente: LA SANTA BIBLIA
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ANTIGUA VERSIÓN DE CASIODORO DE REINA (1569)
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OTRAS REVISIONES: 1862, 1909 Y 1960
Reina-Valera 1960

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Números Capitulo 35 Versos 1 al 34

Números Capitulo 35 Versos 1 al 34
35 Habló Jehová a Moisés en los campos de Moab, junto al
2 Jordán frente a Jericó, diciendo: Manda a los hijos de Israel
que den a los levitas, de la posesión de su heredad, ciudades
en que habiten; también daréis a los levitas los ejidos de esas
3 ciudades alrededor de ellas. Y tendrán ellos las ciudades para
261 Números 35. 4–21
habitar, y los ejidos de ellas serán para sus animales, para sus
ganados y para todas sus bestias. Y los ejidos de las ciuda- 4
des que daréis a los levitas serán mil codos alrededor, desde
el muro de la ciudad para afuera. Luego mediréis fuera de la 5
ciudad al lado del oriente dos mil codos, al lado del sur dos
mil codos, al lado del occidente dos mil codos, y al lado del
norte dos mil codos, y la ciudad estará en medio; esto tendrán
por los ejidos de las ciudades. Y de las ciudades que daréis 6
a los levitas, seis ciudades serán de refugio, las cuales daréis
para que el homicida se refugie allá; y además de éstas daréis
cuarenta y dos ciudades. Todas las ciudades que daréis a 7
los levitas serán cuarenta y ocho ciudades con sus ejidos. Y 8
en cuanto a las ciudades que diereis de la heredad de los hijos
de Israel, del que tiene mucho tomaréis mucho, y del que
tiene poco tomaréis poco; cada uno dará de sus ciudades a
los levitas según la posesión que heredará. Habló Jehová a 9
Moisés, diciendo: Habla a los hijos de Israel, y diles: Cuando 10
hayáis pasado al otro lado del Jordán a la tierra de Canaán,
os señalaréis ciudades, ciudades de refugio tendréis, donde hu- 11
ya el homicida que hiriere a alguno de muerte sin intención.
Y os serán aquellas ciudades para refugiarse del vengador, y 12
no morirá el homicida hasta que entre en juicio delante de la
congregación. De las ciudades, pues, que daréis, tendréis seis 13
ciudades de refugio. Tres ciudades daréis a este lado del Jor- 14
dán, y tres ciudades daréis en la tierra de Canaán, las cuales
serán ciudades de refugio. Estas seis ciudades serán de refu- 15
gio para los hijos de Israel, y para el extranjero y el que more
entre ellos, para que huya allá cualquiera que hiriere de muerte
a otro sin intención. Si con instrumento de hierro lo hiriere y 16
muriere, homicida es; el homicida morirá. Y si con piedra en 17
la mano, que pueda dar muerte, lo hiriere y muriere, homicida
es; el homicida morirá. Y si con instrumento de palo en la 18
mano, que pueda dar muerte, lo hiriere y muriere, homicida es;
el homicida morirá. El vengador de la sangre, él dará muer- 19
te al homicida; cuando lo encontrare, él lo matará. Y si por 20
odio lo empujó, o echó sobre él alguna cosa por asechanzas,
y muere; o por enemistad lo hirió con su mano, y murió, el 21
heridor morirá; es homicida; el vengador de la sangre mata
35. 22–36. 2 Números 262
22 rá al homicida cuando lo encontrare. Mas si casualmente lo
empujó sin enemistades, o echó sobre él cualquier instrumen-
23 to sin asechanzas, o bien, sin verlo hizo caer sobre él alguna
piedra que pudo matarlo, y muriere, y él no era su enemigo,
24 ni procuraba su mal; entonces la congregación juzgará entre
el que causó la muerte y el vengador de la sangre conforme
25 a estas leyes; y la congregación librará al homicida de mano
del vengador de la sangre, y la congregación lo hará volver a
su ciudad de refugio, en la cual se había refugiado; y morará
en ella hasta que muera el sumo sacerdote, el cual fue ungido
26 con el aceite santo. Mas si el homicida saliere fuera de los
27 límites de su ciudad de refugio, en la cual se refugió, y el
vengador de la sangre le hallare fuera del límite de la ciudad
de su refugio, y el vengador de la sangre matare al homicida,
28 no se le culpará por ello; pues en su ciudad de refugio deberá
aquél habitar hasta que muera el sumo sacerdote; y después
que haya muerto el sumo sacerdote, el homicida volverá a la
29 tierra de su posesión. Estas cosas os serán por ordenanza de
derecho por vuestras edades, en todas vuestras habitaciones.
30 Cualquiera que diere muerte a alguno, por dicho de testigos
morirá el homicida; mas un solo testigo no hará fe contra una
31 persona para que muera. Y no tomaréis precio por la vida
del homicida, porque está condenado a muerte; indefectible-
32 mente morirá. Ni tampoco tomaréis precio del que huyó a su
ciudad de refugio, para que vuelva a vivir en su tierra, hasta
33 que muera el sumo sacerdote. Y no contaminaréis la tierra
donde estuviereis; porque esta sangre amancillará la tierra, y
la tierra no será expiada de la sangre que fue derramada en
34 ella, sino por la sangre del que la derramó. No contaminéis,
pues, la tierra donde habitáis, en medio de la cual yo habito;
porque yo Jehová habito en medio de los hijos de Israel.
Fuente: LA SANTA BIBLIA
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Números Capitulo 34 Versos 1 al 29

Números Capitulo 34 Versos 1 al 29
Y Jehová habló a Moisés, diciendo: Manda a los hijos de 34, 2
Israel y diles: Cuando hayáis entrado en la tierra de Canaán,
esto es, la tierra que os ha de caer en herencia, la tierra de
Canaán según sus límites, tendréis el lado del sur desde el 3
desierto de Zin hasta la frontera de Edom; y será el límite del
sur al extremo del Mar Salado hacia el oriente. Este límite os 4
irá rodeando desde el sur hasta la subida de Acrabim, y pasará
hasta Zin; y se extenderá del sur a Cades-barnea; y continuará
a Hasar-adar, y pasará hasta Asmón. Rodeará este límite 5
desde Asmón hasta el torrente de Egipto, y sus remates serán
al occidente. Y el límite occidental será el Mar Grande; este 6
límite será el límite occidental. El límite del norte será este: 7
desde el Mar Grande trazaréis al monte de Hor. Del monte 8
de Hor trazaréis a la entrada de Hamat, y seguirá aquel límite
34. 9–35. 3 Números 260
9 hasta Zedad; y seguirá este límite hasta Zifrón, y termina-
10 rá en Hazar-enán; éste será el límite del norte. Por límite al
11 oriente trazaréis desde Hazar-enán hasta Sefam; y bajará este
límite desde Sefam a Ribla, al oriente de Aín; y descenderá el
12 límite, y llegará a la costa del mar de Cineret, al oriente. Después
descenderá este límite al Jordán, y terminará en el Mar
13 Salado: ésta será vuestra tierra por sus límites alrededor. Y
mandó Moisés a los hijos de Israel, diciendo: Ésta es la tierra
que se os repartirá en heredades por sorteo, que mandó Jeho-
14 vá que diese a las nueve tribus, y a la media tribu; porque la
tribu de los hijos de Rubén según las casas de sus padres, y
la tribu de los hijos de Gad según las casas de sus padres, y
15 la media tribu de Manasés, han tomado su heredad. Dos tribus
y media tomaron su heredad a este lado del Jordán frente
16 a Jericó al oriente, al nacimiento del sol. Y habló Jehová a
17 Moisés, diciendo: Éstos son los nombres de los varones que
os repartirán la tierra: El sacerdote Eleazar, y Josué hijo de
18 Nun. Tomaréis también de cada tribu un príncipe, para dar
19 la posesión de la tierra. Y éstos son los nombres de los varo-
20 nes: De la tribu de Judá, Caleb hijo de Jefone. De la tribu
21 de los hijos de Simeón, Semuel hijo de Amiud. De la tribu
22 de Benjamín, Elidad hijo de Quislón. De la tribu de los hijos
23 de Dan, el príncipe Buqui hijo de Jogli. De los hijos de José:
de la tribu de los hijos de Manasés, el príncipe Haniel hijo de
24 Efod, y de la tribu de los hijos de Efraín, el príncipe Kemuel
25 hijo de Siftán. De la tribu de los hijos de Zabulón, el príncipe
26 Elizafán hijo de Parnac. De la tribu de los hijos de Isacar, el
27 príncipe Paltiel hijo de Azán. De la tribu de los hijos de Aser,
28 el príncipe Ahiud hijo de Selomi. Y de la tribu de los hijos
29 de Neftalí, el príncipe Pedael hijo de Amiud. A éstos mandó
Jehová que hiciesen la repartición de las heredades a los hijos
de Israel en la tierra de Canaán.
Fuente: LA SANTA BIBLIA
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Números Capitulo 33 Versos 1 al 56

Números Capitulo 33 Versos 1 al 56
Éstas son las jornadas de los hijos de Israel, que salieron de 33
la tierra de Egipto por sus ejércitos, bajo el mando de Moisés
y Aarón. Moisés escribió sus salidas conforme a sus jorna- 2
das por mandato de Jehová. Éstas, pues, son sus jornadas con
arreglo a sus salidas. De Ramesés salieron en el mes primero, 3
a los quince días del mes primero; el segundo día de la pascua
salieron los hijos de Israel con mano poderosa, a vista de
todos los egipcios, mientras enterraban los egipcios a los que 4
Jehová había herido de muerte de entre ellos, a todo primogénito;
también había hecho Jehová juicios contra sus dioses.
Salieron, pues, los hijos de Israel de Ramesés, y acamparon en 5
Sucot. Salieron de Sucot y acamparon en Etam, que está al 6
confín del desierto. Salieron de Etam y volvieron sobre Pi- 7
hahirot, que está delante de Baal-zefón, y acamparon delante
de Migdol. Salieron de Pi-hahirot y pasaron por en medio del 8
33. 9–44 Números 258
mar al desierto, y anduvieron tres días de camino por el de-
9 sierto de Etam, y acamparon en Mara. Salieron de Mara y
vinieron a Elim, donde había doce fuentes de aguas, y setenta
10 palmeras; y acamparon allí. Salieron de Elim y acamparon
11 junto al Mar Rojo. Salieron del Mar Rojo y acamparon en el
12 desierto de Sin. Salieron del desierto de Sin y acamparon en
13, 14 Dofca. Salieron de Dofca y acamparon en Alús. Salieron de
Alús y acamparon en Refidim, donde el pueblo no tuvo aguas
15 para beber. Salieron de Refidim y acamparon en el desierto de
16 Sinaí. Salieron del desierto de Sinaí y acamparon en Kibrot-
17 hataava. Salieron de Kibrot-hataava y acamparon en Hazerot.
18, 19 Salieron de Hazerot y acamparon en Ritma. Salieron de Rit-
20 ma y acamparon en Rimón-peres. Salieron de Rimón-peres y
21 acamparon en Libna. Salieron de Libna y acamparon en Ris-
22, 23 sa. Salieron de Rissa y acamparon en Ceelata. Salieron de
24 Ceelata y acamparon en el monte de Sefer. Salieron del mon-
25 te de Sefer y acamparon en Harada. Salieron de Harada y
26 acamparon en Macelot. Salieron de Macelot y acamparon en
27, 28 Tahat. Salieron de Tahat y acamparon en Tara. Salieron de
29 Tara y acamparon en Mitca. Salieron de Mitca y acamparon
30 en Hasmona. Salieron de Hasmona y acamparon en Moserot.
31, 32 Salieron de Moserot y acamparon en Bene-jaacán. Salieron
33 de Bene-jaacán y acamparon en el monte de Gidgad. Salie-
34 ron del monte de Gidgad y acamparon en Jotbata. Salieron
35 de Jotbata y acamparon en Abrona. Salieron de Abrona y
36 acamparon en Ezión-geber. Salieron de Ezión-geber y acam-
37 paron en el desierto de Zin, que es Cades. Y salieron de Cades
y acamparon en el monte de Hor, en la extremidad del país de
38 Edom. Y subió el sacerdote Aarón al monte de Hor, conforme
al dicho de Jehová, y allí murió a los cuarenta años de la salida
de los hijos de Israel de la tierra de Egipto, en el mes quinto,
39 en el primero del mes. Era Aarón de edad de ciento veinti-
40 trés años, cuando murió en el monte de Hor. Y el cananeo,
rey de Arad, que habitaba en el Neguev en la tierra de Ca-
41 naán, oyó que habían venido los hijos de Israel. Y salieron del
42 monte de Hor y acamparon en Zalmona. Salieron de Zalmo-
43 na y acamparon en Punón. Salieron de Punón y acamparon
44 en Obot. Salieron de Obot y acamparon en Ije-abarim, en
259 Números 33. 45–34. 8
la frontera de Moab. Salieron de Ije-abarim y acamparon en 45
Dibón-gad. Salieron de Dibón-gad y acamparon en Almón- 46
diblataim. Salieron de Almón-diblataim y acamparon en los 47
montes de Abarim, delante de Nebo. Salieron de los montes 48
de Abarim y acamparon en los campos de Moab, junto al Jordán,
frente a Jericó. Finalmente acamparon junto al Jordán, 49
desde Bet-jesimot hasta Abel-sitim, en los campos de Moab.
Y habló Jehová a Moisés en los campos de Moab junto al Jor- 50
dán frente a Jericó, diciendo: Habla a los hijos de Israel, y 51
diles: Cuando hayáis pasado el Jordán entrando en la tierra de
Canaán, echaréis de delante de vosotros a todos los morado- 52
res del país, y destruiréis todos sus ídolos de piedra, y todas
sus imágenes de fundición, y destruiréis todos sus lugares altos;
y echaréis a los moradores de la tierra, y habitaréis en 53
ella; porque yo os la he dado para que sea vuestra propiedad.
Y heredaréis la tierra por sorteo por vuestras familias; a los 54
muchos daréis mucho por herencia, y a los pocos daréis menos
por herencia; donde le cayere la suerte, allí la tendrá cada uno;
por las tribus de vuestros padres heredaréis. Y si no echareis 55
a los moradores del país de delante de vosotros, sucederá que
los que dejareis de ellos serán por aguijones en vuestros ojos y
por espinas en vuestros costados, y os afligirán sobre la tierra
en que vosotros habitareis. Además, haré a vosotros como yo 56
pensé hacerles a ellos.
Fuente: LA SANTA BIBLIA
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ANTIGUA VERSIÓN DE CASIODORO DE REINA (1569)
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Números Capitulo 32 Versos 1 al 42

Números Capitulo 32 Versos 1 al 42
Los hijos de Rubén y los hijos de Gad tenían una muy in- 32
mensa muchedumbre de ganado; y vieron la tierra de Jazer
y de Galaad, y les pareció el país lugar de ganado. Vinie- 2
ron, pues, los hijos de Gad y los hijos de Rubén, y hablaron a
Moisés y al sacerdote Eleazar, y a los príncipes de la congregación,
diciendo: Atarot, Dibón, Jazer, Nimra, Hesbón, Eleale, 3
Sebam, Nebo y Beón, la tierra que Jehová hirió delante de la 4
congregación de Israel, es tierra de ganado, y tus siervos tienen
ganado. Por tanto, dijeron, si hallamos gracia en tus ojos, 5
dése esta tierra a tus siervos en heredad, y no nos hagas pasar
el Jordán. Y respondió Moisés a los hijos de Gad y a los hijos 6
de Rubén: ¿Irán vuestros hermanos a la guerra, y vosotros os
quedaréis aquí? ¿Y por qué desanimáis a los hijos de Israel, 7
para que no pasen a la tierra que les ha dado Jehová? Así hi- 8
cieron vuestros padres, cuando los envié desde Cades-barnea
para que viesen la tierra. Subieron hasta el torrente de Es- 9
col, y después que vieron la tierra, desalentaron a los hijos de
Israel para que no viniesen a la tierra que Jehová les había
dado. Y la ira de Jehová se encendió entonces, y juró dicien- 10
do: No verán los varones que subieron de Egipto de veinte 11
años arriba, la tierra que prometí con juramento a Abraham,
Isaac y Jacob, por cuanto no fueron perfectos en pos de mí;
excepto Caleb hijo de Jefone cenezeo, y Josué hijo de Nun, 12
que fueron perfectos en pos de Jehová. Y la ira de Jehová se 13
32. 14–29 Números 256
encendió contra Israel, y los hizo andar errantes cuarenta años
por el desierto, hasta que fue acabada toda aquella generación
14 que había hecho mal delante de Jehová. Y he aquí, vosotros
habéis sucedido en lugar de vuestros padres, prole de hombres
pecadores, para añadir aún a la ira de Jehová contra Israel.
15 Si os volviereis de en pos de él, él volverá otra vez a dejaros
16 en el desierto, y destruiréis a todo este pueblo. Entonces ellos
vinieron a Moisés y dijeron: Edificaremos aquí majadas para
17 nuestro ganado, y ciudades para nuestros niños; y nosotros
nos armaremos, e iremos con diligencia delante de los hijos
de Israel, hasta que los metamos en su lugar; y nuestros niños
quedarán en ciudades fortificadas a causa de los moradores del
18 país. No volveremos a nuestras casas hasta que los hijos de
19 Israel posean cada uno su heredad. Porque no tomaremos heredad
con ellos al otro lado del Jordán ni adelante, por cuanto
tendremos ya nuestra heredad a este otro lado del Jordán al
20 oriente. Entonces les respondió Moisés: Si lo hacéis así, si os
21 disponéis para ir delante de Jehová a la guerra, y todos vosotros
pasáis armados el Jordán delante de Jehová, hasta que
22 haya echado a sus enemigos de delante de sí, y sea el país
sojuzgado delante de Jehová; luego volveréis, y seréis libres de
culpa para con Jehová, y para con Israel; y esta tierra será
23 vuestra en heredad delante de Jehová. Mas si así no lo hacéis,
he aquí habréis pecado ante Jehová; y sabed que vuestro
24 pecado os alcanzará. Edificaos ciudades para vuestros niños,
y majadas para vuestras ovejas, y haced lo que ha declarado
25 vuestra boca. Y hablaron los hijos de Gad y los hijos de Rubén
a Moisés, diciendo: Tus siervos harán como mi señor ha
26 mandado. Nuestros niños, nuestras mujeres, nuestros ganados
y todas nuestras bestias, estarán ahí en las ciudades de
27 Galaad; y tus siervos, armados todos para la guerra, pasarán
delante de Jehová a la guerra, de la manera que mi señor di-
28 ce. Entonces les encomendó Moisés al sacerdote Eleazar, y a
Josué hijo de Nun, y a los príncipes de los padres de las tribus
29 de los hijos de Israel. Y les dijo Moisés: Si los hijos de Gad
y los hijos de Rubén pasan con vosotros el Jordán, armados
todos para la guerra delante de Jehová, luego que el país sea
sojuzgado delante de vosotros, les daréis la tierra de Galaad
257 Números 32. 30–33. 8
en posesión; mas si no pasan armados con vosotros, entonces 30
tendrán posesión entre vosotros, en la tierra de Canaán. Y 31
los hijos de Gad y los hijos de Rubén respondieron diciendo:
Haremos lo que Jehová ha dicho a tus siervos. Nosotros pa- 32
saremos armados delante de Jehová a la tierra de Canaán, y
la posesión de nuestra heredad será a este lado del Jordán.
Así Moisés dio a los hijos de Gad, a los hijos de Rubén, y a 33
la media tribu de Manasés hijo de José, el reino de Sehón rey
amorreo y el reino de Og rey de Basán, la tierra con sus ciudades
y sus territorios, las ciudades del país alrededor. Y los 34
h¼os de Gad edificaron Dibón, Atarot, Aroer, Atarot-sofán, 35
Jazer, Jogbeha, Bet-nimra y Bet-arán, ciudades fortificadas; 36
hicieron también majadas para ovejas. Y los hijos de Rubén 37
edificaron Hesbón, Eleale, Quiriataim, Nebo, Baal-meón (mu- 38
dados los nombres) y Sibma; y pusieron nombres a las ciudades
que edificaron. Y los hijos de Maquir hijo de Manasés fueron 39
a Galaad, y la tomaron, y echaron al amorreo que estaba en
ella. Y Moisés dio Galaad a Maquir hijo de Manasés, el cual 40
habitó en ella. También Jair hijo de Manasés fue y tomó sus 41
aldeas, y les puso por nombre Havot-jair. Asimismo Noba fue 42
y tomó Kenat y sus aldeas, y lo llamó Noba, conforme a su
nombre.
Fuente: LA SANTA BIBLIA
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ANTIGUA VERSIÓN DE CASIODORO DE REINA (1569)
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OTRAS REVISIONES: 1862, 1909 Y 1960
Reina-Valera 1960

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Números Capitulo 31 Versos 1 al 54

Números Capitulo 31 Versos 1 al 54
31, 2 Jehová habló a Moisés, diciendo: Haz la venganza de los
hijos de Israel contra los madianitas; después serás recogido a
3 tu pueblo. Entonces Moisés habló al pueblo, diciendo: Armaos
algunos de vosotros para la guerra, y vayan contra Madián y
4 hagan la venganza de Jehová en Madián. Mil de cada tribu
de todas las tribus de los hijos de Israel, enviaréis a la guerra.
5 Así fueron dados de los millares de Israel, mil por cada tribu,
6 doce mil en pie de guerra. Y Moisés los envió a la guerra; mil
de cada tribu envió; y Finees hijo del sacerdote Eleazar fue a
la guerra con los vasos del santuario, y con las trompetas en su
253 Números 31. 7–24
mano para tocar. Y pelearon contra Madián, como Jehová lo 7
mandó a Moisés, y mataron a todo varón. Mataron también, 8
entre los muertos de ellos, a los reyes de Madián, Evi, Requem,
Zur, Hur y Reba, cinco reyes de Madián; también a Balaam
h¼o de Beor mataron a espada. Y los hijos de Israel llevaron 9
cautivas a las mujeres de los madianitas, a sus niños, y todas
sus bestias y todos sus ganados; y arrebataron todos sus bienes,
e incendiaron todas sus ciudades, aldeas y habitaciones. 10
Y tomaron todo el despojo, y todo el botín, así de hombres 11
como de bestias. Y trajeron a Moisés y al sacerdote Eleazar, 12
y a la congregación de los hijos de Israel, los cautivos y el botín
y los despojos al campamento, en los llanos de Moab, que
están junto al Jordán frente a Jericó. Y salieron Moisés y el 13
sacerdote Eleazar, y todos los príncipes de la congregación, a
recibirlos fuera del campamento. Y se enojó Moisés contra los 14
capitanes del ejército, contra los jefes de millares y de centenas
que volvían de la guerra, y les dijo Moisés: ¿Por qué habéis 15
dejado con vida a todas las mujeres? He aquí, por consejo de 16
Balaam ellas fueron causa de que los hijos de Israel prevaricasen
contra Jehová en lo tocante a Baal-peor, por lo que hubo
mortandad en la congregación de Jehová. Matad, pues, ahora 17
a todos los varones de entre los niños; matad también a toda
mujer que haya conocido varón carnalmente. Pero a todas las 18
niñas entre las mujeres, que no hayan conocido varón, las dejaréis
con vida. Y vosotros, cualquiera que haya dado muerte 19
a persona, y cualquiera que haya tocado muerto, permaneced
fuera del campamento siete días, y os purificaréis al tercer día
y al séptimo, vosotros y vuestros cautivos. Asimismo purifica- 20
réis todo vestido, y toda prenda de pieles, y toda obra de pelo
de cabra, y todo utensilio de madera. Y el sacerdote Eleazar 21
dijo a los hombres de guerra que venían de la guerra: Ésta es la
ordenanza de la ley que Jehová ha mandado a Moisés: Cierta- 22
mente el oro y la plata, el bronce, hierro, estaño y plomo, todo 23
lo que resiste el fuego, por fuego lo haréis pasar, y será limpio,
bien que en las aguas de purificación habrá de purificarse; y
haréis pasar por agua todo lo que no resiste el fuego. Además 24
lavaréis vuestros vestidos el séptimo día, y así seréis limpios; y
31. 25–48 Números 254
25 después entraréis en el campamento. Y Jehová habló a Moi-
26 sés, diciendo: Toma la cuenta del botín que se ha hecho, así
de las personas como de las bestias, tú y el sacerdote Eleazar,
27 y los jefes de los padres de la congregación; y partirás por
mitades el botín entre los que pelearon, los que salieron a la
28 guerra, y toda la congregación. Y apartarás para Jehová el
tributo de los hombres de guerra que salieron a la guerra; de
quinientos, uno, así de las personas como de los bueyes, de los
29 asnos y de las ovejas. De la mitad de ellos lo tomarás; y darás
30 al sacerdote Eleazar la ofrenda de Jehová. Y de la mitad perteneciente
a los hijos de Israel tomarás uno de cada cincuenta
de las personas, de los bueyes, de los asnos, de las ovejas y
de todo animal, y los darás a los levitas, que tienen la guarda
31 del tabernáculo de Jehová. E hicieron Moisés y el sacerdote
32 Eleazar como Jehová mandó a Moisés. Y fue el botín, el resto
del botín que tomaron los hombres de guerra, seiscientas
33, 34 setenta y cinco mil ovejas, setenta y dos mil bueyes, y sesen-
35 ta y un mil asnos. En cuanto a personas, de mujeres que no
36 habían conocido varón, eran por todas treinta y dos mil. Y
la mitad, la parte de los que habían salido a la guerra, fue el
37 número de trescientas treinta y siete mil quinientas ovejas; y
el tributo de las ovejas para Jehová fue seiscientas setenta y
38 cinco. De los bueyes, treinta y seis mil; y de ellos el tributo
39 para Jehová, setenta y dos. De los asnos, treinta mil quinien-
40 tos; y de ellos el tributo para Jehová, sesenta y uno. Y de
las personas, dieciséis mil; y de ellas el tributo para Jehová,
41 treinta y dos personas. Y dio Moisés el tributo, para ofrenda
elevada a Jehová, al sacerdote Eleazar, como Jehová lo mandó
42 a Moisés. Y de la mitad para los hijos de Israel, que apartó
43 Moisés de los hombres que habían ido a la guerra (la mitad
para la congregación fue: de las ovejas, trescientas treinta y
44, 45 siete mil quinientas; de los bueyes, treinta y seis mil; de los
46 asnos, treinta mil quinientos; y de las personas, dieciséis mil);
47 de la mitad, pues, para los hijos de Israel, tomó Moisés uno
de cada cincuenta, así de las personas como de los animales, y
los dio a los levitas, que tenían la guarda del tabernáculo de
48 Jehová, como Jehová lo había mandado a Moisés. Vinieron a
Moisés los jefes de los millares de aquel ejército, los jefes de
255 Números 31. 49–32. 13
millares y de centenas, y dijeron a Moisés: Tus siervos han 49
tomado razón de los hombres de guerra que están en nuestro
poder, y ninguno ha faltado de nosotros. Por lo cual hemos 50
ofrecido a Jehová ofrenda, cada uno de lo que ha hallado, alhajas
de oro, brazaletes, manillas, anillos, zarcillos y cadenas,
para hacer expiación por nuestras almas delante de Jehová. Y 51
Moisés y el sacerdote Eleazar recibieron el oro de ellos, alhajas,
todas elaboradas. Y todo el oro de la ofrenda que ofrecieron 52
a Jehová los jefes de millares y de centenas fue dieciséis mil
setecientos cincuenta siclos. Los hombres del ejército habían 53
tomado botín cada uno para sí. Recibieron, pues, Moisés y el 54
sacerdote Eleazar el oro de los jefes de millares y de centenas,
y lo trajeron al tabernáculo de reunión, por memoria de los
hijos de Israel delante de Jehová.
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Reina-Valera 1960

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Números Capitulo 30 Versos 1 al 16

Números Capitulo 30 Versos 1 al 16
Habló Moisés a los príncipes de las tribus de los hijos de 30
Israel, diciendo: Esto es lo que Jehová ha mandado. Cuando 2
alguno hiciere voto a Jehová, o hiciere juramento ligando su
alma con obligación, no quebrantará su palabra; hará conforme
a todo lo que salió de su boca. Mas la mujer, cuando hiciere 3
voto a Jehová, y se ligare con obligación en casa de su padre,
en su juventud; si su padre oyere su voto, y la obligación con 4
que ligó su alma, y su padre callare a ello, todos los votos de
30. 5–31. 6 Números 252
ella serán firmes, y toda obligación con que hubiere ligado su
5 alma, firme será. Mas si su padre le vedare el día que oyere
todos sus votos y sus obligaciones con que ella hubiere ligado
su alma, no serán firmes; y Jehová la perdonará, por cuanto
6 su padre se lo vedó. Pero si fuere casada e hiciere votos, o
7 pronunciare de sus labios cosa con que obligue su alma; si su
marido lo oyere, y cuando lo oyere callare a ello, los votos de
ella serán firmes, y la obligación con que ligó su alma, firme
8 será. Pero si cuando su marido lo oyó, le vedó, entonces el
voto que ella hizo, y lo que pronunció de sus labios con que
9 ligó su alma, será nulo; y Jehová la perdonará. Pero todo voto
10 de viuda o repudiada, con que ligare su alma, será firme. Y si
hubiere hecho voto en casa de su marido, y hubiere ligado su
11 alma con obligación de juramento, si su marido oyó, y calló a
ello y no le vedó, entonces todos sus votos serán firmes, y toda
12 obligación con que hubiere ligado su alma, firme será. Mas
si su marido los anuló el día que los oyó, todo lo que salió de
sus labios cuanto a sus votos, y cuanto a la obligación de su
alma, será nulo; su marido los anuló, y Jehová la perdonará.
13 Todo voto, y todo juramento obligándose a afligir el alma,
14 su marido lo confirmará, o su marido lo anulará. Pero si su
marido callare a ello de día en día, entonces confirmó todos
sus votos, y todas las obligaciones que están sobre ella; los
15 confirmó, por cuanto calló a ello el día que lo oyó. Mas si los
anulare después de haberlos oído, entonces él llevará el pecado
16 de ella. Éstas son las ordenanzas que Jehová mandó a Moisés
entre el varón y su mujer, y entre el padre y su hija durante
su juventud en casa de su padre.
Fuente: LA SANTA BIBLIA
ANTIGUO Y NUEVO TESTAMENTO
ANTIGUA VERSIÓN DE CASIODORO DE REINA (1569)
REVISADA POR CIPRIANO DE VALERA (1602)
OTRAS REVISIONES: 1862, 1909 Y 1960
Reina-Valera 1960

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